7 - Blood

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—Serás idiota. — le espeté al moreno, este hizo un mohín y chasqueó su lengua. Miré de reojo cómo Arzaylea estaba centrada en su teléfono, y le volví a poner atención a Calum. — La conoces desde hace tiempo y creo que te pasaste al decirle aquello.

Él volvió a hacer un mohín, pero esta vez pude ver el arrepentimiento en su mirada.

—Sólo era una broma. — se excusó.

—Llamarla "lonjita azul" no estuvo bien. — volteé los ojos y escuché a mi novia reír, la miré, pero esta seguía con la mirada fija en el celular. — De todos modos, Misty no está gorda. — hablé ignorando a Arzaylea.

—Lo sé. — dijo Calum, este se pasó ambas manos por su rostro y soltó un suspiro. — Debería disculparme.

Asentí estando de acuerdo con él.

Hombre, es que Misty no estaba gorda, yo no la miraba así, tal vez a ella se le miraba más cachetes y sus piernas y cadera estaban un poco más anchas, pero ella era súper delgada antes. Demonios... el punto es que ella estaba perfecta.

Misty había estado todo el tiempo sentada en los taburetes de la cocina, con una soda entre sus manos y la mirada pérdida en algún punto de la mesa. ¿Dónde estaba la Misty que todos conocíamos?

Las ganas de ir donde ella y decirle que todo estaba bien no faltaban, pero y ¿si me ignoraba como siempre?

Gruñí, coloqué mis codos sobre mis piernas y escondí mi rostro entre mis manos, sentí cómo la delicada mano de Arzaylea me acariciaba la espalda seguido de escuchar mi nombre ser susurrado por ella.

— ¿Estás bien? — preguntó cerca de mi oído. Asentí y me a recosté en el respaldar del sillón. — Te traeré una cerveza. — me dijo con una sonrisa, no me dio tiempo de asentir cuando ella ya se estaba dirigiendo hacia la cocina.

Le di una mirada rápida a la chica de cabello azul, y como si mi conciencia ya lo hubiese sabido; ella me observaba. Se me hizo raro que no apartara la vista o me hiciese mala cara, ella solo se me quedó viendo. Pero fui yo quien apartó la mirada. Cobarde.

Misty's Pov

Calum había venido a disculparse conmigo cuando quería estar sola, no debía ser grosera, sabía que el moreno solo bromeaba, pero aquello hacía que mi autoestima se balanceara sobre una cuerda floja. Sus disculpas me parecieron sinceras y sabía que estaba arrepentido... De todos modos nadie podía estar enojado con Calum, osea. Calum es Calum.

Ashton había puesto algo de Joy Division para hacer el ambiente más tranquilo, lo cual estaba funcionando. Calum hablaba animadamente con Michael, Bryana y Ash se estaban secreteando cosas y Luke y su novia estaban sentados en un sillón sin decirse nada, solo estaban a recostados.

Y he aquí yo; sentada en el taburete de la cocina, sin hacer nada.

Hotel California de los Eagles sonaba ahora haciendo que automáticamente Ashton alzara los brazos, sonreí al ver que Calum le seguía con la primera estrofa. Payasos.

Mi mirada chocó con la de Michael y le sonreí, él me guiñó uno de sus ojos verdes y negué divertida.

Giré en el taburete y mi mirada cayó en una lata de frutilla, me levanté y fui donde ella, busqué el abrelatas en los cajones, pero solo habían cubiertos desechables. Vaya vida la de Ashton.

—Mierda. — susurré cuando sentí arder mi mano izquierda, la saqué del cajón y visualicé que ahí dentro se encontraba un cuchillo, que se había teñido de mi sangre.

Miré la palma de mi mano y me asusté de que de ahí brotaba demasiada sangre, la mano me punzaba, y podía sentir el ardor crecer cada vez más, a los segundos me sentí mareada y con ganas de vomitar. Odiaba la sangre. Miré hacia el piso y en él había muchas gotas del líquido rojo espeso.

— ¡Michael! — grité lo demasiado fuerte como para que la música parara.

— ¡Santa Mierda! — escuché chillar a Calum.

Me sentí palidecer y pude caer, pero alguien me sostuvo por atrás.

—Está perdiendo mucha sangre. — dijo la voz de Ashton.

Visualicé a lo lejos aquellos ojos azules mirarme asustado, él también había palidecido.

—Me duele. — susurré. Ashton había agarrado un trapo y lo había envuelto en mi mano para que ya no perdiese sangre.

Miré al suelo donde todavía habitaba mi sangre esparcida y luego al trapo en mi mano donde la sangre ya lo había traspasado.

—Mierda, Misty, ¿Cómo sucedió? — preguntó Michael quien me sostenía. Negué incapaz de hablar y me volví a sentir mareada.

—Hay que llevarla a un hospital o seguirá perdiendo sangre y Misty odia verla, se pone demasiado mal. — escuché decir a aquella voz a lo lejos.

—Luke, gracias por decirnos hasta ahora que la chica odia la sangre. — dijo Calum con cierto tono sarcástico. — Está demasiado pálida, demonios.

—Vamos al hospital. — dijo Ashton, pero después eso ya no supe más ya que mis piernas temblaron haciendo que cayera al suelo.

bittersweet story | lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora