¿Significado de la palabra "normal"?
Sucesos que ocurren diariamente en la vida cotidiana.
¿Significado de la palabra "fenómeno"?
Persona o animal con diferentes cualidades o características a las demás.
Y con eso, sean bienvenidos a la historia de...
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Mi espalda volvió a chocar contra una columna, aquellas manos con largas uñas se clavaron en mi cuello empezando a apretar muy fuerte.
—¡VAMOS! ¡DEFIENDETE!.— Sus penetrantes ojos rojos me miraban con un brillo extremo.—¡Muéstrame todo!.— Volví a negarme y nuevamente me levanto por los aires y me tiró de nuevo al suelo.
Desde hace quince minutos, Emma se enfureció por que yo me negaba rotundamente a sacar mis poderes, no paraba de golpear y lanzarme por los aires por no hacer lo que ella me decía. Desde que pasó lo de Max y Oscar, me decidí conmigo misma de que no volvería a utilizarlos a no ser de que sea un caso serio. No iba a volver a matar a nadie, no iba a volver a dejar que mis poderes me consuman y me dejen llevar. Asi comprendi por que Emma quería que sacara todo de mí, ella quería que yo me enloquezca, que me desespere y demuestre el monstruo que soy, y eso no lo iba a permitir.
—Nunca.— Sonreí escupiendo sangre de mi labio.
—¿Viniste sola?.— Volvió a preguntar nuevamente algo que no le iba a responder.— ¿Como alguien es tan patética como para acercarse de nuevo a la boca del lobo?.— Tomó los mechones de mi pelo y los tironeo hacia arriba. Gemi por el dolor y con un viento enorme me levanto de nuevo, creí que caería al suelo de nuevo pero esta vez me llevó chocando contra una puerta; la rompi y caí encima de ella entrando a una habitación.
—¡Oi eso! ¿Estas bien?.
—Mierda, sí. ¿Ya encontraste los papeles?.— Cuando no respondió supe ya la respuesta.— Vamos Damia, o voy a terminar enyesada del cuello hacia abajo.
—Esto se esta volviendo muy divertido.— Susurro Emma entrando a la habitación, con fuerza me levanté del suelo y rodeé la cama para que al menos algo nos dividiese.
—Estas comenzando a cansarme.— Masculle.
—Eso quiero.— Sonrió y sus ojos volvieron a ponerse rojos.
—No necesito ser una vilenie para vencerte.— Dije y ella se rio.
—¿Y siendo una ordinaire si?.— Apreté mis dientes esperando su siguiente comentario.— No entiendo cómo es que Wentermind se enamoro de ti, no tienes nada de especial. Pero creo que tu hermanita si vio lo fracasada que eres, al menos ella si se separo de ti antes de que la hundas en esto.
—No hables de mi hermana.— Empecé a clavar mis uñas en la palma de mi mano tratando de controlarme.
—¿O si no que?.— Se acercó unos pasos mas.— Ay Tamy...no te enojes. Al fin y al cabo no dije nada que no sea cierto, eres un monstruo que casi hunde a su hermana en el infierno.— Apoyo sus sucias garras en las sabanas e inclinó su cabeza.— Sin contar que la dejaste sola con una madre maniática.— Con fuerza la eleve para sacarla de la habitación e hice que su cuerpo chocase contra una de las columnas. No podía verla, pero si sentirla.— ¡Siii! ¡Eso quería!.— Escuche como se reía, pise sobre encima de la madera caída y cuando ya nuestros ojos chocaron. Me sentí feliz al ver cómo su rostro palidecía.
