27. No de nuevo.

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|CAPÍTULOS FINALES|

Capítulo 27. No de nuevo.

—¿Hay algo que quieras contar? —Me preguntó mi papá, una vez que llegamos a la escuela.

Esta mañana le había rogado para que me dejara justo en la entrada de la preparatoria, y que esperara hasta que estuviera adentro para seguir conduciendo.

Lancé un largo suspiro; tenía tanto qué contarles.

Pero no sabía cómo. Faltaba poco para la boda de Brooke y no quería arruinarla con esto.

—Hagamos algo —Papá tomó mi silencio como un sí—. Una vez que llegues a casa, hablarás de lo que sea que te inquieta con tu mamá y conmigo.

Asentí, sabiendo que se trataba de una buena idea.

—Nos vemos aquí en la salida.

Tras decir eso, caminé a paso rápido hasta llegar a mi casillero. Por alguna razón, en la escuela me sentía segura; había varios alumnos, adultos y además, mi ex novio no podía entrar a este lugar.

—Lo lamento.

Una pelirroja se acercó, recargándose en el locker de enseguida.

—Basta de lamentaciones, Scarlett —bufé.

—Solo perdóname —rogó—, ¿quieres?.

Saqué mi libro para la próxima clase.

—Te prometo que no te vuelvo a ocultar nada —agregó—. Debí decirte desde un principio que Dereck ya tenía planeado terminar contigo.

—¿Qué?

¿Entonces no hablaba del secuestro?

—Sí, lo escuché. Su plan desde un inicio fue dejarte, romper tu corazón, y yo no hice nada para evitarlo.

—Claro que te perdono —Una sonrisa se instaló en mi rostro—. Sé que creías que era lo mejor, solo promete que de ahora en adelante me dirás todo, duela o no.

—Lo prometo.

Scarlett sonrió también y nos dimos un abrazo, símbolo de nuestra amistad, de qué ya todo estaba bien.

De nada servía formar rencores. La mejor solución era perdonar.

—Mira —señalé al final del pasillo—, Alex está allí. ¿Qué esperas para ir con él?

Scarlett rió.

—No se si lo dices para librarte de mí o en verdad crees que Alex y yo...

—No quedrás llegar tarde a clase—La interrumpí.

La vi avanzar hacia donde se encontraba mi mejor amigo, saludándolo con un beso en la mejilla y caminando, seguramente, al aula.

Pude oír el timbre, si no me movía rápido probablemente llegaría después de que pasaran la lista de asistencia.

—Annie.

Escuché su voz mientras cerraba mi casillero.

Giré sobre mis talones, observando al chico castaño que había roto mi corazón, al chico castaño que creía conocer.

—No me digas así —susurré.

Vestía unos jeans oscuros y una simple playera blanca, unos tenis negros también.

Un leve tono azul-morado debajo de sus ojos delataba su falta de sueño. Seguramente se preocupaba de que fuera a levantar mi declaración a la policia.

—Solo quiero decirte que lo siento.

Sostenía una planta; con hojas grandes de un color verde intenso, de las que se desprendían pequeñas y muchas flores de pétalos blancos.

—¿Lo sientes? —repetí incrédula, cruzándome de brazos—. ¿Qué sientes exactamente? ¿haber jugado conmigo todo este tiempo?, ¿dejarme? o ¿atentar contra mi libertad?.

—Sé que lo que hice estuvo mal, pero gracias por no levantar cargos en mi contra.

No podía creerlo. ¿Venía a burlarse de mí?. Parecía que ya no me podía decepcionar más.

—¿A eso viniste?

—Te traje flores, son lirios de los valles —detalló—. Sofi dice que son signo de reconciliación.

Su pequeña hermana Sofi... me pregunto si ella sabrá la realidad sobre su hermano.

Extendió la planta hacia mí, pero logré dar dos pasos hacia atrás.

—No me interesan tus flores.

—Annie.

Intentó acercarse más a mí, pero inconsciente con cada paso que él avanzaba, yo iba retrocediendo.

Sabiendo que esto solo me estaba haciendo daño, sabía que lo mejor era que se fuera.

—Vete —pronuncié, sin atreverme a mirarlo a los ojos.

—Annie —repitió.

—Te dije que no me llamaras así —traté de mantener mi voz en el tono más neutro posible, justo como él hacía.

Dereck iba a decir algo más, pero logré detenerlo con unas simples palabras.

—Si no te vas ahora juro que pondré una denuncia en tu contra.

Palideció, incluso cuando ni siquiera pude decírselo directo a los ojos.

En cuestión de segundos salió por la puerta principal de la escuela, y pronto lo vi arrojando sin cuidado los lirios en el cesto de basura.

N|A.
Gracias por leer, recuerden que el final está muy cerca.

Buscando al chico idealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora