bittersweet story | lrh

26 - Uncle Luke

No había podido conciliar el sueño en toda la noche, el reloj marcaba las 5 AM, todos estaban dormidos, pero yo no. Mi cabeza estaba llena de cosas, sentía como si estuviera a bordo de una montaña rusa. Altos y bajos. Ese era mi estado, pero mi juego mecánico era para niños, pues siempre estaba por lo bajo. Mis emociones estaban por lo bajo.

Me sentía raro al dormir en la cama de mi infancia, pero a la misma vez era reconfortante de un cierto modo. Miraba el poster de Sum 41 que estaba colgado en mi pared cuando mi celular comenzó a vibra en la mesa de noche. Fruncí el ceño pues quién podría llamar en la madrugada.

Pero entonces me sorprendí al ver aquel nombre en la pantalla. Me senté en el borde la cama y cogí el teléfono.

— ¿Misty? — pregunté enseguida. Escuché una larga respiración al otro lado y me confundí. ¿Realmente era ella? ¿Estaba soñando?

—Luke, yo...

— ¿Qué sucede? — pregunté preocupado.

—No quiero despertar a mis padres, y... hmm... — dijo ella algo dudosa de sus palabras y me sentí tan confundido por lo que había dicho. ¿Sus padres?

—No entiendo, se más directa. — le pedí. Se quedó un rato en silencio para luego suspirar.

—Estoy en el aeropuerto central de Sydney, ¿Podrías venir por mí?... por favor. — soltó de forma rápida y juré haber sentido un nudo en mi garganta.

Ella había sido muy directa.

— ¿Estás aquí? — pregunté incrédulo.

—Sí.

—Yo estaré ahí, no te preocupes.

—Okay.

Entonces colgó.

¿Misty realmente estaba aquí? Diablos...

Salí de mi cama con sabanas de gotas de lluvia, me puse una sudadera negra y mis zapatos sin cordón, iría con los pantalones de pijama, de todos modos nadie se fijaría. Me observé rápidamente en el espejo, mi cabello era un desastre, mis ojeras notorias, pero mis ojos... estos tenían un extraño brillo. ¿Acaso Misty era la causante de ello? Tal vez.

La casa estaba en completo silencio, fui a la cocina en busca de las llaves del carro de mi mamá, cuando las tuve tomé un puño de gomitas de osito y me las comí. Cuando iba a salir de la casa, visualicé una pequeña figura sentada en el sillón. Rayos.

—Tío Luke. — me llamó la niña. Rápidamente me giré hacia donde ella y le sonreí.

— ¿Qué sucede, Lindy? — la niña rubia me miró con ojos suplicantes y señaló los regalos que estaban debajo del árbol. — Espera más, cuando tu papá se levante.

—Papá Jack me dijo que no quería levantarse... ¿Dónde vas? ¿Puedo ir contigo?

Demonios.

—Lindy, Tío Luke tiene que ir a un lugar urgente, es muy importante y...

— ¡Quiero ir! — la niña exigió y gruñí.

—Lindy, no...

— ¡Ahhh!...

***

—Tío Luke, ¿Dónde estamos? — preguntó la niña cuando a parqué en el estacionamiento del aeropuerto. Lindy se me había pegado, no pude decirle que no, pues empezaba a gritar. Tendría que ser hija de Jack.

—En el aeropuerto. — contesté, la bajé del auto, y ambos comenzamos a caminar.

— ¿Para qué? — ¿Por qué los niños tenían que hacer tantas preguntas?

—Te mandaré al otro del mundo. — me limité a decir, pero fue mala idea porque ella comenzó a sollozar.

—Tío Luke, soy una buena niña, no hagas eso. — sollozó, se llevó una mano a su cara y dejó de caminar.

—Si dejas de llorar no lo haré. — malas palabras, pues Lindy lloró más fuerte.

¿Me tenía que pasar esto? ¿Por qué?

—Querida, es una broma. Ven. — dije para calmarla, le tomé de la mano y reanudamos el camino.

Para ser muy de mañana había muchas personas en el aeropuerto, me estaba comenzando a impacientar porque no hallaba señal de Misty.

— ¡Tía Misty! — gritó la niña a mi lado, fruncí el ceño, Lindy se apartó de mí y la vi correr hacia otra dirección.

— ¡Lindy! — la llamé, pero algo dentro de mí se encogió al verla correr a los brazos de aquella chica. De Misty. Ella lucía cansada, tenía su bolso negro colgando por el hombro, llevaba pantalones de chándal negros, una camisa gris, su cabello ahora castaño oscuro lo traía suelto... y llevaba mi chaqueta de cuero negra que le había proporcionado el día que nos echaron del club. De un momento a otro me sentía pesado y extraño a la situación cuando ambas se acercaron a mí.

—Mira, tío Luke, es Misty. — me dijo la niña sonriente.

—Es Misty. — susurré y dirigí la mirada a sus ojos azules. Ella me miró de igual forma y sonreí débilmente.

—Tía Misty, Tío Luke me dijo que iba a mandar al otro lado del mundo. Regáñalo por mí. — me acusó mi sobrina, la castaña sonrió y de nuevo me miró.

—No seas malo, tío Luke. — me dijo y supe que también lo decía por ella.

—No lo seré nunca más. Lo prometo. — me llevé una mano al pecho y miré a Lindy quien sonreía satisfecha y luego a Misty, ella solamente se limitó a evaluarme con la mirada.

—Eso lo veremos. — dijo de forma seria, tomó de la mano a mi sobrina y ambas se alejaron hacia la salida.