Eres mía (Michael Jackson)

Jodiendo las cosas

Michael's POV:
Aún recuerdo ver a Annie mirándome porque tenía a Lilianne sobre mí, en una posición no muy adecuada para una de mis empleadas.
No lo recuerdo del todo, no puedo explicar como es que Lilianne llegó hasta mi cama, no puedo recordarlo, Annie obviamente se fue de la casa, sabía que todo había acabado.
Aún mantengo en mi mente a Annie llorando a causa mía, siendo una vez más el culpable de su sufrimiento. No valía como persona, sólo me dedicaba a lastimar a las personas que realmente quería, era la peor persona del universo.
-Michael no puedes seguir así, tienes que salir y limpiar este lugar.-dijo Pierre.
-No quiero nada Pierre, la he perdido para siempre, arruiné todo, perdí a una chica que en verdad valía la pena, perdí a la chica que había salvado mi vida.-dije cabizbajo.
Mi compañero desde que ella se fue fue es el alcohol, día, tarde y noche el alcohol es mi consuelo, el que escucha mis penas y jamás me juzga.
-No me gusta verte así, recuerdo la primera vez que te vi así, todo fue cuando descubriste la razón por la cual tus padres se divorciaron.
-Esto no es como esa vez, eta vez ella se merece mi sufrimiento, Katherine no.
-Michael, puedo hablar con Annie. No necesitas seguir así.-dijo Pierre preocupado.
-Ella ya no quiere saber nada de mí Pierre, se acabó, arruiné lo mejor que me había ocurrido.-dije dando un trago a mi botella de vino.
-Hombre con alcohol no vas a solucionar nada.-dijo Pierre molesto.
-Vete Pierre, no quiero decepcionarte más de lo que ya estás.-dije mirando a mi mejor amigo.
Pierre de mala gana se fue, no quería dejarme solo en un momento así, pero este era mi sufrimiento, no el suyo.
Aún recuerdo cuando él dejó de creer en el amor, fue muy duro para él, no merecía tal sufrimiento.
•FLASHBACK•
Pierre y yo acabábamos de graduarnos de la preparatoria, ambos estábamos orgullosos de nuestros logros, yo estaba soltero, no quería comprometerme en el mejor momento de mi vida, pero Pierre estaba dando un gran paso, tenía una relación, la más larga que había tenido, 4 años, me sorprendía ya que la mayoría de las chicas quería a Pierre por su dinero y vaya, admito que mi amigo es guapo. Iba a dar el gran paso de casarse, no le importaba la edad, él estaba enamorado y eso era lo único importante para todos los que le queríamos, todo ya estaba listo, los invitados, el lugar, la cena, la luna de miel, el pastel, todos los detalles que conlleva una boda.
Todo parecía perfecto, pero no lo era, aún recuerdo ese día que llegó Pierre a casa tirando todo a su paso y llorando, ¿qué? ¿Acaso los hombres no podemos llorar?
Me acerqué a él muy preocupado.
-¿Qué ocurre amigo?
-No voy a casarme.-dijo muy molesto.
-¿De qué hablas? Ya tienen todo.-dije confundido.
-No voy a casarme con esa zorra.-gritó.
Era sorprendente que Pierre llamara así a su prometida, pero para que Pierre le falte el respeto de esa manera a una mujer, ella debió haberle dado motivos.
-¿Qué ocurrió?-pregunté sentándome a su lado.
-Fui a la casa de Camila, subí a su habitación y ella no estaba ahí, pero me encontré con una prueba de embarazo positiva.-dijo muy molesto de sólo recordarlo.
-¿Vas a ser padre?-pregunté sorprendido.
-No, ese niño no es mío. Jamás he tenido sexo con ella.-gritó Pierre molesto.
Damn, ya sabía lo que se venía después.
-Me pregunté cómo era posible, si jamás la había tocado, hasta que escuché unos ruidos en el baño de la habitación, quise ver que era y la vi en la tina con otro chico.-dijo esto con lágrimas en los ojos.
-Pierre yo...
No sabía que decirle, por eso odiaba a las mujeres.
-Terminé todo, no habrá boda. No quiero saber nada del amor, no sirve de nada, mira lo que siempre me ocurre, renuncio al amor.-dijo derrotado.
-Te apoyo en todo amigo, siempre estaré aquí para ti.-dije mirándolo.
FIN DEL FLASHBACK
Y desde ese día Pierre dejó de creer en el amor, ni siquiera jugaba con las mujeres. No quería a ninguna cerca.
Pero lo más importante es que ambos nos apoyábamos en momentos difíciles.
Estaba más que destrozado y molesto conmigo mismo, tiré todo a mi paso por la ira que me consumía en ese momento, no quería saber nada del mundo, sólo ahogarme en mis penas.
Janet y Tito estaban muy preocupados por mí, ¿y cómo no estarlo?
Hablaban con Annie, yo lo sabía aunque ellos me lo negaran.
Estaba lleno de ira dentro de mí, había jodido las cosas, había mandado al demonio todo por lo que había luchado. Quería morir.
Miré el espejo frente a mí y lo golpeé, no me importó que este se quebrara en mil pedazos y que mi mano comenzara a sangrar, ese dolor no era nada comparado con el que sentía por la pérdida de Annie.
Tomé mi botella de vino y me refugié dentro del baño para comenzar a llorar, estaba ahogándome en mi miseria, ya todo en verdad se había jodido.
Sollocé sin importarme quien podría escucharme, ¿acaso no tengo derecho a llorar?
Mientras seguía sollozando pude oír como la puerta de la habitación se abría, sabía que podría ser Janet o Tito, así que no me importó y seguí en lo mío.
La puerta del baño se abrió y alguien se acercó a mí, era ella, después de una semana destruyéndome a mí mismo la tenía ante mí.
Annie me preguntó porque me había hecho esto a mí mismo, mi respuesta fue desmoronarme frente a ella.
Me abrazó y me ayudó a levantarme, me pidió que descansara, pero no quería hacerlo, no quería despertar y que ella se hubiese marchado.
-Cuando despiertes te prometo que estaré aquí.-dijo mirándome.
Me acercó hasta la cama y me arropó, se sentía tan bien, al instante me quedé dormido, creo que mi cuerpo ya lo resentía después de una semana sin cuidarme.
Pero no podía dormir bien, desperté asustado mirando de un lado a otro.
Annie me tranquilizó, como me había prometido, estaba ahí cuando desperté.
Hablé de lo ocurrido con ella, no podía permitirme dejar el asunto así, quería arreglarlo si tenía algún arreglo.
-¿Tú me quieres?-pregunté feliz.
-Sí.-contestó ella sonriendo.
-¿Me perdonas por ser un idiota?-pregunté mirándola tiernamente.
-Soy tu esposa y eres mío, si hay zorras que te desean me las arreglaré para alejarlas de ti.
Eso es algo que jamás iba a olvidar. Comencé a reír y la abracé con fuerza.
Así como me estaba hundiendo en el abismo ella me rescató con una simple muestra de preocupación de su parte, me estaba salvando de los demonios que yo mismo me había creado y eso es algo que jamás voy a olvidar.
Me salvó sin habérselo pedido. Mi gratitud siempre estará con ella al igual que mi amor.
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Las amo ♥.