No Todas Son Profesoras.

Capítulo 32

*Tres semanas después*
Narra Lara:

-Que sí Natalia, estaré bien joder, es la quinta vez que me lo dices.

-Vale vale, disfruta mientras nosotros te extrañamos y te criticamos a lo bestia... Es broma, esperamos que te sea inolvidable.-Dijo a través del móvil.

Colgué y recogí las dos maletas, miré toda la casa recordando todos los buenos momentos en los que mamá jugaba conmigo al escondite; me arropaba por las noches; me abrazaba cuando estaba mal; procuraba curarme y prevenir la enfermedad; dejaba por el suelo globos el día de reyes y luego Rocky los explotaba... Toda una vida guardada en aquella casa, todo un recuerdo.... 

-Lara... ¿Vamos?-Me preguntó Blanca.

-Claro. -Dije secándome una pequeña lágrima. -¿Podemos ir al cementerio antes por favor? -Pregunté mientras arrancaba el coche.

-Por supuesto. -Sonrió. -No te preocupes, Canadá te espera con los brazos abiertos.

Pues sí, iba a Canadá con Blanca de viaje y quizás unos años, era hora de despejarme y explorar un poco.

El cementerio quedaba a unos 15 minutos de mi antigua casa, a veces ir se me hacía eterno y otras no, pero llegábamos.

-No me importa que vengas. -Le dije a Blanca.

Asintió mientras ambas salíamos del coche dispuestas a pasar por las grandes puertas del cementerio. Agarré la mano de la rubia quien la apretaba dándome toa la confianza que necesitaba.

Llegamos hasta la tumba donde descansaba mi madre. El ambiente era desolador, el silencio estaba presente y era el protagonista del lugar.

Tenía el nudo en la garganta más complicado y el cual deseaba desatar con las mismas ganas que las que necesitaba a mi madre:

-Mamá, no tuviste que hacer nada, solo hablar... Desconocía que tuvieras algún problema con mis gustos, aunque no era motivo para llegar a esto... -Suspiré mientras Blanca permanecía en silencio acariciando mi mano. - ¿Por qué? ¿Por qué no esperaste a tu edad adecuada? A una manera menos dolorosa de irte... Lo tenías todo, eras y serás mi ejemplo en esta vida, eras mi suspiro, me apoyaste siempre, eras mi todo en nada, mi luz en la oscuridad...Mira, te he traído una rosa blanca, tal y como te gustan, sin perfume y natural, como tú... -Intentaba luchar contra el gran nudo indesatable. -Te extraño ¿sabes?Mucho. Desde que te perdí todo ha sido muy extraño para mí... No pude despedirme como es debido, no me dejaste, te hubiera gustado que tu funeral hubiera sido con música de Los Beatles pero no tuvieron, por eso te he puesto Angels de Robbie Williams, tu favorita.... Acabé Bachillerato, justo como esperabas, con notas altas, tal y como decías, y lo que hago es por ti, porque aún no asimilo el no tenerte a mi lado, escuchar tu voz, tener un cálido abrazo de tu parte....-Las lágrimas recorrían mis mejillas mientras mi voz se quebraba poco a poco. -¿Sabes? Estoy celosa de la gente que te tiene ahora a tu alrededor, celosa del suelo por el que seguro andas, del aire que aspiras, de la luz que te alumbra. Soy consciente de que nací más idiota de lo que parezco, terca, hueca, como tú me decías, pero nací de ti, yo soy tú; tú estás en mí... Siempre. Pero quiero agradecerte todo cuanto has hecho por mí, por enseñarme a valorar las cosas, a tener educación y a ser quien soy. -Blanca pasaba su brazo por mis hombros. -Sé que mi forma de amar fue lo que te mató, por eso me siento culpable de tu muerte... -Hice una pausa mirando al suelo y dando paso de nuevo al llanto. -Perdóname... Perdóname por todo lo que hice mal, por hacer lo que no te gustaba, por pasar de tus consejos, burlar tus razones, contradecir tus palabras, olvidar tus sabias frases de la vida que tanto me sirven... Perdón... Sobretodo por ser la razón de tu muerte... Mamá...

Acabé en los brazos de Blanca con un largo llanto saliendo de mis ojos. Ella no decía nada,sin embargo su silencio y sus besos en la cabeza me consolaban.

Tras unos minutos abrazada me separé y dije:

-Ahora me voy a Canadá, ¿guay, no?- Sonreía muy levemente-... Espero que aún me quieras, porque yo sí que lo sigo haciendo... Si me das permiso te llevo conmigo, en mi mente y corazón, muy cursi, tal y como querías ser. -Suspiré. -No creo que esto sea un adiós.

Agarré el dedo meñique de Blanca y nos fuimos de allí, luego al aeropuerto y tras una breve espera al avión.

Canadá....¿Qué tienes para mí?