CAPÍTULO 42

2.1K 88 9
                                    

"NARRA JESÚS"

Por fin. Por fin he conseguido todo el dinero necesario para llevar a mi chica a un hospital que sea capaz de devolverle la vista.

Tras buscar la mejor opción Boston ha sido la más fiable.

Sé que cuando le diga que he estado boxeando en las peleas clandestinas se enfadará.

No la juzgo, le prometí no volver hacerlo. Pero necesitamos el dinero.

Sé que ella no es feliz del todo y si está en mis manos que ella vuelva a sonreír, haré todo lo que pueda y más.

Y: tengo que decirte algo muñeca

Está tumbada sobre mí y su cabeza descansa en mi pecho mientas nuestras piernas están cruzadas entre sí.

M: dime

Tiene los ojos cerrados y sé que está cansada. Es tan dulce y sensible. Justo como una muñeca.

Y: puede..... Que haya estado peleando para conseguir dinero

Noto cómo se tensa en mis brazos pero la acorralo más entre ellos si es posible.

Y: escúchame antes de sacar conclusiones que te conozco

Suspira y sé que está dispuesta a escucharme cuando se vuelve a relajar en mis brazos.

Y: veras nena, hace un tiempo decidí que volvería a pelear para conseguir dinero. Pero no es para nada de lo que piensas, yo solo quiero hacerte feliz y sé que recuperando la vista lo vas a ser.

M: de qué estás hablando?

Su cabeza sube y mira a mis rostro directamente.

Y: quiero que te sometas a una operación nena, todo está planeado solo tienes que decir que si muñeca

Un suspiro queda atascado en su garganta y sus ojos se abren de par en par.

M: pe..pero como?

Y: llevo tiempo planeándolo todo y tus padres me han ayudado, solo tienes que decir que sí y confiar en mí, nada más nena

Sus ojos se humedecen y juro que siento como mi corazón se aplasta en mi pecho.

Y: y? Que dices muñeca?

M: yo... Gracias

Se tira a mis brazos y la abrazo con todas mis fuerzas.

Y: por ti haría todo. Te amo y si tú eres feliz yo también lo soy

Sus manos buscan mi rostro y poco a poco se acerca hasta pegar sus labios con los míos.

Sabe a algodón de azúcar. Tiene un sabor dulce y cada vez que la beso me encanta más.

M: vamos hacerlo Jesús, voy hacerme esa operación

Mi respiración se atasca y soy incapaz de decir nada.

Si soy sincero pensaba que me iba a costar más convencerla, pues sé que tiene miedo.

No la juzgo, hasta yo estoy asustado y no es a mí a quien tienen que operar.

Y: pues prepárate nena por qué mañana mismo cogemos un avión dirección Boston.

POLOS OPUESTOS-Jesús Oviedo {ACABADA} EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora