CAPÍTULO 13

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MARÍA

Mientras bailaba sentí unas manos en mi cintura que me invitaban a bailar pegada a un torso fuerte y fornido.

Sin duda apoyé mi cabeza en su pecho y moví mi cadera en contra de la suya.

Ni siquiera le había visto la cara, pero a quien le importa? Yo solo quiero dejar de pensar en el idiota.

Me dio la vuelta y le vi el rostro. Era un chico guapo, más alto que yo, rubio, de ojos azules y llevaba una gorra negra al revés, dejando así ver su hermoso rostro.

Sin duda era un chico guapo. A decir verdad bastante guapo.

No se podía comparar con Jesús pero el chico no estaba mal.

Puse mis manos alrededor de su cuello y el enseguida me apretó mas a su cuerpo.

Enseñó su perfecta dentadura y madre mía que sonrisa!

Se la devolví, y enseguida nos movimos al ritmo de la música.

Cuando todo estaba a la perfección sentí como las manos de Álex ( así me dijo que se llamaba mientras bailábamos) se desprendían de mi cuerpo para dejar paso a una pelea.

Espera, espera, espera... UNA PELEA?!?!

Enseguida identifiqué esa fuerte espalda , ese pelo oscuro, y ese increíble tupé bien puesto.

Era Jesús, de eso no tenía dudas.

Lo podría identificar hasta viendo el más mínimo detalle de su cuerpo.

Adoro mirarlo por lo que he memorizado cada parte de él para no perderme ni un simple detalle.

Se daban golpes, patadas, pero Alex no tenía nada que hacer contra Jesús.

Él siempre le ganaría a cualquiera. Era más fuerte. Tenía más técnica. Más ganas.

Me metí sin duda para separarlos y dos chicos me ayudaron a poner a cada uno a un lado de la pista.

Enseguida me acerqué a Álex y le pedí perdón.

Y: lo siento Alex

A: tranquila no pasa nada

Me sonrió y todavía me sentí mas mal. Dios todo esto era mi culpa.

Me acerqué velozmente hacia Jesús y agarré su mano para sacarlo de la fiesta y reclamarle unas explicaciones del por que hace lo que hace.

El aprovechó la situación para entrelazar nuestros dedos.

Pero quise dejar atrás la sensación en mi estómago al tenerlo a él cogiéndome la mano suavemente , dejándome el roce de sus manos callosas por culpa del boxeo.

Unas manos muy masculinas, unas manos llena de callos que aún hacían su mano más perfecta.

Cuando ya estuvimos fuera, di un fuerte golpe a la puerta y de un movimiento brusco solté nuestras manos entrelazadas.

Estaba furiosa, cabreada. Que se cree este idiota para meterse en mi vida? Que mierda le importa a él lo que haga o deje de hacer?

Además por qué entre todas las fiestas de la ciudad tenía que estar aquí?

Tío no es justo! Yo he venido para olvidarlo! Solo para eso!

Me giré para ver su rostro y lo encontré con un pequeño golpe en su pómulo derecho, pero nada mas. Sin duda el había sido el vencedor de esa pelea.

Me acerqué mas a él, pero dejando una distancia entre nosotros.

Tenerlo cerca me hace perder la cabeza y eso es lo que menos quiero en estos momentos.

Y: SE PUEDE SABER QUE MIERDA HACES?!?!

El apretó su mandíbula, de verdad que a este chico nunca le han gritado o que? Como siempre el tiene que tener la razón en todo.

Y: ME VAS A RESPONDER O QUE? AHORA TAMBIÉN ESTAS MUDO A PARTE DE TONTO?

No lo vi venir, pero en menos de dos segundos estaba mi cuerpo prisionero del suyo y de la pared.

Su rostro estaba a dos centímetros del mío, su respiración agitada chocaba contra mi boca, haciendo así que me llegase un olor a alcohol, cigarros pero con un toque de colonia varonil. Sin duda ese olor me puede.

Sus manos estaban sugetando las mías por encima de mi cabeza y yo era incapaz de reaccionar. Tenerlo tan cerca rompe mis barreras e esquemas.

Cerré los ojos y respiré.

Coger aire, soltar aire, así unas diez veces. Cuando me vi capaz de abrir los ojos, me encontré con su perfecto rostro.

Era el chico mas guapo que había visto en toda mi vida.

Su pelo negro, sus ojos oscuros que te dejaban verte reflejada en ellos dejando su alma al descubierto. Una nariz perfecta que combinaba con su rostro a la perfección. Un tupé incapaz de ser derrumbado por nadie, peinado hacia arriba y llamaba la atención para dar ganas de pasar tu mano una y otra vez por el. Una mandíbula bien marcada y unos labios... Unos labios que te llamaban para ser besados.

Cuando me quise dar cuenta ya tenía su boca encima de la mía. Era un beso dulce, a pesar de estar en esa situación él me besaba de una manera especial.

Gemí sin poder evitarlo y aprovechó esa oportunidad para adentrar su lengua en mi boca.

Su lengua y la mía bailaron las dos al compás de nuestras respiraciones. El beso se prolongó todo lo que pudimos.

Sus manos seguían agarrando las mías por encima de mi cabeza y su cuerpo estaba completamente pegado al mío, sin dejar que el aire pasara entre nosotros.

Cuando nos faltaba el aire se separó de mi poco a poco, pero simplemente separó nuestras bocas.

Apoyó su frente en la mía y poco a poco fue soltando mis manos de las suyas para poner las mías rodeando su cuello y las suyas alrededor de mi pequeña cintura.

Los dos respirábamos agitadamente y yo era incapaz de pensar con claridad.

Solo se que ese beso es el mejor que me han dado en mi vida.

Sus labios eras suaves y su lengua una experta en hacerte llegar al cielo, su aliento era una mezcla entre cigarros y menta.

Quise mirarlo a los ojos y al momento me arrepentí. Su mirada penetraba la mía de una manera única, veía reflejado todos sus sentimientos. Eran sinceros, de verdad me quería.

Y esta vez fui yo la que lo besó, lo besé con todas las ganas que tenía y Jesús enseguida me apretó mas a su cuerpo y adentró su lengua otra vez para jugar con la mía.

Mi mente divagaba por diferentes mundos pero todos eran maravillosos al tener su contacto junto al mío.

Puede que me haya costado mucho llegar a esta conclusión pero estoy dispuesta a intentarlo con el.

Así me tenga que caer miles de veces por él me levantaría otras mil y una vez.

Cuando me quise dar cuenta en su rostro había la sonrisa mas sincera que había visto en mi vida junto con su mirada esperanzada.

Sonreí junto a Jesús.

A partir de ahora todo cambiara, pero teníamos una conversación pendiente.

Yo necesitaba conocerlo antes de nada.

Su voz me sacó de mis pensamientos.

J: eres mía muñeca

Me reí y él volvió a juntas nuestras bocas. A partir de ahora solo nos quedará disfrutar del momento.

(Álex en multimedia)

POLOS OPUESTOS-Jesús Oviedo {ACABADA} EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora