Tenemos un problema

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Diciembre. Navidad. No son unas fechas que me agraden mucho. Soy muy familiar. Me encantaba tener a la familia reunida en la mesa. Mi madre y mi tía preparando la comida. Mi padre intentando que no se fundiera ni una luz del árbol... ¡Que no eran pocas las que ponía! Y mi abuelo descorchando el vino o el champán. Pero mi abuelo ya no está. Mi tío tampoco... Aún así hacemos un esfuerzo y nos reunimos. Cenamos, charlamos... y fingimos que somos felices, aunque en realidad estamos recordando a los que no están. No, no me gusta la Navidad.

Estábamos en pleno puente de la Inmaculada. Mi padre no tenía que trabajar y preparabamos el almuerzo. Mi hermana vendría a comer con su ya marido. Hacía mucho que no nos reuníamos los cuatro. Bueno, los cinco ahora.

En cuanto a mí, hablaba con Seb todos los días, por teléfono o whatsapp. Me contaba lo que hacía en Alemania con su familia y me mendaba fotos de su día a día.

S: Y aquí estoy con el capullo de mi hermano.

En la foto aparecían los dos en un sofá, tapados con una manta de cuadros y sonriendo. Bueno, Seb sonriendo y el hermano poniendo morritos.

D: ¡Qué mono! Pero lo de capullo sobra ¿no crees?

S: ¿Mono?

D: Sí, me lo parece.

S: ¿Más que yo?

D: Sí. Más que tú.

S: ¿Ah si? Pues que sepas que tenía una botella de champán reservada para nuestra escapada y no me la voy a llevar.

D: Eso si te digo que sí.

S: Vas a aceptar, lo sé.

Seb había planeado una escapada para pasar juntos el fin de año. Se trataba de una casita rural al norte de Italia. Solos él y yo. La idea me gustaba y mucho, no lo voy a negar, pero a la vez me aterraba. ¿No era demasiado pronto? ¿Significaba que ya había olvidado a Fer o sólo lo estaba camuflando? No quería hacerle daño a Seb... ¿Y si de pronto me daba la neura con el ninja y arruinaba la escapada? Él tenía mucha ilusión, se le notaba cada vez que hablaba de ello. Tenía que pensármelo bien ya  que quería tomar la decisión correcta.

Volviendo al día en el que mi hermana venía a comer a casa, ya estábamos todos en la mesa. Charlábamos del trabajo, de las compras de Navidad...

Durante la sobre mesa, llamaron a la puerta. Mi madre enseguida fue a abrir.

- ¡Aquí está la novia del año!

- ¡Hola Jorge! - dijimos entre risas.

Y se acabó la calma. Jorge nos acompañó al café y nos contaba todos sus planes de boda.

- Y quiero lanzar palomas al aire como símbolo de nuestro amor libre, puro y casto.

- Sobretodo puro y casto - dije entre dientes.

- ¡Cállate zorra! Que te gusta mucho la salchicha alemana... - quería matarlo en ese momento. A mi hermana casi le da algo de la risa, mi padre y mi cuñado miraban distraídos la tele o se lo hacían y mi madre... mi madre le dio con el trapo de secar los platos en toda la cara. - ¡Eso ha dolido! Bueno, sigo, pero la boda no será este año 2015. Ya para el próximo. 2016 es buena fecha.

- Yo con Hulk me casaría sin ceremonias ni nada. Una firmita y listo. - dijo mi hermana - Es guapísimo... y está buenísimo - esto último lo dijo bajito, ya era una señora casada.

- Sí,  si que lo está... - dijo Jorge con carita de bobo enamorado.

Dejamos a la familia en el salón y nosotros nos fuimos a mi habitación.

El corazón en Boxes (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora