Capítulo 9.

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Haymitch

Effie aceptó. No podía creer que realmente aceptara, tenía un día para convencerla o se iría.

Muy buena motivación para buscar hacer las cosas bien, pensé.

Luego de nadar juntos, apenas regresamos del bosque volvió a ignorarme por completo. Como siempre tome una botella para luego dirigirme hacía mi habitación, pero está vez hice todo lo contrarío. Deseche todo el contenido por la ventana, seguido de eso me recosté en la cama dispuesto a dormir.

Al volver abrir los ojos me doy cuenta que todavía es de madrugada.

Es un milagro que no tuviera pesadillas, tardo dos o tres minutos en reaccionar hasta que veo a Effie entrar a mi habitación con lagrimas en los ojos. Se trataba de una pesadilla. Me parecía extraño no haber escuchado gritos.

Le hago una señal para que se acueste a mi lado pero no hace caso. Me levante, para ir hacia ella, la rodee con mis brazos permitiendo que llore en mi hombro, y sin escuchar sus quejas la cargue para llevarla a la cama, donde la recosté cubriendo su cuerpo con una frazada de lana que me habían regalado los muchachos.

Hacía algo de frío, estaba por irme a buscar otra manta junto a un par de almohadas a la otra habitación pero me tomo del brazo impidiendo que me fuera.

-¿A dónde vas?

-Buscaré algo para poder dormir en el piso.

-Duerme conmigo

-¿No estarás incomoda?

-Siempre que tengo pesadillas duermes conmigo-agregó, sonriendo a medias-. De verdad quiero que hagas eso ahora.

Recostó su cabeza en mi pecho apenas me sintió cerca. Pude notar como se cerraban sus ojos quedando profundamente dormida. Sin hacer ruido y con cuidado de no despertarla me paré a preparar algo para los dos.

Baje a la cocina solo para ver una bolsa llena de pan, supongo que Peeta fue el que la dejó ahí. ¿Cuándo fue que este muchacho entró?, me daba un alivio saber que no esta por ningún lado de la casa, no toleraría un regaño los gritos que hubo hace varias noches.

Fui rápido al tener listo lo de siempre, así que regrese a la habitación esperando que la bella durmiente siguiera en el mismo estado en la había dejado.

Al entrar lo primero que vi fue a Effie abrazando la almohada que yo estaba usando. La frazada que la cubría quedo de lado. Me acerqué a ella para mover un poco su hombro logrando despertarla, dejando a la vista esos ojos celestes que me volvían loco.

-Hora de despertar, ya salió el sol y no es justo desperdiciarlo.

-¿No es muy temprano?

-Hoy es un día especial ¿no?

-Creó que si-sonríe-. ¿Qué tienes en mente?

-Es una sorpresa. Ahora vayamos a desayunar antes de que tu preciado café se enfríe.

-Esta bien Mitch.

-Después de todo creó que podría acostumbrarme a ese apodo.

Bajamos a desayunar tranquilamente. El silenció era incomodo pero hasta que ella decidió romperlo.

-Me imagino que te habrás esforzado-arqueo una ceja-, ya sabes nuestro trato.

-Princesa yo...

-No Haymitch, si no logras convencerme de que si puedes cambiar preparo maletas hoy mismo.

-Me quedo claro ese punto.

-Me alegra de que entiendas esto y no empieces a pelear como siempre.

-Un punto para mi, ¿no crees?

-Solo hay una manera de saberlo.

Se levanto a buscar un vaso con agua para luego tirarlo justo en mi cara. Me pase ambas manos por mi cabello empujándolo hacia atrás para que no se mojara al igual que mi rostro.

-Es una pequeña venganza.

-No debes desafiar a un vencedor princesa-sonreí travieso-. Tienes 5 segundos para correr.

-No te atreverías a tocarme.

-¿Quieres apostar?

Intento llegar a la puerta pero fui mas rápido que ella. La perseguí por toda la casa llevando un jarra llena de agua en una de mis manos.

Fue hasta el cuarto como última opción, esperando cerrar la puerta antes de que yo pudiera entrar, pero para su mala suerte no logro hacerlo, estaba atrapada sin tener a donde huir.

Me acerque a ella, quien por instinto retrocedió hasta caer sentada en la cama. Estaba por derramar todo el contenido de la jarra cuando de manera imprevista se abalanza contra mi.

Tire lo que sostenía sin importar que terminara en pedazos. Sus besos eran desesperados, tanto que intente dominar la situación, siendo ella la que estuviera apoyada contra la pared. Sostuve sus manos sobre su cabeza, impidiendo que se mueva.

Me muerde el labio con tanta fuerza que no puedo evitar apretarla mas contra mi.

Al necesitar aire rompimos el beso. Nuestras respiraciones estaban bastante agitadas, pude notar que tenía lágrimas en los ojos, me asuste creyendo que pude haberla lastimado antes.

-Lo siento-rió sin ganas-, extrañaba tenerte cerca mio.

-Lamento tanto haberte hecho pasar por todo eso cariño.

-Te necesite tanto.

-Yo también-la abracé-, pero ahora necesito que dejes de llorar, no me gusta verte así.

-¿Donde dejé mis modales?, creo que me olvide por completo de todo.

-Ya no eres la Effie de antes. La estoy extrañando un poco pero debo admitir que me gustas mas así.

-Creí que te gustaba solo por estar sin maquillaje.

-No tienes idea todo lo que provocas en mi princesa.

-¿Me estás dando un cumplido? Creó que el estar sobrio te esta afectando demasiado.

Tal vez, pensé.

-Ve a vestirte, un largo día nos espera.

-Podrías al menos darme un adelanto.

-Iremos a tu lugar favorito.

-¿Al lago? creí que hacía algo de frío para nadar hoy.

-Haremos un día de campo, pero si te quieres arriesgar ponte ese lindo bikini preciosa, adoro verte así solo para mi.

-¡Haymitch!-grita sonrojada-, no digas ese tipo de cosas. Iré a vestirme, no tardo.

-Te espero-agregue sonriendo de manera burlona.

No se cuando fue que empecé amar a esta mujer pero si se que no voy a perderla esta vez.

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