Epílogo.

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Cinco años

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Cinco años.

Cinco años desde que todo sucedió y aun no da señales.

Habían pasado tantas cosas en ese tiempo: Stefan y Lila me estuvieron entrenando todo este tiempo por si corría peligro algún día de que sabe quien y ya podría defenderme por mi misma sin ayuda de nadie. Según ellos. También había logrado establecer un lazo fuerte con ellos, en todos los sentidos de la palabra. El entrenamiento con Stefan era muy fuerte y complicado, aprendí sobre mis poderes, mis ojos, mi fuerza, mi todo. Cada noche me desvelaba practicando en el patio el movimiento que falle en el día y terminaba con un moretón o esguince nuevo al día siguiente, pero valía la pena porque al final de todo, lo dominaba. Luego, con Lila, aprendía recetas naturales y lecciones de vida diferentes, ella era la bondad en persona y estaba agradecida por tener su amor.

En pasos de esos años fui entendiendo todo por lo que pasamos; entendí las mentiras que sufrí sin darme cuenta de nada o que las cuales deje pasar haciendo oído sordo con el pretexto de que soy una niña, entendí que no se puede confiar en nadie mas que en ti mismo y entendí quienes somos, quienes somos todos. Gracias a mis abuelos, quienes conocí bastante en este tiempo, aprendí lo poco que me quedaba entender. Me hablaron de su vida, de las locuras que hacia cuando era pequeña, de como la amabilidad de mi madre se fue derrumbando poco a poco cuando conoció a Oscar, entre otras cosas.  Entendí que toda mi vida fue una mentira al igual que la de ella, las dos sufrimos un pasado lleno de mentiras y ahora estamos en un presente descubriendo cada una de ellas, descubriendo quienes somos en realidad. Sufriendo aun mas por la verdad y deseando aveces volver a vivir en un mundo falso. Hay veces que prefiero no saber nada, prefiero perderme entre la multitud de gente en mi preparatoria, no volver a casa de mi abuelos y olvidarme de todo lo que me eh enterado o vivido estos últimos años.

—¡Luz, baja un segundo!— Oí el grito de mi abuelo y me sobresalte.

¿Sorprendidos?

Desde ese día...

Desde ese día que cruzo esos portales conmigo en sus brazos para poder llevarme a salvo con mis abuelos, a un mundo que no existe el peligro, desde ese día que ella prefirió salvarme a mi, solamente a mi entre otras personas, Tamara aun no despierta. Según el aprendizaje de Stefan, la flor que utilizaron para adormecerla invadió por completo su sistema y dentro de ella esta luchando físicamente para alejarla, lo que hace que no tenga energías para despertar. Aparte de que el espejo también la debilito, pues no estaba preparado para que dos personas entraran por el y por eso mismo logramos cruzar con ayuda de la magia de ella también.

Resistió para salvarme.

Mi hermana solo da indicios que esta viva estando inerte. Por lo que podemos ver su nariz inhala y exhala de manera normal, la alimentamos por sondas como cualquier paciente en estado de coma, mi abuelo va todos los días en la misma hora a la habitación en donde ella esta y le aplica una especie de hechizo de fuerza para ayudarla con una pisca de algo mas que no sea su magia. Por otro lado, yo la visito diariamente, converso con ella sobre lo que sucedió en mi día y aveces solo me quedo mostrando algunos de mis recuerdos. Aunque ella no me vea ni escuche.

Siendo Otra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora