Capítulo 31: Otro punto de vista.

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Luz Rich PoV:

Estuvimos todo el bendito día buscando a Tamara por todos lados, hasta mi hermano me permitió ir al bosque para ver si se encontraba en la casa del árbol ya que él no puede ir por su cuenta,- claramente no le dijimos que necesita de magia para llegar hasta allí porque sino eso sería una patética forma de mandarme al frente y eso es lo último que necesitamos en este momento-, también Went, junto con Damia, buscaron más en el pueblo de Bellowille y Camilo con Martina dieron unas vueltas con el auto por California...pero no habían rastros de ella.

Era cómo si se hubiese esfumado por completo.

—¿Probaste llamar de nuevo?— Asentí ya enojada. Era la cuarta vez que me preguntaba lo mismo.

—Apago su celular.— Le respondí a Tina tocando mis sienes.— ¿No hay algún hechizo para buscarla?

—No aguantarías otra localización.— Murmuró Damia.

—No me refiero a eso— Dije ya con algo de enojo al ver que no comprendía mis ideas. —¿No se puede rastrear?

—Es una vilenie...—Went bajo las escaleras muy despacio y todos los ojos se posaron en él, estuvo en la habitación de Tamara por horas intentando ver qué lo podía llevar a ella.— Pueden apagar su rastreó.— Mordí mí labio evitando llorar por la frustración. Él se posicionó a mí lado y tomo mis hombros.

—¿Ahora son lobos también?— Camilo se levanto de golpe y camino hacia su novia buscando refugio entre sus brazos, ella lo abrazo fuerte y acarició su espalda riendo por su comentario.

—El terminó correcto sería licántropo. Y no existen, solo es mitología.— Martina golpeo su frente con el dedo y ambos rieron.

—Ustedes eran mitología.— Ella lo empujó con delicadeza haciéndose la ofendida y mí hermano le robo un beso.

—Es un idiota.— Bromeo Tina.

—No tenemos tiempo para cursilerías.— Masculle y me levanté de golpe provocando que Went se sobresaltara.— ¿Es que acaso no se toman esto en serio?

—Ella ya está lo bastante grande como para tomar decisiones y cuidarse sola.— Paro de bromear con su novia y me miro cansado.— Nada malo le puede suceder.

—Ah excepción de que mi padre la encuentre.

—Que incendie mi cabaña...—Murmuro Damia con temor.

—Oh que enloquezca y incendie todo.— Dije mirando el suelo.

—Deben dejar la paranoia.— Rió mi hermano recostándose en el sofá. 

—¿Estas hablando en serio? ¡Es tu hermana! Y probablemente está pasando por cosas que claramente necesita nuestra ayuda.

—Corrección: es mi tía.— Fruncí mi ceño ante sus palabras, él sabia perfectamente a lo que me refería.— Y creo que ya nos involucramos lo suficiente.

—¿Lo suficiente? ¡Esto recién esta empezando!— Me señale a mi misma pero sabia que no comprendería el por que. Me miro ya algo alterado y toco sus sienes.

—Si ella se fue es porque exactamente no quiere que nos involucramos en esto, Luz. No es de nuestra importancia si tiene sus ataques de ira o caprichos. Ella no es normal, nosotros si.

Siendo Otra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora