Capítulo 31.

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Disfruten el último capítulo como yo disfrute al escribirlo para ustedes. Espero les guste y ahora si. ¡A leer! 😊
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Haymitch

El viaje de regreso al 12 se tardo más de lo esperado. Por suerte, ya estábamos en la estación. Con el muchacho nos dirigimos rápidamente hacia la aldea de los vencedores.

Al acercarnos lo suficiente pude ver como Katniss lo esperaba con una sonrisa. Me tomo por sorpresa que Effie no lo haya hecho también. Una vez dentro de la casa grite su nombre pero no obtuve respuesta alguna. Desesperado salí en busca de los muchachos, esperando hallarla en la casa de al lado.

Estaban sentados en los escalones, con la misma mirada que tenía al imaginarme a donde pudo haber ido.

—¿Haz visto a Effie?

—Se marchó hace unas horas, me sorprende que aun no vuelva—responde Katniss—. Intentaba ocultarse, seguramente fue al...

—Al bosque—termine la oración por ella, fríamente—. Sabe lo peligroso que se volvió ese lugar. No puedo quedarme de brazos cruzados...ire a buscarla.

—¿Por qué iría?—pregunto Peeta.

—Es lo que voy averiguar.

—Iré contigo—suspiró—. Vas a necesitar ayuda si es que pasa algo.

Asentí en respuesta.

—En caso de que vuelva...dale una buena regañada por mi.

Era Katniss a la que me dirigía esta vez, quien nos observaba cruzada de brazos.

—Me haré cargo Abernathy.

Fuimos veloces al adentrarnos en el bosque. A mitad de camino elegimos dividirnos para hacerlo más fácil, Peeta revisaría la cabaña y yo por la zona del lago.

Conforme me fui acercando escuche un par de chapoteos, saque mi cuchillo que solía traer siempre conmigo solo por precaución, antes de ir sigilosamente hacia donde venían los ruidos.

Para cuando estuve lo suficientemente cerca pude distinguir a...¿Clary?. ¿Cómo fue que la niña llego aquí?, ¿Ryan también vino con ella?, ¿por qué la dejo en el agua?. Son tantas preguntas sin respuesta que solo me centre en sacarla, quien sabe las horas que paso aquí con esa ropa mojada.

—Pequeña—susurré, abrazándola—, creí que jamás volvería a verte.

—Tuve mucho miedo—solloza—. Solo quiero ver a mamá.

—Effie no...

—¡Quiero verla Haymitch!—exigió a gritos—. ¡No quiero que Ryan le haga daño!

—No pasara nada—me retire el abrigo para ponerlo sobre sus hombros—. ¿Hace cuanto estas aquí?

—Toda la tarde. Ese hombre me dejo aquí, no sin antes advertirme sobre el gran espectáculo que tiene preparado.

Me aleje un poco más de ella, esperando que Peeta apareciera para que por fin se la lleve.

—Te iras a casa. Yo aún tengo que...

—Ryan planeó algo contra ustedes—interrumpió, tomando mi brazo—, el le pidió a Effie que...

—¡Haymitch!—gritó el chico del pan, corriendo hacia nosotros—. Encontré a Effie, ese tipo la tiene en la cabaña.

—Maldito hijo de...—corte la oración, pasando mis manos sobre mi rostro—. Lleva a la niña, que se cambie de ropa antes de que pesque un resfriado.

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