Al llegar al lugar veía cómo todos los demás esperaban fuera del despacho con un comportamiento militar pareciendo esperar órdenes:
-Muy bien, ya tienes la esta mierda, ahora me dejas y no vengas a intervenir en mi vida más.-Le dije a Marcos dejando la joya sobre su mesa con cuidado.
-Preciosa.,, -Dijo riendo. -No es así mi juego.
-¿Perdón? Quedamos en un acuerdo. -Dije con sorpresa.
-Aún me faltan ladrones, y ya que tú estás aquí.... ¿Por qué no aprovecharte? -Dijo.-Tú y Juanito hacéis un buen equipo, así que si quieres que te deje deberás trabajar algo más para mí.
-Soy profesora y tengo alumnos a los que enseñar, no puedes obligarme a hacerlo -Dije enfadada.
-Yo no, pero tú sí. -Sonrió.-Dejarás un mensaje a la directora de ese instituto con una excusa creíble, y depende de cuanto trabajes podrás irte más tarde o menos. -Dijo.
En resumen, iba a estar bastante tiempo fuera de mi zona y de mi casa.
¿Cómo se supone que iba a explicarle todo a Lara? Ella no iba a creerse tal excusa, por ahora si quería salir debía de hacerle caso a Marcos.
Me fui enojada e impotente de allí, aunque Juanito me siguió y me paró:
-¿Qué haces? No me toques. -Dije apartándome bruscamente.
-Tienes que entrar, no vas a vivir en tu casa, vas a vivir aquí. Al parecer tienes tu habitación tal y como la dejaste, bueno, la han estado limpiando pero no han tocado nada. -Informó.
-Por un momento pensaba que podía escabullirme... -Suspiré. -Mira muñequito Ken, tengo una chica a la que proponer novia y no estoy para malgastar el tiempo. -Dije sin dejar de mirarlo.
-Mira muñequita Barbie, tu querida va a tener que esperar con paciencia a tu propuesta... ¿O prefieres estar entre rejas? -Dijo andando.
Le eché una mirada fulminante y a la fuerza volví a entrar, tal y como lo hice me encerré en mi habitación. Cierto fue que todo seguía igual, me senté en mi cama y me puse a ver la única foto que tenía con Lara, suspiré y lo guardé cuando de repente llamaron a la puerta:
-Entre. -Dije.
-Perdona, la cena está servida. -Dijo el mayordomo.
-No voy a cenar, gracias. -Dije con un tono leve de voz.
-Como quiera. -Cerró despacio la puerta.
Estaba muy molesta, creí que mi pasado ya estaba atrás, enterrado, olvidado, pero no, mi suerte me falló de nuevo.
Aquella misma noche redacté el comunicado el cual le llegaría al director del instituto a primera hora de la mañana... Aunque todo lo que hice no estaba bajo mi voluntad.
Narra Lara
Era lunes ya, y tenía el examen de filosofía, esperaba que Blanca me diera alguna que otra ventaja, aunque no me gustaba jugar sucio de igual manera.
Recogí a Natalia y llegamos a la clase, tras pasar varias horas llegó la hora de filosofía, pero en vez de ver a Blanca entrar pasó el director creando un entorno confuso e imprevisto, entonces dijo:
-Vuestra profesora de filosofía Blanca no asistirá hoy a clase, ni mañana ni el otro, hasta nuevo aviso. Ha tenido un pequeño problema con su padre que le obliga a salir del país. Por ahora tendréis al suplente, se llama Andrés, espero que os sepáis comportar.
-Hay algo que no me cuadra. -Susurré a Natalia. -Blanca me dijo que su padre murió cuando ella tenía doce años.
-¿Cómo? -Frunció el ceño confusa. -Bueno, después me cuentas, ha entrado Andrés.
Al salir de clases intenté comunicarme con Blanca convencida de que querría tener algún contacto conmigo, llevándome la sorpresa de que su móvil estaba aparentemente apagado o fuera de cobertura.
Prácticamente estuve toda la tarde preocupada, ni siquiera tuvo el coraje de adelantarme aquel suceso, y aquella preocupación no cesó en toda la semana, mes y el resto del trimestre en el que seguí intentando contactar con ella y autoconvenciéndome de que volvería y todo estaría bien.
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No Todas Son Profesoras.
Romance¡Hola! Soy Lara, estudiante de 2° de Bachillerato sin planes para un futuro. Os vengo a contar mi revoltosa y poco común historia. Quien se lo quiera creer genial, en caso opuesto ya te digo que deberías creerme. Dicho esto, mi historia comienza así...