Capitulo 14: Con ella no.

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La primera vez que me enteré que sería hermana mayor me asusté demasiado, tenía tan solo siete años y lamentablemente ya había aprendido a madurar

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La primera vez que me enteré que sería hermana mayor me asusté demasiado, tenía tan solo siete años y lamentablemente ya había aprendido a madurar. No jugaba a las muñecas al igual que las demás, yo en esos tiempos limpiaba y estudiaba limitando a toda costa hablar con cualquier persona. Sabiendo cómo estaba mi familia en ese momento, supe al instante que Camilo y yo seríamos los responsables de criar a esa criatura, ¿Se lo imaginan? Un niño de diez y una niña de siete criando a una recién nacida. No me equivoqué. Al nacer Luz la paz al fin reino en todo mi hogar de porquería, ella vino a iluminar todo como si las cortinas se hubiesen abierto de par en par en un día super soleado. Solo que esa paz se formó porque los que si eran los responsables de cuidar a esa criatura y dos niños, no estaban. Óscar y Mónica por lo menos si supieron hacer algo bien. Nombrarla Luz fue perfecto, encajo justo en ella. Pero bueno...al pasar los años yo ya me sentía como una madre pequeña que alimentaba, limpiaba y cuidaba de otra pequeña que creció demasiado rápido.
Lo único que me arrepiento es que no pude evitar que mi hermana no perdiera su infancia. De chica supo como estaba todo y ahora que por fin alcanzo la edad de diversión e inocencia...termino siendo mucho más inteligente que yo.

Y ahora...ahora que no esta. Que me la llevaron, no lo sé...siento todo. Quiero matar al primero que se me cruce con tal de tenerla conmigo.

—¡Te dije que me soltaras!.— Gruñí cuando volví a sentir que Went me retenía.

—No hasta que me escuches.

—¿¡Escuchar que!? ¡No puedo creer que la defiendas enserio!.—Gabriela se había ido a calmar a Camilo y explicarle que yo traería a Luz, mientras que Daniel nos siguió hasta afuera de la casa escuchando nuestras discusiones.

—Linda, es una trampa.

Ignora el linda.

—Concuerdo.—Pase mi mirada hacia ojazos con tanta exageración que la mitad de mi cabello cubrió mi cara.—Ya lo sabe.

—Expliquen, dios.— Pase mi mirada de uno a otro lanzando mis brazos al aire.

—Damia sabe que eres un vilenie. Te quiere cerca para comprobarlo y con esto, lo está logrando.

—¿Ella es...?

—Socier.—Se aproximo a decir Daniel.— Avanzado.

—No me importa.—Un fuerte viento se había levantado hace tiempo y me hizo arrepentirme al no hacerle caso a Gy de abrigarme.— Iré yo misma para decirle que su plan funcionó.—Y con eso bastó para poner mi mente en blanco, sentí el ardor en mis ojos que ya comenzaba a hacerse costumbre y segundos después ya estaba en el bosque con los pelos desparramados. Corrí hacia donde sentí que debía ir, eso sí que no puedo explicarlo, el presentimiento siempre gana primero en mi. Solo me deje llevar y empecé a esquivar cada árbol y roca que aparecía en el camino. Mi celular vibraba en el bolsillo de mi pantalón. Me negué mil veces a atenderlo, sé que es Camilo pidiendo explicaciones.

Siendo Otra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora