Cumpleaños II: Strippers

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-¡Wooooooo!

Jessie grita todo lo que puede mientras le da vueltas en el aire a una servilleta de tela.

Hemos hechado a los chicos por una simple razón: celos.

El regalo de cumpleaños eran en realidad strippers, cosa que acordamos hacer para el cumpleaños de los dieciocho de la más pequeña, es decir, Bailee.

Así que ahora mismo me encuentro bailando con Brooke y Nia mientras las demás o bien dan saltos por la habitación gritando o sentadas en el sofá babeando por lo que tienen delante, que básicamente se resume en las gemelas y Bailee sentadas en sillas mientras tres tíos buenorros bailan y se les restriegan.

No puedo evitar reírme, los chicos van vestidos de policía, bombero y un "men in black". Llevan todos la cara tapada, pero espero que en algún momento se lo quiten y por dios, que no sean feos.

Alice se está tapando la cara con las manos mientras que su hermana se ríe como si le acabaran de contar el chise más gracioso de la historia. Bailee en cambio se lo está pasanso bien y aprovecha, toquetea todo lo que puede y más.

-¡El mejor regalo de la historia!

Veo a Jenna levantarse e ir a la cocina justo cuando los chicos dejan en paz a las cumpleañeras y empiezan a bailar con todas, ya casi desnudos.

El que iba disfrazado de bombero se quita el antifaz que lleva, el último en quitárselo es el policía, quién se gira hacia Jenna cuando sale de la cocina.
Nos paramos todos de golpe cuando oímos algo romperse, veo a Jenna petrificada y un vaso roto en el suelo delante de ella.

El chico está de espaldas a nosotras, pero Jenna está tan blanca que parece que ha visto un fantasma. Él la sigue mirando, tampoco sin moverse ni un centímetro.

-¿Josh?

El chico no dice nada, pero puedo oir como traga saliva del silencio que se ha formado. Jenna le aparta de un empujón y camina rápido hacia la habitación de Bailee sin decir nada. El tal Josh se gira y nos mira a todas con una mezcla de miedo, preocupación y desconcierto. Lea, Alice y Liv van destrás de ella, al escuchar un portazo y un 'au' de Liv, deduzco que le ha dado con la puerta en las narices.

Literalmente.

Suelto una risita, y Brooke que aún no se ha movido de mi lado me mira como si estuviera loca. Las dos damos un saltito al oír un grito ahogado de Jessie, mientras que Diana se cae al suelo del susto.

-¡Eres tú!

Él baja la cabeza y se rasca la nuca, incómodo.

-Jessie no grites.

-¡Pero es él! ¡El chico de la fiesta! ¿Dónde esta tu amigo?

-¡JESSIE!

-¿QUÉ? Era muy mono.

Bailee le da un golpe en el brazo y ella hace un sonido extraño mientras pone cara de indignada.
-Será mejor que os vayáis.

Elizabeth se levanta para ir a buscar sus cosas, que están en la habitación de Bailee, para que se vistan.

La dueña de la casa se queja de que el show no ha acabado, que quiere ver más, por lo que se gana malas caras de todas.

Si las miradas mataran Bailee estaría ya bajo tierra.

Muy abajo.

Cuando ya se han ido Lydia va a ver como está Jenna, quién minutos después sale del cuarto con las demás. Lleva los ojos rojos e hinchados, dando a entender que ha estado llorando.

Diana se acerca un poco a ella, pero Jenna sólo mira al suelo.

-¿Jenn?

Sin respuesta.

Diana se agacha un poco, poniéndose en una posición rara para mirar a Jenna a los ojos.

-Kon'nichiwa

Oigo una pequeña risita de Jenna, la misma que hemos soltado todas.

-¿Estás bien?

Esta vez es Nia la que habla, cosa que hace que la chica levante la mirada y sonría, bueno, eso más que una sonrisa es una mueca.

-Si, sólo un poco decepcionada.

-Es sólo un chico, hay más.

-Lo sé... pero para uno que se fija en mí y me sale por aquí...

-Bueno, piensa en las ventajas que tiene.

-¿Cuáles tiene?

-Jenn, si te lo tengo que explicar...

Al entender a lo que se refiere, Jenna se pone roja como un tomate y se tapa la cara con las manos.

Creo que se piensa que si no nos ve nosotras tampoco la vemos a ella.

-No debería haberme enfadado, ¿verdad?

-Siempre puedes llamarle y resolverlo.

-Supongo.

Brooke va hasta la puerta de ls cocina y luego se gira para mirarnos antes de hablar.

-¿Sabéis qué necesitamos?

La miramos expentantes, esperando una respuesta, pero sólo nos mira sin hablar.

-¿El qué?

Entra en la cocina sin decie nada y, al minuto, sale cargada.

-Chocolate.

De un momento a otro todas nos hemos avalanzado sobre la pobre Brooke a quitarle todos los bombones, tabletas y demás chocolate qur lleva en las manos.

-Sois unas bestias.

La miro y me río, luego me giro para mirar a las demás, que están sentadas en círculo en el suelo comiendo y repártiendo chocolate. Niego con la cabeza sonriendo y luego las dos nos añádimos al corro para empacharnos a dulce.

En el fondo sé que estas son el tipo de situaciones que no cambiaría por nada del mundo.

Nerve CellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora