POLOS OPUESTOS-Jesús Oviedo {ACABADA} EN EDICIÓN

CAPÍTULO 23

MARÍA

Hoy es el gran día. Hoy es el día donde mi chico va a dar todo lo que sabe y por supuesto que se que va a ganar.

Nadie puede con el. Sin duda es el mejor del mundo, tengo todas mis esperanzas puestas en él.

Ahora los dos estamos tumbados en la cama. Abrazados. Con mi cabeza apoyada en su pecho. Y su mano acariciando lentamente mi pelo.

Simplemente siendo él y yo. Jesús y María. Siempre estaré bien mientras lo tengo junto a mi. Solo su presencia ya es motivo para sonreír. Solo él.

Y: estás nervioso?

No puedo evitar preguntarle. Yo estoy nerviosa pero él parece no estarlo. Siempre se ha caracterizado por su seguridad, pero incluso hoy está tranquilo.

J: para nada. Confío en todo lo que se y en mi forma física.

Lo miro y descubro una sonrisa cínica en su rostro. Algo que tengo que reconocer es que tiene un ego enorme.

Y: no se puede ser más tonto. Solo espero que tengas razón. Por que yo también confío en ti.

Vuelvo a poner mi cabeza sobre su pecho desnudo y escucho sus tranquilos latidos. Los latidos de un corazón que mucha gente pensaba que ya no latía.

J: además tú de verdad crees que voy a dejar que mi chica me vea perder? Qué deje de pensar que su chico es el mejor de todos?

Me río sin poder evitarlo. Este chico no tiene remedio. Pero lo amo así. Tal y como es.

Y: pase lo que pase vas a seguir siendo el mejor para mi y lo sabes.

Me da la vuelta y me deja bajo su cuerpo , arrinconándome entre sus fuertes brazos tatuados.

Suspiro y lo miro. Derritiéndome una vez más por él, como siempre.

Me mira los ojos. Fijamente. De esa forma intensa que te hace pensar que quiere transmitirte sus sentimientos a través de una simple mirada.

J: te amo

Siempre que me lo dice hace a mi corazón temblar. Mis latidos se aceleran y mi boca se seca. Es una reacción de mi cuerpo que no puedo evitar.

Y: te amo

Junta nuestros labios y poco a poco nuestra ropa va desaparecieron de nuestros cuerpos hasta dejarnos piel con piel.

Y sin mas vuelve hacerme suya. De esa manera tan dulce. De esa manera que solo él sabe hacer.

De esa forma que si le cuento a alguien que es así, nadie me creería. Por qué conmigo Jesús es diferente. Y me encanta que lo sea. Me encanta sentirme especial.
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Es la hora de comer y cada vez que el reloj se acercaba más a la hora de la pelea mi pulso se acelera un poco más.

Estoy situada encima de la mesa frente al hombre más sexy del mundo mientras cocina  simplemente con un pantalón de algodón y con un delantal azul que le da un toque masculino.

Aunque reconozcamos que incluso con un moño rosa Jesús sería irresistible. Es un hombre perfecto. Al menos para mí lo es.

Muerdo mi labio inferior mientras escucho como tararea una canción que yo ya había escuchado en la radio.

Si no me equivoco creo que se llama "Si es tu primera vez". No se de quien es. Pero sin duda me siento muy reflejada con la letra.

Y: definitivamente esa canción me describe a la perfección.