-¿Os conocéis? -Volvió a preguntar la morena.
No sabía qué hacer, justo pasó lo que no quería que pasara ni debería de pasar.
-¿No le has contado nada de esto a tu querida... Novia? -Decía.
-¿Pero de qué habla? Blanca, responde.-Insistía.
-Lara... -Dije. -Puede que te hubiera mentido cuando te expliqué el por qué de mi ausencia todos estos meses.-Le miré.-Nadie a sido asesinado...
-¿Qué dices?-No dejaba de preguntar.
-Venga, dile dónde estuviste de verdad y qué hacías. -Dijo Marcos.
-A ver cómo digo esto... -Le eché una mirada fulminante a Marcos.-Yo... Eh... Me he dedicado a robar para él.-Dije seria y fría.
-¿Que has hecho qué?-Dijo. -Dime que es mentira. -Añadió con una risa leve.
-No puedo... -Negué.-Pero ya ha pasado, ya no tengo más que hacer, dejé la deuda que tenía con él lista. -Dije.
-¿Y si te hubieran encarcelado u otra cosa?-Dijo alejándose. -No me vuelvas a dirigir la mirada, ni la palabra.
Le seguí y le paré:
-Pero no es así, ya solo soy una profesora de filosofía en vacaciones, pasándolo bien con la única chica de la que esta enamorada.-Dije.
-¿Cuánto has mentido ya, Blanca? Te dije bien que no quería que me mintieras más. Me hubiera gustado haberme enterado desde el principio, desde que te fuiste sin decir nada engañando a todo el mundo, incluso a la persona que supuestamente amas.-Me dijo con lágrimas en los ojos.
-Podemos arreglarlo. Solo ha sido una mentira.-Dije.
-¿Y ya está? ¿Con eso vas a arreglarlo? -Veía su decepción en los ojos.
Y qué dolor sentía en aquel momento, verla de aquel modo me hacía sentir como la peor persona del mundo.
No me dio tiempo para agarrarla ya que corrió, así que volví donde estaba Marcos:
-Espero que estés contento.
-¿Harás ahora lo que te pido?-Preguntó abriendo la puerta del coche.
-Ni lo sueñes, tienes a Juan y a los demás, ya tienes de sobra.-Dije alejándome.
-Lo he intentado... Espero que hayas aprendido la lección: mas vales que obedezcas o te quedas sin lo que más quieres. -Osciló con la mirada.
-Ni soy un perro y ni perderé a Lara... Tú me perdiste a mí hace años, si no te gusta no puedes hacer nada. -Dije alejándome.
El coche se marchó con total elegancia mientras yo me iba cerca de la casa de Lara e intentaba tranquilizarme y poder pensar en frío.
Narra Lara
¿LADRONA? Lo que faltaba ya. No podía creerlo, era por una parte humillante, aunque no imaginaba a tal belleza legal haciendo esa gilipollez.
Me detuve justo en las escaleras donde estuvimos antes y me senté, estaba sola, no había nadie, aquello daba algo de escalofríos pero era de día, el pánico aún no cundía.B- Lara, te lo puedo explicar, ¿dónde estás?
L-¿Explicar? ¿Contarme otra mentira como la de los asesinatos?
B-Pero si ya está todo desvelado, ya no tengo que ocultarte nada, dime dónde estas para poder explicarte la verdad. Por favor.
No le contesté y bloqueé el móvil, me levanté y decidí volver a casa, seria lo mejor.
Iba a paso ligero para no encontrarme con Blanca, miraba a todas las direcciones y estaba algo en alerta. Llegó el momento en el que me relajé y fui a mi paso normal, relajado y sin preocupaciones hasta que llegué a casa. Abrí la puerta y decidí subir por la escaleras, era un tercero, aun así no era gran esfuerzo, subía lento y con respiración tranquila e intentando despejar la mente. Llegué a mi puerta y al levantar la vista una silueta entró por mis ojos, no pude resistirme.
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No Todas Son Profesoras.
Romance¡Hola! Soy Lara, estudiante de 2° de Bachillerato sin planes para un futuro. Os vengo a contar mi revoltosa y poco común historia. Quien se lo quiera creer genial, en caso opuesto ya te digo que deberías creerme. Dicho esto, mi historia comienza así...