Celos

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Ver el amanecer en el circuito es un placer que pocos se pueden permitir. Y la verdad que es una pasada... El sol se va reflejando poco a poco en la pista aún húmeda de la rociada de la noche. Y en el silencio de la mañana se mezclan el sonido de los pájaros con el de las herramientas de los mecánicos.

Desde bien temprano el box de Ferrari y resto de escuderías andaban bien ajetreados. Hoy era día de carrera y se notaba en el ambiente.

En cuanto llegamos Blanca nos comentó que quería hablar con nosotros. Fuimos a la cafetería del motorhome.

- Hay algunas novedades en vuestro trabajo, ya que mi situación cada vez me limita más - dijo antes de dar un sorbo a la infusión- A partir de hoy acompañaréis a los pilotos a la parrilla de salida. Allí le proporcionaréis todo lo necesario a ellos, a sus preparadores físicos e ingenieros. Una vez que los pilotos se monten al monoplaza para la vuelta de formación, tendréis que salir corriendo hasta el box, procurando que no se os olvide nada... ¡eso es muy importante! No es la primera vez que nos dejamos en pista algún guante o gorra... -empezó a reírse.

- ¿Más tiempo con Kimi? - dijo Jorge resoplando...

- ¿Pero qué dices Jorge? Si Kimi está encantado contigo... la caes genial y valora tu trabajo... -le sonrió con cariño.

- Pero es que es tan... tan... - No encontraba las palabras.

- Lo de Iceman no se lo dicen por gusto... -soltó una carcajada.- Bueno y Fer con Diana... eso es tema a parte... -me guiñó un ojo. - Habla maravillas de ti...

No pude evitar ponerme colorada.

- Cuenta, cuenta... -le animó Jorge.

- En otra ocasión. Venga chicos. Hoy nos espera un día duro y yo cada vez me canso más... Y eso que sólo estoy de 19 semanas... -se llevó la mano a la barriguita que ya empezaba a notarse.

Jorge y yo fuimos a nuestras habitaciones del hospitality a preparar el día de hoy.

Fer llegó puntual como siempre. No traía buena cara. ¿Habrá hablado con Dasha? No pude preguntarle porque entró con Fabio.

- Buenos días Diana. - me dijo Fabio tan amable como siempre.

- Buenos días chicos - saludé desde el ordenador. Fer ni siquiera habló.

Fabio y yo salimos de la habitación para que Fer se cambiara y se pusiera el mono. Bajamos al box y para mi sorpresa allí estaba ella, sentada de nuevo en el sillón de su chico.

- ¡Hola Diana! - me saludó mientras se retocaba los labios.- Hoy las cámaras suelen grabar mucho en el box y hay que estar preparada -me sonrió. -¿Quieres? - dijo ofreciendome su gloss.

- No gracias. Intento evitar las cámaras todo lo que puedo. - continué con lo mío.

A la vista estaba que Fer no había hablado con ella... Y de haberlo hecho la cosa seguía igual. No quise calentarme la cabeza. Él ya es mayorcito para saber que es lo que le conviene y lo que no.

La mañana fue tan ajetreada que llegó la hora de la carrera y no me había dado ni cuenta.
Los monoplazas abandonaron sus respectivos garajes y se dirigieron a la parrilla de salida. El resto del equipo hicimos lo mismo pero por un atajo para cortar camino.

Llegué exhausta... hacía mucho que no corría tanto. Creo que debería empezar a entrenar...

Ya en nuestros puestos de salida, Fer salió del coche. Le sujeté los guantes y el casco y le di una toalla que colocó en su cuello y agua. No tuvo el valor de mirarme a la cara. Cada vez tenía más claro de que todo estaba igual entre Dasha y él. No lograba entender por qué no daba ese paso si tan claro lo tenía.

El corazón en Boxes (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora