MARÍA
Acabo de llegar a casa. Después de seis odiosos días en el hospital por fin estoy en casa.
Recuerdo la salida de Jesús. Lo que me dolió decirle esas palabras, esas malditas palabras que rompieron mi corazón.
Pero que quería que hiciera? Atarlo a una ciega? Me niego completamente a que eso pase. Merece algo mejor que vivir constantemente pendiente de lo que yo necesito.
Estoy tan en mi mundo que ni siquiera escucho entrar a mi madre en mi habitación aunque es probable que haya hasta picado a la puerta.
J: cielo? Como te encuentras?
Mi madre es la persona que más me entiende en el mundo. La única a la que le cuento como me siento en todo momento. Nunca me juzga, me escucha y me da su sincera opinión aunque a veces no sea lo que quiero oír.
Y: estoy bien mamá.
Simplemente fue un susurro. No se que hacer con mi vida. Me paso el tiempo encerrada en mi habitación sin querer ver a nadie. Pero no se me puede juzgar por ello. Nadie sabe lo difícil que es esto para mí.
J: esto no puede seguir así hija. Algo hay que hacer.
Entiendo su postura. Es mi madre, y lo último que quiere es veré mal. Pero también quiero que se pongan en mi lugar. En lo mal que lo estoy pasando. En toda esta mierda que me rodea estos días.
Y: y que quieres que haga mamá? Estoy ciega y eso nadie puede cambiarlo.
El tono de mi voz desde hacer días es el mismo, mi vida es monótona , sin un solo cambio. Todo igual. Todo lo mismo.
No grito. No lloro. No hago nada delante de la gente. Todos mis sentimientos salen de mi cuando estoy sola. Me desahogo en mi habitación y con toda la oscuridad que me rodea.
Mi papá entra en la habitación interrumpiendo la conversación con mamá y aunque siempre hablo mucho más con mi madre, adoro a mi padre con toda mi alma.
L: cariño tu madre y yo hemos pensado en algo que puede hacerte sentir mejor. Ya que nosotros estamos muy ocupados con el trabajo y sabes que no podemos estar todo el día en casa aunque lo deseemos.
Su mano toca la mía y en un principio me asusto por que no me lo esperaba. Finalmente se sienta junto a mi y acaricia mi mano.
Y: que habéis pensado?
Siento el colchón hundirse a mi lado y se que mi madre se ha sentado a mi otro lado, ambos reconfortándome como los maravillosos padres que son.
J: cielo tu padre y yo hemos decidido pedir ayuda a alguien para que esté contigo todo el tiempo que pueda. Para que no estés sola.
Frunzo el ceño sin gustarme ni un poco lo que están diciendo. Cada vez me siento más y más inútil.
Y: Cómo? No me siento lo suficiente inútil ya que ahora necesito una niñera?
Estoy cabreada . Si, lo reconozco pero aún así mi voz no subía de tono. No tengo fuerzas.
L: no cariño tu madre y yo solo queremos que te sientas cómoda. Que no estés sola.
Tienen razón. Se que necesito que alguien me vigile veinticuatro horas del día como la minusválida que soy.
Y: tenéis razón lo siento. Yo simplemente estoy asustada. Mucho. Tengo miedo.
Una lágrima rueda por mi mejilla sin poder evitarlo y no la limpio porque no tengo fuerzas ni para ese gesto.
Siento la mano de mi padre limpiarla suavemente. Se que es su mano por que es mucho mas grande y dura que la de mi madre.
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POLOS OPUESTOS-Jesús Oviedo {ACABADA} EN EDICIÓN
RomanceEllos no tienen nada en común. Jesús es el típico hombre chulo que se acuesta con cada una de las mujeres atractivas que pasan frente a él, peleas clandestinas todos los días y tatuajes por todo su cuerpo. Su vocabulario no es adecuado y él lo sabe...