42 - Papi

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Luke's Pov

—Será mejor que te vayas. — escuché decir a la voz de mi amigo de cabello teñido, agarré con fuerza el borde del sillón y negué. No podía irme, aunque quisiera, no lo haría. Jamás.

Estábamos en el apartamento de Misty, Michael y yo esperábamos a por ella con toda la calma del mundo, pues se estaba arreglando para salir. ¿Con quién? Bueno... Sí, con Bryan.

Lo odio.

—Promete que no te alterarás. — giré mi rostro para verle, entre cerré los ojos, y asentí resignado. No podía perder el control por Misty, si lo hacía ella me volvería a dejar de hablar y prefería cortarme una pierna si ese sucedía.

—No me alteraré.

Michael sonrió y me guiñó un ojo como si yo fuera una de sus presas. Este chico era tan tonto a veces... mejor dicho la mayoría del tiempo, me frustraba, no, la situación me frustraba, no iba a culpar a Mike por mi comportamiento.

— ¿De qué hablan?

—Michael me frustra. — contesté la pregunta de Misty... ¡Misty!

Alcé la mirada, pude sentir mi pecho contraerse, mi corazón dejó de funcionar por un momento y comprendí que tenía que volver a respirar. La chica que estaba en pie frente a nosotros dos lucía tan hermosa, llevaba un vestido negro corto, luciendo sus perfectas piernas, su cabello negro -se lo había teñido a su color natural- lo llevaba suelto, haciendo que le cayera por los hombros, y su rostro... Solamente necesitaba un poco de maquillaje para lucir hermosa.

— ¿Y bien? — preguntó.

—Horrible. — dijo Michael, tomó un cojín y lo llevó a su cuerpo.

— ¿Luzco bien? — me preguntó a mí esta vez. ¿Por qué me hacía esa pregunta? La estaba odiando a ella también en estos momentos.

—Luces bien. — contesté, y agradecí por no abrir más mi bocota y comenzar a soltar cumplidos, unos tras otros.

—Papi debe de ser un chico afortunado. — comentó Michael, le miré de reojo, pude observar cómo sonreía, sabía que estaba haciendo esto para joderme la vida. A demás, ¿Tenía que llamarlo Papi? Eso era absurdo, su apodo era absurdo. — ¿Cierto? Luke.

Abrí la boca para hablar, pero la cerré, se me era difícil responder eso, claro que ese desgraciado era un afortunado por tener a Misty, yo la quería a ella también.

—Ajá.

—Bueno, sí, también soy una chica afortunada. — Misty sonrió y aquello fue lo que rebasó mi copa de cordura.

¡Ella no pudo haber dicho aquello enfrente de mí!

¿En serio?

Bajé la mirada hacia mis zapatos, pude ver la mano de Michael acercarse a mi rostro, pero me alejé antes de que pudiera pincharme un cachete. Esto era su culpa.

Misty miró la hora en el reloj de su muñeca, se llevó un mechón de cabello detrás de la oreja, mordió levemente su labio inferior y fue ahí cuando enfocó su mirada en la mía. Le sonreí, le sonreí porque no quería que supiera que me estaba sintiendo como una mierda en estos momentos, no quería aquello, aunque en realidad lo que deseaba era decirle que se quedara conmigo, deseaba que estuviese hermosa solamente para mí y no para alguien que se hace llamar "Papi".

—Iré a robar comida. — informó mi amigo levantándose del sillón, Misty le miró mal y se cruzó de brazos.

—Estoy segura que irá a por el tocino caramelizado. — me apostó la pelinegra cuando ya solamente quedamos los dos.

—Luces muy hermosa, en serio. — confesé, tomé una gran bocanada de aire y esperé a que ella dijese algo.

—Gracias, Luke. — Ella se acercó al sillón, tomó asiento a mi lado y se dejó recostar en este. Parecía cansada ahora, como si estuviese harta. — Fueras tú el chico que esperaría detrás de esa puerta a por mí si no hubieses sido tan estúpido.

¿Qué?

Aquellas palabras me tomaron por sorpresa, recobré mi postura e hice que ella me mirara a los ojos. Azul contra azul.

— ¿Estás de broma? — pregunté, ella negó.

—Te hubiese dado una oportunidad, pero tú tenías novia y yo ahora también tengo, y ya es muy tarde para algo. — explicó, como si de una sumatoria se tratara. Esto era tan estúpido, yo lo era.

—Lo sé, créeme que lo sé.

—Qué bueno que lo haces. — se levantó del sillón, se acomodó el vestido y caminó lejos. — Iré a traer mi bolso, no tardo. — asentí y cuando la vi desaparecer por el pasillo pude soltar todo el aire retenido por la boca, eso había sido intenso y me hizo sentir como un verdadero idiota por no luchar por ella, la estaba perdiendo, vaya que lo hacía.

El timbre sonó.

Era el único en la sala.

Tenía que ir.

Sonreí, tenía que mostrar mi mejor sonrisa, esa que mostraba que nada me importaba. La sonrisa falsa y que a la vez era cínica. Una de mis favoritas.

—Iré yo. — susurré, me levanté del sillón, acomodé mi cabello, me relajé y me repetí mil veces a mí mismo que no debía golpear a nadie o al menos hacer el esfuerzo.

Cuando abrí la puerta unos ojos cafés claros se posaron en mí, el chico lucía confundido, sus cejas gruesas lo mostraban. Era obvio que le sorprendió verme a mí, eso me hizo sonreír más.

—Hey, Bro. — lo saludé, él intentó quitar la confusión del rostro y al igual que yo mostró una sonrisa.

—Hey. — me tendió la mano, tuve que aceptársela, no tuve otro remedio. Mientras nuestras manos se tocaron solo una cosa pasó por mi mente y era que quería matarlo. — ¿Y Misty?

Le miré a los ojos mientras apartaba la mano, alcé las cejas y me encogí de hombros.

—No tarda, anda buscando su bolso.

—Mmh, pues, bueno. — Bryan alias Papi miró detrás de mí, parecía nervioso, y me alegró ser la razón de ello.

— ¡Bryan! — escuché el grito de Misty detrás mío, me giré para verle, ella ni siquiera me notó, eso me dolió, pero lo que sí hizo que me derrumbara fue cuando ella saltó a los brazos del castaño.

Mi pecho dolía, punzaba, sentí un gran nudo en mi garganta que hizo que no pudiera articular palabra alguna, ver a Misty, mi Misty con otro hacía que perdiera el control, lo peor de todo era que tenía que aprender a controlarme.

— ¿Luke? — rápidamente enfoqué mi mirada en la chica que estaba destrozando mi corazón y le presté atención. — Tú y Michael ya saben qué hacer si deciden irse y yo no he vuelto.

—Sí, claro. — me aclaré la garganta y aparté la mirada de donde él la tenía agarrada de la cintura.

Fue ahí cuando ellos se fueron que me dejé llevar por mis emociones.

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bittersweet story | lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora