Capitulo 13: Flash de emociones y ceros pensamientos.

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—No te preguntaré si ya te sientes mejor...por que es obvio que no.— Murmuro sobre mi cabello.— Pero si te diré que no me gusta verte así.— Tome una larga respiración al oír sus palabras...nunca se me paso por la cabeza que en estos momento Went seria el que me consolara.

Básicamente cada cosa que sucedió hoy fue como un cartel de alerta que se encendía y apagaba constantemente en mi cabeza. Había decidido no prestarle atención a todo lo malo que me rodeaba, quería huir para luego volver y saber que ya esta todo resuelto pero ya nada es así...ya no tengo cinco años como antes. Ahora, por desgracia, todo hay que enfrentarlo y eso asusta mucho aunque aun así se hace.

No temo a lo que me pueda llegar a pasar, sino en lo que me pueda equivocar

—Lo se.—Dije cuando me di cuenta que él esperaba una respuesta por mi parte.

No lo odio. Se que esta tratando de evitar que me involucre en todo pero no puede tapar el sol con un dedo. Si Went fue el que hizo que comenzara con esto, él mismo sera el que me ayude a salir o a comprender. Preferible la primera. Depende.

—Y tampoco que estés soportando esto sola.

¿Es enserio lo que dice?. 

—Lo se.—Bufé. Ya me esta cansando que de tantos rodeos.

—¿Al menos puedes decirme algo mas?— Me removí incomoda en el suelo, su cuerpo se despego del mio y al fin, desde que llego, pudo ver mi rostro. Seguramente mis mejillas están rojas, mis ojos hinchados con ojeras y mis pelos todos enmarañados. 

—¿Odias verme así?.— Pregunte dudosa al ver como se me quedo viendo fijamente como si tuviese un moco pegado en la cara.

—No me gusta.— Corrigió aun sin dejar de hacer contacto visual.

—Entonces dime todo.— Suplique, tuve que aclarar mi garganta para poder continuar con la charla. Digamos que aunque me encanto que Went me dejara descargarme por completo, hubiese preferido que me calmara así me ahorraba esto.

—No se que quieres que te diga.— Bajo sus ojos verdes hacia el suelo.

—No te hagas ¿Si?. Quiero saber todo de este remolino en el que me metiste.— Me senté sobre mis rodillas para hacer que vuelva a mirarme de nuevo.— Por favor.

—Creo...creo que es hora de que vayas a tu casa Tamara. Ya va a anochecer.

—¡NO!— Me levante de golpe y rápidamente imitó mi acción. El remolino de emociones ataca cuando quiere y hay veces que no lo puedo controlar.— ¿Que no entiendes?...¡Me estoy volviendo loca! No se donde meterme, en quien confiar o que hacer para salir de todo y empezar de cero.— Sus ojos pasaron de transmitir nada a demostrarme una gran pena completa.— Estoy MALDITAMENTE PERDIDA. ¡Pero claro! tu no me entiendes porque seguro que ya te sabes todo del derecho la revés. ¡Y ESO ME ENOJA MAS! Y...TE ODIO, ODIO A TODOS, ODIO TU ROPA TU...TU...—Chocó su boca con la mía antes de que termine de balbucear.

Tarde unos cuantos segundos en darme cuenta de lo que pasaba, aunque esos segundos puedo jurar que los cuento con los dedos.

 Creo que no hay que ser muy inteligente cómo para saber que claramente le correspondí. Es inevitable no hacerlo cuando la persona que menos conoces es la que mas te entiende. ¿Me explico?, yo a Went no lo conozco tanto cómo a mi me gustaría pero aun así siento que se toda su vida. Nunca había sido así, nunca permití que alguien desconocido se metiera en mi intimidad sin siquiera saber su edad, conocer a sus padres y por lo menos confirmarme a mi misma que no es un acosador. No se porque con él fue una excepción pero solo se que en el momento en que entro a mi casa supe que este señor me daría muchísimos problemas. Por eso mismo, es raro y atrayente que alguien como Went me haga sentir esto...haga que quiera todo con él pero al mismo tiempo nada por no conocerlo.

Siendo Otra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora