Capítulo 30

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Tengo una semana sin ir al colegio, la noticia de mi secuestro ha sonado por todos lados, mis padres se han encargado de que la noticia no siga más, tratan de que olvide esos días, como si fuera tan fácil, me ayudan a no hablar de eso, pero sé que aún están detrás de la pista de quien me privó de mi libertad.

No he visto a Elliot, ni a ninguno de mis amigos, mis padres me tienen muy vigilada, encerrada en la casa, como si fuera de diamante que intentan robar de nuevo.

Camino por la sala de estar, casi arrastrando mi pie, desesperada de aburrimiento. Viendo desde aquí los hombres que vigilan la casa.

- Emily.. - escucho que dicen entrando a la sala. Me levanto del sofá con dificultad y miró a Brian en la puerta

- Hola.. - le sonrió. Camina hacia mi y me abraza con fuerza. - te extrañe Emily.. -

Yo también lo extrañe a él, extrañaba sus bromas, extrañaba su compañía.

- que haces, no fuiste al colegio? - le pregunto.

- no.. mis padres me dieron permiso para quedarme.. - se sienta en sofá y me entrega mi celular.

ay por fin!
Lo tomo y miró un montón de mensajes, de llamadas.

- tus padres tiene un ejército completo afuera.. - se ríe, asomándose por la ventana. - creo que hasta me pidieron la talla de mi boxer.

Me río a carcajadas al oírlo.

- yo sé, es horrible.. - le hago puchero mientras pongo una película.

Me contó todo lo que había pasado en esta semana, Sarah armo nuevamente una pelea, por defenderme de todas la especulaciones que hacen en la escuela.

- sabes quién volvió - dice quitando mi plato de palomitas ya que se ha terminado las de él. - William... - mete una puño de palomitas en su boca - a preguntado por ti... quiere verte.

William es un viejo amor es dos años mayor, sus padres se mudaron a Francia y por esa misma razón tuvimos que terminar, él estaba lejos y nosotros muy débiles para afrontar una relación así. Nuestros padres ya tenían una alianza económica, pues aseguraban que esa relación funcionaría.

Brian se va, a las 6 de la noche, sigo viendo tele, bueno en verdad, estoy recordando todo lo que me dijo aquella mujer rubia. Que Elliot no ha amado a nadie, que me utiliza para sasear su deseo.

Pero después recuerdo todo lo que me dijo Elliot, y no creo en nada de aquellas palabras de esas mujeres, sé que me quiere y que a pasear de todo, él no me lastimaría.

Voy a mi habitación, un ramo enorme de flores blancas llaman mi atención en mi habitación, son realmente hermosas, sonrió acercandome a la tarjeta.

"De un viejo amor"

Sonrio viendo la tarjeta, el ruido de la puerta abrirse me interrumpe.

- que se te olvido Brian?... - digo sin ver a la puerta

- con que Brian estuvo en tu habitación - dice aquella voz que tanto me encanta.

Me volteo rápido y lo miro parado, con unas flores en su mano.
Unas flores bellamente rojas.

- son para usted Señorita.. - me dice coquetamente.

- gracias señor McColl.. - le coqueteo.

Miro las rosas de William y las pongo a un lado, y pongo las rosas de Elliot a la par.

- Señorita Miller, usted no está muerta para que le regalen rosas blancas... - tira mis rosas a la basura.

Miro mis rosas en la basura, levanto mi vista hacia él.

Mi Peligroso AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora