Capítulo 19. Empanada.
Los rayos del Sol se adueñaban de la ciudad desde que el día comenzó. Las personas encendían sus climas, los vendedores de nieves y paletas de hielo habían incrementado sus ventas considerablemente. Alex y Scarlett salieron desde temprano para ir a la pista de hielo, Jenn acudió al deportivo con su familia, mi hermana desayunaba con su prometido, y yo, yo solo estaba recostada en el sofá de la sala viendo una serie y mensajeando con mi novio.
Así era como transcurrían algunos fines de semana.
Justo cuando el capítulo estaba en su mejor parte, unos suaves toquidos se escucharon desde la puerta principal.
Los ignoré y seguí en lo mío, subiendo el volumen de la televisión en medida en que los golpes eran más fuertes.
-¿Puedes pararte del sillón y abrir?- Papá bufó, bajando por las escaleras, fastidiado del ruido.
Pausé la escena y me moví hasta la entrada, gruñendo por lo bajo.
Cuando abrí la puerta, me topé con un chico de tez clara y ojos verdes.
-¿Hola? -saludé.
-Hey, soy Connor.
El susodicho me sacaba una cabeza de altura, porque lo que probablemente era de mi edad o tenía unos pocos años más que yo.
-Vine a entregar las empanadas que pidieron.
Entre cerré los ojos, confundida.
-No, nadie ha pedido empanadas -negué-. Dirección equivocaba.
Y al segundo en el que quise cerrar la puerta, el chico dio un paso adelante, entrando a mi casa.
-Estoy seguro que esta es la dirección -contradijo, extendiendo una pequeña caja blanca de cartón hacia mí.
Abrí con cuidado el empaque, sosteniéndolo con mis manos y viendo una docena de empanadas en su interior.
-¿De que sabor son? -pregunté.
-Mermelada de fresa.
Reí, devolviéndole las empanadas.
-Eso aclara que yo no las pedí, las únicas empanadas que me gustan son las de cajeta.
Empujé al chico con delicadeza, hasta que quedó fuera del hogar.
-Espera -pidió, sabiendo que cerraría la puerta.
-¿Qué pasa?
Sacó otra caja de la mochila negra que traía en su espalda -a propósito, no había recaído en que traía una puesta- y la extendió, tal y como había hecho con la anterior, a mí.
- También tengo empanadas de cajeta.
-Adiós-dije, sin tomar el paquete.
-¡Connor! -Una tercera voz gritó desde las escaleras. Era mi mamá.
-Hola, señora.
-¿Trajiste las empanadas que le pedí a tu madre? -Mamá le preguntó.
Una vez que Connor le entregó dos cajas de empanadas dulces, mamá subió las escaleras en busca de dinero para pagarle.
Diez minutos habían transcurrido y aún no encontraba el dinero. Conociéndola, seguro lo hacía para que el chico y yo estuviéramos más tiempo juntos. Aunque por otro lado, quizá la boda de Brooke estaba acabando con nuestros ahorros.
Y durante esos diez minutos, Connor y yo estábamos en un silencio no tan confortable.
-¿Entonces tú eres Stefany? -preguntó, aún con las manos en los bolsillos de su pantalón claro.
Asentí.
-Y tú eres Connor.
Bien, la plática no estaba fluyendo.
-He escuchado hablar mucho de ti.
-¿Cosas buenas? -quise saber.
Sonrió, mostrando sus blancos dientes. Como si con esa sonrisa contestara mi cuestión.
-¡Aquí lo tengo! -Mamá bajó con rapidez los escalones con un billete de cinco dólares en la mano.
Connor tomó el dinero y con un simple "Adiós" salió de la casa.
-Probemos las empanadas -mamá me dijo-, son degustación para la boda de tu hermana.
-Sabes que no me gustan las de fresa.
Formé una mueca en medida que caminábamos a la cocina para comer una de las empanadas.
-Pero no has probado estas que hizo mi amiga -tomó una y le dio una pequeña mordida-. ¿Te gusta cómo se ven por fuera?
- Sí -acepté-, se ven deliciosas, pero no me gusta la mermelada que tiene dentro.
-¿Y si te doy una pensarías que es de jalea de fresa solo con verla a simple vista?
Fruncí el ceño.
-No, tendría que abrirla -contesté-. ¿Es esto alguna especie de acertijo?
-Para nada, es que sí parece una empanada de cajeta.
-¿Y por qué hablamos tanto de empanadas? -cuestioné.
-Tienes razón -hizo una pausa-. Hablando de otro tema, ¿qué te pareció Connor? Es el chico con el que tenías que salir la otra vez. ¿Guapo, no crees?
-¿Te refieres a cuando me agendaste todas esas citas?
-Sí. Lástima que el chico faltó.
Y en su lugar conocí a West.
-Tiene lo suyo -acepté, contestando su primera pregunta.
-¡Tal vez puedan quedar en plan de cita algún día! Puedo hacer que...
-Mamá -reí, interrumpiendola-, aunque me organices miles de citas con los chicos más bellos y gentiles de la ciudad, mis sentimientos por Dereck no desaparecerán.
-Así que de verdad lo quieres.
-Mucho -la abracé-, y espero que puedas entenderlo.
Sonrió.
-Claro que sí, mi niña.
Justo cuando estaba por subir a mi habitación, decidí preguntar algo que llevaba días ocupando mi mente.
-Mamá, ¿qué pasa con lo de mi medio hermano?
-Ya no te preocupes por eso, creo que exagere las cosas. Todo está bien, olvídate del tema.
Y con esas palabras por fin pude relajarme, sabía que mi mamá era sincera. Aunque tenía la esperanza de encontrar a mi hermano y que se sintiera parte de la familia, después de todo, compartimos la misma sangre.
N|A.
Nuevo capítulo. ¡Lamento la tardanza! He estado trabajando en este capítulo desde hace meses, simplemente unas partes no me gustaban y las borraba, se me iba la inspiración, no sabía cómo seguir... En fin, he reescrito este capítulo tantas veces con un contenido muy distinto, pero lo bueno es que ya recuperé el 'hilo' de la novela.Nos vemos muy pronto❤
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Buscando al chico ideal
Teen FictionCuando la boda de su hermana se acerca y Stefany no ha conseguido pareja de baile, su madre comienza a organizarle citas a ciegas. Aunque no todo es lo que parece. #491 en relaciones - 12 Mar 19. #146 en citas - 13 Mar 19. #64 en chico perfecto - 5...