Umi

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-¡Eh, Zoro, Robin! - chilló Luffy. Ambos se giraron y sonrieron a su capitán, que corría hacia ellos con su entusiasmo habitual. Nami iba tras él, agarrada a su mano, haciendo esfuerzos por no detenerse. Cuando los cuatro se juntaron, la pelirroja golpeó a su capitán por ser tan impulsivo.

-¿Se puede saber por qué tienes que ir corriendo a todos lados, idiota? - gruñó.

-Es que eres muy lenta, Nami. - Luffy besó en la mejilla a su chica, calmándola. - ¡Y hace tanto que no veo a mis nakama! ¿Cómo estáis, pareja?

Zoro y Robin se miraron felices.

-Tenemos tanto que contaros... - comenzó Robin. - Pero mejor esperamos a la banda, ¿no? Parece que Cocinero-san ya llega.

El espadachín se puso en guardia al ver al rubio haciendo su extraño baile hacia ellos. Por fuera, su expresión ruda ocultaba perfectamente la alegría que sentía de volver a ver a su rival y mejor amigo.

Robin y él llevaban viviendo juntos desde que la banda se separó tras cumplirse el sueño de todos. Como Luffy era el nuevo Rey de los Piratas, todos tuvieron que irse a distintos puntos del planeta para ocultarse más fácilmente. Pero, una vez al año, la banda de Sombrero de Paja, se reunía a bordo del Sunny. El barco navegaba sin rumbo y cambiaba de isla en cada reunión, por lo que la Marina aún no lograba encontrar una mísera pista de su paradero.

Lo primero que hizo Sanji al llegar fue piropear a las mujeres. A Luffy no le preocupaba que el cocinero le tirase los tejos a su chica, en cambio, Zoro cada vez estaba más molesto. Sabía que el rubio respetaba su relación más que ninguno y que su comportamiento era característico en él, pero no podía evitar querer darle un tortazo. De igual modo, ambos deseaban comenzar una trifulca, por los viejos tiempos.

Las chicas sonrieron al ver a sus compañeros tan animados e iniciaron una charla de mujeres, alejadas de la pelea, en la que Luffy había entrado también por diversión.

Cuando los hombres pararon, cansados, se sentaron a beber en la arena, aprovechando que las mujeres habían decidido darse un baño. El lugar escogido por el Sunny en aquella ocasión era una isla desierta, por lo que podían descansar y disfrutar sin problemas.

Chopper llegó también a la isla y, tras saludar efusivamente a todos sus amigos, fue directo a tomar el sol con Robin. Nami se acercó al grupo de hombres, que hablaban de cosas incomprensibles para una mujer y cogió un vaso de sake y comida que había preparado Sanji.

La pelirroja desconectó durante un rato y cerró los ojos. Pero al oír la palabra "Robin", volvió a estar atenta, lista para el cotilleo.

-Bueno, ¿y con Robin? - preguntó Luffy al espadachín.

-Bien. - murmuró Zoro bebiendo un trago. Nami le dió un codazo, pidiendo más información. - Me hace muy feliz.

Nami sabía que Robin y Zoro estaban muy enamorados, pero no conocía detalles más allá de eso. Su amiga era una tumba, por lo que, aprovechando que el peliverde comenzaba a sentir los efectos del alcohol, le sacaría información.

-¿Y el sexo? ¿Cómo es con Robin? - soltó Nami. El espadachín escupió lo que estaba bebiendo y se puso rojo. - Vamos, no me dirás que vives con una mujer explosiva desde hace dos años y no habéis hecho el amor ni una vez.

Zoro dudaba de si debía responder o no. Sanji hacía como que lloriqueaba.

-Vamos, que somos tus amigos. - animó Luffy, interesado en la respuesta.

-Pues... no sé... eh... supongo que... sí. - admitió el muchacho perlado en sudor. Nami soltó una carcajada.

-Vamos, ¡cuenta más! Siéntete orgulloso, te acuestas con la deseada Nico Robin. - Nami seguía pinchándolo.

Kenshi-san [Zorobin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora