Capítulo 6

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 - nueve años atrás -

Aquel día estaba triste, realmente no sabía que hacer, mis padres habían vuelto a pelearse y estaba a punto de llorar, ir a dormir no era una buena opción, con mi estado de ánimo todo parecía lejano y aburrido. Mi hermano había ido de campamento con sus amigos de colegio, así que no había nadie quién me anime. Resignada, me senté en el sofá de la sala que daba una vista fantástica, me quedé allí tal vez unos 10 o 15 minutos, quién sabe, al final sonó el gran reloj del salón, haciendo un estruendo total, el sol estaba desapareciendo tras las montañas y el contraste de color era embriagador, entonces caí en cuenta que ese mismo contraste le daba un toque misterioso a aquella construcción abandonada.

Emocionada y con ansias de ir hacia allí, corrí a mi habitación para tomar mi abrigo, subí la colina y al llegar una inmensa cantidad de viento removió mi cabello, el aire tenía un ligero olor a lirios, caminé unos pasos y de repente un sonido me sobresaltó, totalmente asustada por el repentino suceso, corrí de vuelta lo más rápido que pude. Al llegar, mis padres apenas si se habían percatado de mi salida, parece que aun no terminaban de "charlar". Fui a la cocina y tomé un vaso de agua; no dormí para nada esa noche, me pasé pensando en volver al día siguiente y explorar el lugar.

Apenas escuché mi despertador, me levanté de un salto, lavé mis dientes y me abrigué, salí despacio y procurando no hacer ruido, usualmente mis padres despertaban tarde los sábados, por lo que no me preocupé de dejar una nota. Llegar allí me tomo 20 minutos, esta vez apenas me detuve a ver la entrada, seguí adelante, pensando en el porqué dejaron apenas construida la base y jamás la terminaron, estaba en ello cuando a aló lejos vi una mancha, parecía una persona, me acerqué un tanto temerosa (al borde de un ataque), era un chico, estaba sentado y tenía la mirada perdida en el cielo, estaba a punto de retroceder, pero me topé con una piedra y caí, fui bastante ruidosa, inmediatamente el chico me regresó a ver, sorprendido se puso de pie e inesperadamente corrió para ayudarme, tomé su mano (estaba helada) y me sonrió.

-¿estás bien?-

-Sí, gracias - era tan amable -

-Que alivio, me sorprendí al verte tirada entre tantos escombros, ha ha-

-Ha ha, tampoco me lo esperaba, es decir, creí que nadie se acercaba a este lugar-

-Entonces me presentaré como el primero en pisar esta tierra-

-Es un placer conocer al primer habitante de esta lejana tierra-

Ambos nos miramos por un momento y nos echamos a reír, esa conversación había sido bastante infantil pero así fue como nos volvimos amigos (mi primer amigo en aquel vecindario), los siguientes cinco días nos encontrábamos charlábamos largas horas, incluso me enseñó un jardín, no sabíamos quién lo había plantado pero allí estaba creciendo por su propia cuenta, lleno de lirios, solíamos ir a regarlos casualmente, aquél jueves caí en cuenta que por absurdo que sonara no habíamos dicho nuestros nombre, solíamos gritar Hey! o aquí! cada vez que necesitábamos la atención del otro, ese mismo jueves antes de marcharme se lo dije.

-por cierto, mi nombre es Alice.

-Ha ha, seguro, es como un cuento.

-Lo sé, lo sé

Él levantó su mano en señal de despedida y luego gritó

-en realidad es un lindo nombre, me agrada- sonrió-

-el mío es Liam- dio media vuelta y corrió-

Realmente recordaba aquel jueves como un día encantador, cría haberme enamorado por primera vez y ya que mi hermano llegaba del campamento esa tarde, se lo contaría.

Nunca esperé que de mi mejor día el siguiente pasara a ser el peor, el más odiado, él más aterrador...


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