Capítulo 26: Otro de esos sueños.

11 2 0
                                    

—Ni que fuese la primera vez que te fuerzo a hacerlo.— Comentó y luego de unos segundos se dio cuenta de las palabras que utilizó, tragándose rápidamente sus palabras.

¿Forzar?

—¿Que has dicho?

—No...no quise decirlo.—Me miro directo a los ojos para entrar en mí mente, se lo permití porque sabía que no encontraría nada.— Sabes que te quiero y que nunca te forzaría a nada.

—¿Ni siquiera a entregarle mis poderes a Aarón?— Murmuré sin pensarlo.— ¿No respondes?— Dije luego de ver que ni siquiera se está esforzando en por lo menos mentirme para consentir lo que tanto quiero oír.—Cuando haces estas cosas no sé si creer que en realidad si estás enamorado de mí.

—Si lo hago.—Susurro.— Si te amo.

No deberías utilizar esas palabras con las personas ordinaire, hermanito.— Gire apenas un poco para mirar con desprecio aquella voz irritante.

—Creí que tu madurez al menos alcanzaba tus pies.— Bufé observando únicamente a Went.—Pero veo que la falta de educación viene de familia.

—¿Creí que ni siquiera te habían dado el privilegio de educarte?— Río.— Es grato saber que a los Fray todavía tienen una pizca de conocimientos; por lo menos sabes utilizar un lenguaje explícito.— Se acercó a su hermano tocando su hombro con aquellas largas uñas.

—Por lo menos sabés el significado de explícito.— Imite de la misma manera evitando levantar mí dedo meñique.

—Veo que pudiste escapar de mí padre. Aún que se nota que todavía él no fue con todo su mérito.

—Debes callarte Emma.— Mascullo él entre dientes.

—De todas formas me parece extraño que estés aquí parada como si nada, cuando medio ejercito está en tu búsqueda.—Lamió sus dientes.— Y aun mas me sorprende que tu la estés ocultando.— Le dijo, esta vez, a su hermano.

—No es de tu incumbencia.— Respondió frio a su comentario y luego corrió ligeramente su hombro para quitar la mano de Emma.

—Pues entonces no te importara que la lleve con papi.— Me miro aun con su sonrisa mostrando sus ojos rojos.

—Quiero ver que lo intentes.— Dije amenazándola con mis ojos y ella se río ante mi comentario. 

—No te conviene hacerme un segundo round.— Dio dos pasos hacia adelante.— ¿Hace cuanto no entrenas, vilenie? 

—Lo suficiente para saber que de un soplido puedo borrar esa estúpida sonrisa.— Estábamos cara a cara, ninguna de las dos hacia nada pero aun asi nos amenazabamos con la mirada.

—Eres muy ingenua.

—Y tu muy falsa.— Sonreí de la misma manera que ella. Note que ya se le empezaba a ir la paciencia y eso me gusto.— ¿Que?.— Le pregunte obteniendo como respuesta un sonido con su nariz.— ¿Crees que no se de lo que soy capaz? ¿Que no se que con solo un chasquido puedo quemarte viva?.— La sonrisa de le borro de la cara por completo.

—Vete.— Cuando oí su voz en mi mente me sorprendió pero no lo mire, iba a ser muy obvia.—  Emma acaba de llamar a mi padre por su mente. Vete.

Y sin pensarlo desapareci de su vista.

Al aparecer en mi habitación mi corazón comenzó a latir con fuerza. Extrañaba mucho aquella protección que me daba, todo en él extraño y ni siquiera me di cuenta de ello. Pero aún así me mantengo firme ante la petición de Stefan y Lila, siempre les haré caso en todo lo que ellos me diga no importa que. Me duele, porque,- aunque suene muy cursi,- volví a abrir mi corazón cuando creí que nunca mas lo haría. Por eso mismo me enojo conmigo misma por no poder hacer eso que quiero, consta aclarar que es una situación de confianza con él y eso es lo más importante en una relación.

Siendo Otra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora