-Pero tía, has estado todo el trimeste alerta, decaída, preocupada, en tu mundo.-Me dijo Natalia sentándome en mi cama para hablar. -Relájate por favor.
-¿Que me relaje?¿Cómo voy a relajarme?¿Y si me está engañando?¿Y si solo he sido un juguete para ella? Mira Natalia, vida mía, estoy súper enamorada de ella y por ella haría lo que fuese, pero no sé ni donde está, ni con quién, ni lo que esta haciendo. -Dije casi gritando.
-A ver, tranquilizate, va a volver, eso seguro, quizás ahora está en un aprieto del que le cuesta salir, pero no tienes por qué estar así. Tú dale algo más de tiempo. -Cogió mis manos y me miró.-Prométeme que vas a seguir, al menos superar este año que te queda, ya solo queda un mísero trimestre, y es el que más vale, así que por favor sácalo... Hazlo por la tonta que te lo pide cogiéndote de las manos y mirándote al menos.
Tenía razón, finalizar el curso también era uno de mis objetivos más importantes y no podía dejarlo de aquella manera.
Asentí y le abracé.
-Gracias Nat. -Le sonreí a su vez.
Pasó la semana de vacaciones y regresamos a los estudios, me olvidaba poco a poco de Blanca, dejé de mandarle mensajes y llamadas, me centré en los estudios y dia a dia estudié, me preparé para todo, hice exámenes, trabajos, de todo para subir nota y tener una buen calificación.
Narra Blanca
-A ver, Marcos, ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo vas a tenerme aquí retenida? Ya he robado más cosas de las que debería, rompiste tu trato y yo lo acepté por educación a un viejales como usted. Se lo pido por ultima vez... Déjeme salir de aquí, y déjeme en paz, por favor. -Dije aguantando mi ira.
-¿Que quieres salir y volver a regresar?¿Quieres ir a la cárcel tontamente? Yo creo que no.-Dijo encendiendo su puro.
-Jefe, creo que debería dejarla, aparte he encontrado a dos reclutas para que se unan. -Dijo Juan apoyándome. -Lo único que les falta es su charla iniciativa y un poco de entrenamiento, por lo demás está todo bien.
-Si es así...-Se levantó. -Pero... Mientras se preparan voy a utilizarte una vez más. -Seguí con el ceño fruncido. -Esta vez tenéis que robar una pequeña estatua de venus en el museo. Os va a llevar mucho tiempo, tendréis que planear todo para que nada, absolutamente nada, os salga mal. Ya sabéis, un error tonto y adiós a vuestra suerte.-Dijo recibiendo a los nuevos.
Salí y busqué mi móvil, ¿dónde estaría? La última vez que lo vi fue al dejarlo encima de mi mesa.
-¿Buscaba algo, jovencita? -Preguntó el mayordomo.
-Dejé aquí mi móvil, ¿lo ha visto, Eduardo? -Le pregunté.
-El jefe me dio la orden de guardarlo, justo cuando salgas de hacer la misión última que te ha encargado te lo debo dar. -Dijo.
-Por lo menos es la ultima...¡JUAN!-Grité.-¡VEN DE INMEDIATO!
-¿Qué?-Preguntó.
-Ve creando el plan, si falta algo yo modifico lo que haga falta. Quiero acabar con esto cuanto antes. -Ordené.
-Mira rubia... El respeto lo primero y los modales a conjunto. -Dijo agarrando mi cadera.
-¿Hablas de respeto y modales? Mírate a ti mismo primero y luego ya dirás.-Dije haciéndole una llave para liberarme.
Asintió rápidamente y lo solté mientras él ya se ponía manos a la obra tal y como le ordené.
¿Qué debió pensar Lara? ¿Y todos los demás? ¿Como saldría de ese aprieto? Era difícil pero simple, fácil pero complicado, de momento estaba haciendo el plan. Otro de los problemas era ¿cuánto tiempo me llevaría hacerlo? El museo estaba más que vigilado y solo podía hacerlo de día:
-Juan, tengo una táctica.-Corrió hacia mí. -Podemos hacerlo los cuatro.
-¿Un cuarteto? Prefiero un dúo, ya sabes que no me gusta compar...
-Hacer la misión los cuatro, gilipollas. -Dije dándole una colleja.
-¡Que era una chiste! -Replicó con risa.
Pero le miré muy mal, no me gustaban las bromas y aquel momento no fue una excepción ni mucho menos.
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No Todas Son Profesoras.
Romance¡Hola! Soy Lara, estudiante de 2° de Bachillerato sin planes para un futuro. Os vengo a contar mi revoltosa y poco común historia. Quien se lo quiera creer genial, en caso opuesto ya te digo que deberías creerme. Dicho esto, mi historia comienza así...