15. Atracción.

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Aquí empieza el maratón. Gracias por el 1K❤

Capítulo 15. Atracción.

Acompañaba a Jenn hacia su auto, una vez que salimos de mi casa, cuando ella habló.

— Niegame que Dereck es guapo y que sientes algo por él.

— Lo niego.

—  Vamos, no te engañes a ti misma — Jenn rió, haciendo con eso que yo riera también.

— Está bien. Dereck Parker es el chico más atractivo que he conocido en toda mi vida y realmente me gusta — admití entre risas.

Pude ver como los ojos de mi mejor amiga se salían de sus órbitas, observando a algún punto detrás de mí.

Me giré y dejé de reír.

— Dereck.

Mi corazón latió muy rápido, no esperaba verlo fuera de mi casa y menos en este momento.

— ¿Quién te trae loquita, Annie? — Me revolvió el cabello en un gesto infantil.

— Adiós — Se despidió Jenn, dejándonos solos en la acera, y subiendo a su carro, no sin antes mandarme una sonrisa.

— ¿Qué haces aquí? — Me dirigí a Dereck.

— Bueno, vine a darte una sorpresa, pero creo que tú fuiste la que me sorprendiste.

Lo observé rascar su nuca por un momento.

— ¿Qué tanto escuchaste?

— Lo suficiente.

Tomé aire, pensando en que decir sin parecer una tonta. Si él ya lo había escuchado, no podía negar mis sentimientos, además, eran verdaderos.

Una idea cruzó mi mente. Llevábamos ya, varias semanas saliendo, así que no había nada de malo en que me gustara ¿o sí? Porque se supone que sales con alguien por el hecho de que te atrae y si las cosas salen bien, a medida que pasa el tiempo tus sentimientos se intensifican.

— Es cierto, me gustas.

Sus ojos se abrieron un poco más de lo normal y se mostró sorprendido por mis palabras. Tal vez creía que no sería capaz de decirlo frente a él, y verdaderamente, yo tampoco lo creí.

— Si no lo hicieras — agregué —, no estaría saliendo contigo.

— Genial — murmuró, depositando un beso en mi frente —. Ahora, trae tu traje de baño.

Fruncí el ceño y caí en cuenta de su atuendo. Un short azul de traje de baño cubría hasta un poco más arriba de sus rodillas  y una playera blanca tapaba su torso. Lucía muy atractivo.

Entré a casa y corrí escaleras arriba en busca de mi bikini. Sin embargo, en mi cabeza sólo rondaba el pensamiento de que él no había dicho que también le gustaba, ni siquiera dijo que le parecía atractiva y mucho menos se mostró feliz cuando descubrió la sensación que sentía por él. Y eso me entristecía.

Las palabras de West aparecieron en mi mente: "Siempre estoy disponible para ti". Al menos él sí mostraba algún interés en mí.

***

— Mis papás quieren conocerte — le dije, una vez que me abrió la puerta y tomó de mi mano para salir del Jeep.

— Suena bien. Iré el día que quieras.

Estacionó frente a una gran barda color café y caminó delante de mí, hasta llegar a una, angosta y un poco escondida, puerta.

— ¿Mañana a las 8pm?

Empujó dos veces la rejilla y esta se abrió, permitiendo nuestro paso.

— ¿Es eso legal? — lancé otra pregunta, sosteniendo mi bolso con fuerza bajo mi brazo izquierdo.

— Sí — dijo —, respondiendo a las dos preguntas. Esta es la piscina de un amigo.

Hizo un ademán con sus manos para que yo entrara primero, y así lo hice. Era un terreno grande, la alberca medía como quince metros y alrededor de esta se encontraban algunos camastros de madera y sillas.

Eran pasadas las seis. El Sol ya se había ocultado, por lo cual era el tiempo perfecto para un chapuzón.  La piscina comenzó a iluminarse por un tono fuerte de color azul.

Dereck se acercó a mi lado. Coloqué mi bolso sin cuidado en uno de los camastros y en un rápido movimiento, me deshice de mi vestido, quedando en mi traje de baño negro de dos piezas.

Sonreí, lanzándome a la piscina con un clavado, sintiendo el agua recorrer mi cuerpo. Después de todo, sólo éramos él y yo, en un lugar que parecía sacado de revista.

Tal vez yo no le gustaba, pero estaba aquí conmigo, y eso era mejor que nada.

***

Después de pasar horas nadando y lanzándonos agua en el rostro, finalmente salimos de la alberca.

Nunca antes lo había visto sin playera. Se veía demasiado bello y musculoso, sobresaliendo su six pack y una V. Definitivamente tendría que ir uno de estos días al gimnasio con él.

Me recosté en el camastro donde dejé mi bolso al llegar. Era más cómodo de lo que aparentaba. Eran ya las nueve.

Dereck pasó una toalla blanca (que no sabía de donde la había sacado) por mis hombros.

Murmuré un "gracias" y comencé a secarme al ver que él hacía lo mismo.

Durante unos instantes su mirada se depositó en la mía.

— ¿Qué? — pregunté, dejando la toalla en el respaldo, al tiempo en que sonreía para mis adentros.

Tomó asiento junto a mí, haciéndose un poco de espacio en el camastro, quedando a pocos centímetros de mi rostro.

Jadeé . Sin importar que un simple bikini cubriera mi cuerpo, empezara a  refrescar y agua fría cayera por mi cabello, sentí una oleada de calor.

— Me parece que a tu boca le sentaría bien una dosis de besos.

— Necesitamos verificar eso.

Y tras escucharme decir eso, estampó sus labios contra los míos. Mis manos de movieron por sí solas intensificando el beso. Sus dedos acariciaban mi espalda baja, mientras una de mis manos se colocó en su mejilla y la otra en su oscuro cabello.

Me separé un poco de él, nuestras ajetreadas respiraciones se mezclaban e incluso podía escuchar el latir de mi corazón.

Tomé la toalla y la enredé entre mis manos para tratar de tranquilizarme. Sabía que mis labios estaban totalmente hinchados, pero eso era lo que menos me importaba en aquel momento.

Dereck levantó mi mentón con sus suaves dedos, enviando electricidad por todo mi cuerpo. Mis ojos se volvieron a depositar en los de él, que esta vez poseían un brillo especial, nuevo en ellos.

— Eres lo mejor que me ha pasado, Annie — susurró con voz ronca contra mis labios.

Y con esas palabras, me lancé sobre sus tentadores labios, de nuevo.

Buscando al chico idealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora