Lo que una mirada esconde

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Los flashes cesaron y Fernando se acercaba a nosotros. Había visto muchas fotos de él y leído mucho de su vida desde que me enteré que había sido seleccionada. He de reconocer que físicamente estaba muy bien: delgado, pero musculado, no muy alto, pero no estaba mal. Aunque su rostro no me parecía tan sexy como su cuerpo, he de decir que en persona gana mucho más. Es atractivo. Se dirigió a Blanca y le dio un fuerte abrazo, pude escuchar como le susurraba un "enhorabuena". Era mi turno, saqué una de mis mejores sonrisas y... pasó de mí. Se me quedó una cara de tonta que posiblemente me duraría todo el día. Vi como pasó por mi lado, ni me miró y siguió su camino, saludando a mecánicos y demás. Blanca me empujó para que lo siguiéramos.

Llegamos a su sala en el hospitality. Una sala pequeña con una camilla, una mesa con un ordenador, una pizarra blanca, estanterías con toallas y un pequeño frigorífico.

Blanca se dio cuenta de la situación y se dirigió a él:

- Fernando, esta es Diana. Es una de las becarias que te comenté. Estará con nosotros toda la temporada.

- Oh!... Sí. Sin problemas. - dijo mirando la pantalla del ordenador junto a Fabio. Ni me miró.

Blanca me miró y susurrandome al oído me dijo "Está un poco nervioso por el inicio de la temporada, ya lo irás conociendo". Tuvo que marcharse y me dejó sola ante el peligro. Allí en esa minúscula sala, sin saber que hacer ni que decir... las horas se me iban a hacer eternas.

Se abre la puerta y entran Marc y Pedro, los pilotos de prueba de Ferrari. El entusiasmo de ambos invadió aquella habitación. Saludaron a Fernando y a Fabio con mucha alegría. Pensé que pasarían de nuevo de mí, cuando Pedro me dijo: "¿ Y esta chica tan guapa quien es?" Fabio muy amablemente me presentó. Fueron muy agradables conmigo, se ofrecieron a enseñarme el funcionamiento de la escudería, cosa que agradecí porque estaba muy perdida. Además me libraría de aquella incómoda situación donde la persona con la que debería pasar todo este año me ignoraba completamente.

Llegó la hora de comer, la mañana había transcurrido tranquila. Me dirijo a la cafetería del hospitality y de allí paso al comedor de la escudería. Una sala enorme con sillas y mesas blancas y rojas. La comida es tipo buffet. Cojo mi bandeja y decido que comer, no tenía mucha hambre debido a los nervios, así que elijo una ensalada y fruta. Sujeto mi bandeja y miro alrededor. No sabía dónde sentarme. No soy buena integrandome con gente a la que no conozco. De repente veo a Jorge que se acerca ¡estoy salvada!. Mi decepción fue cuando me dice que se iba, Kimi lleva otro ritmo, ellos ya habían comido y se ponen de nuevo en marcha. Tenía ganas de hablar con él, de saber como le iba... aunque deduje por su sonrisa que mucho mejor que a mí. Pero ahí seguía con mi bandeja sin saber donde sentarme cuando me llaman:

- ¡Diana! Vente aquí con nosotros! - eran Pedro y Marc.

Ni me lo pensé, me cayeron bien estos chicos, además podía hablar con ellos en español todo el tiempo y eso me daba seguridad. Era una mesa de cuatro y me senté frente a ellos. La comida estaba siendo muy amena, no paraban de contarme anécdotas de otras temporadas. Y entró él. Se notó en el ambiente. Saludos y más saludos. Lo primero que pensé fue que no se sentara con nosotros.... pero no fue así, enseguida Marc lo llamó: "Nano!! Estamos aquí"
Vi como se dirigía a nosotros sujetando su bandeja. Serio. Con la mirada fija. El ambiente era tenso... o al menos a mí me lo parecía. Y el único asiento libre era a mi lado... ¡tierra trágame!

Enseguida entablaron una conversación sobre coches que no entendía nada. Simplemente me limité al escuchar y seguir comiendo. Fernando seguía ignorandome, como si para él no existiera. El resto no parecía darse cuenta de la situación. Una vez que terminamos de comer y durante el café, Marc y Pedro se tuvieron que marchar ya que los necesitaban en el box. Así que allí nos quedamos los dos solos con el aroma a café y un silencio... que ya casi no me resultaba incómodo. Se puede decir que me estaba hasta acostumbrando, y de repente, moviendo su café con la cucharilla y sin levantar la vista de él me dice:

- No hablas mucho, ¿no?

En ese momento, si me pinchan no sangro. ¿Perdona? ¿que no hablo mucho? Pero ni siquiera te has dignado a mirarme a la cara desde esta mañana...

- Es que estoy nerviosa... -fue lo único que alcancé a decir. - Es mi primer día. - Toma ya! Y el de todos! Si es que hoy es el primer día de la temporada. Fantástico Diana. Automáticamente me puse colorada... me suele pasar cuando siento que meto la pata.

- No te preocupes, poco a poco irás cogiendo el ritmo. Es cuestión de tiempo. - y levantó la mirada del café y me miró... y me sonrió...

En ese instante noté como la cara me ardía aún más... ¿que me está pasando? Solo pude sonreír y asentir. Que boba me sentía!.

Dio un último sorbo al café y me dijo que nos veríamos luego en boxes.

Terminados los primeros entrenamientos y reuniones de equipo, me disponía a arreglar la sala para el día siguiente, cuando entró Fernando sudado, con el mono a medio poner y una camiseta blanca que marcaba todo su pecho. El corazón casi me da un vuelco al verlo así. Enseguida le ofrecí una toalla que cogió sin mucho ánimo y empezó a secarse. Apoyado en la camilla miraba lo que hacía, en silencio. El corazón me iba a mil... Terminé mi trabajo como pude, sentía su mirada clavada en mi espalda... Entonces me giré para decirle que me marchaba... y allí estaba, seguía apoyado en la camilla, con los brazos cruzados sobre el pecho y la toalla en el cuello. Impasible. Relajado. Mirándome. Noté como mi respiración se entre cortaba.

- Me marcho ... ya terminé todo. -un hilo de voz salía de mí.

- Mañana nos vemos entonces.

- Sí, hasta mañana. - Y así, frente a frente, mirándonos directamente a los ojos, observé su mirada. Una mirada ¿triste? ¿llena de rabia? ¿odio? ¿Qué le puede ocurrir a uno de los mejores pilotos del mundo? ¿No se supone que lo tiene todo? ¿que es lo que esconde? Tengo todo un año por delante para descubrirlo... ¡y lo haré!

El corazón en Boxes (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora