Estábamos a mitad del mes y Blanca siempre me miraba en casi todas las explicaciones, cuando me tenia que restar punto no lo hacía y me sumaba puntos. ¿Qué pretendía? Era muy extraño que una profesora hiciera eso desde mi punto de vista.
-Lara. -Dijo Blanca sacándome de mis pensamientos.
-Sí, aquí.-Respondí rápidamente.
-Sal delante de tus compañeros y explica el punto nueve. -Dijo.
-No. -Respondí secamente.
-¿No lo has estudiado?-Preguntó acercándose a mí.
-Claro, pero no creo que sea momento para que yo tenga que explicarlo.-Respondí cruzando los brazos.
-Y yo te he ordenado que lo hagas.-Hizo un gesto con las cejas.
La tutora interrumpió la clase de filosofía para organizar la convivencia y con todo el permiso nos quedamos sin filosofía, detrás de ella entraron los profesores que iban a la convivencia:
-A ver, vamos a hacer grupos para la convivencia de dentro de unos días. Blanca hará un grupo, Antonio otro, yo otro así ellos tres. Luego os diré con qué profesor vais y a que cabaña. ¿Tenéis alguna duda?-Preguntó.
-¿Habrá algún día que nos quedemos en la cabaña?-Preguntó Raquel.
-No, pero si algún día de las dos semanas estáis desmotivados y no queréis salir alguien de la cabaña hacéis lo que queráis.-Dijo.
Tras unas preguntas más y un poco de argumento más pasó la hora, el día y la semana.
-Lara, ¿tienes la maleta preparada para la próxima semana?-Me preguntó mi madre.
-Claro... Bueno, solo me queda meter lo que meto el ultimo dia... Cosas que uso ahora por ejemplo.-Asintio.
-Pues ponte el pijama y baja a cenar.
Era sábado, dos días antes del primer día de convivencia, quedé con Natalia a solas para dar una rápida vuelta por el parque con mi galgo:
-Tia que vamos en el grupo con Blanca, ¿qué pretende?-Dije.
-No sé por qué pero he soñado que erais novias, y ahora que lo pienso la verdad es que hacéis buena pareja.-Dijo.
-¡¿QUEE?! ¿¡Qué cosas sueñas!? ¿Cómo puedes hacer eso?-Dije separándome de ella.
-No me hagas caso si quieres pero vamos, yo y mi mente, mi mente y yo.-Dijo.
De repente Rocky corrió hacia un perro que recordé haber visto antes... ¡El perro de Blanca!
Corrimos a agarré la correa.-Perdone, el perro se me ha ido de las manos.-Dije mirándole.
Sus ojos brillantes penetraron en los míos:
-No te preocupes, cosas que pasan... Un perro muy fiero.-Dijo segura.
-Gracias.-Dije rápido.
-¿Ya tienes las maletas hechas Blanca? -Le preguntó Natalia con toda la confianza del mundo.
-Pues sí, aunque me quedan añadir cosas que utilizo ahora, como todos imagino.
-¿Y cómo crees que te lo vas a pasar allí? Nuestro grupo es el mas divertido.-Le dijo otra vez.
"Ojala te calles" pensaba.
-De lo mejor que me lo voy a pasar nunca creo yo.-Dijo.
Yo miraba a todos lados menos a ella, para acabar dije:
-Yo tengo que irme, el perro se aburre y mi madre no quiere que este hoy tan tarde.
-Pero si solo son las ocho. -Dijo Natalia.
-Yo y mi perro, mi perro y yo.-Dije.
-Bueno, vale, pues si no te importa me quedo contigo Blanca, un encuentro de casualidad no es nada.-Dijo.
Me despedí de cada una con dos besos y me fui echándole una mirada fulminante a Natalia.
Seguro que estaba roja como un tomate a no poder más.
Llegué a casa, me duche e hice lo de todas las noches.
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No Todas Son Profesoras.
Romance¡Hola! Soy Lara, estudiante de 2° de Bachillerato sin planes para un futuro. Os vengo a contar mi revoltosa y poco común historia. Quien se lo quiera creer genial, en caso opuesto ya te digo que deberías creerme. Dicho esto, mi historia comienza así...