Capítulo 11.

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Haymitch

No permiti que dijera nada más luego de oír esas palabras.

Cada beso que le daba se volvían cada vez más intensos, dejándonos llevar por el momento. Al no tener mucha ropa que sacar todo se volvió más fácil, me coloque sobre ella sin aplastarla, repartiendo besos al azar por todo su cuerpo.

¿En que momento los besos dejaron de ser suficientes?. Al querer desatar el nudo de la parte de arriba del bikini pude notar como cerro los ojos, y como de a poco se quiso cubrir con las mantas.

Sabía lo que ocurría. En el pasado siempre lo hacíamos a oscuras, ahora puedo verla por completo, sus nervios eran más que obvios. Así que, dejando de lado la impaciencia que tenía por hacerla mía, me detuve.

-Princesa tienes un excelente cuerpo, no hay nada de que avergonzarse.

-No soy una de las mujeres más atractivas desde que tengo estas cicatrices.

-Te hable de ellas princesa. Yo también las tengo, todos las tenemos.

-Ha pasado mucho tiempo, mi cuerpo no es el mismo.

-Tienes razón. Es más perfecto que antes, y esas marcas solo demuestran lo fuerte que fuiste.

-Lo dices para hacerme sentir mejor.

-Todas las mujeres del distrito ya quisieran tener ese lindo cabello rubio o esas increíbles curvas, ¿sigo?

-Basta, solo provocas que me sonroje como un tomate.

-Un agradable tomate. Solo te falta esa peluca verde y un vestido rojo.

-Eso es un insulto a la moda todo tiene que ser...

-Fabuloso-imite su acento.

-Exacto-aspire soñadora-. Esta situación se esta volviendo incómoda.

-Pareces una niña cielito, si no te conociera bien diría que esta es tu primera vez con un hombre.

-En realidad..

-No me vengas con chistes Trinket, ¿acaso debo recordarte el penthouse?, ¿el ascensor?, ¿tu departamento?

-¡Basta!-oculto su rostro con sus manos.

-¿Estas segura?, no quiero que después te arrepientas y me acuses de aprovecharme de tí-bromee.

-Muy gracioso.

-¿Es lo que realmente quieres?

-Solo hazme tuya Haymitch.

Y como si esas palabras fueran lo único que deseaba escuchar, volví a besarla con la misma intensidad de antes.

Mordí y succione su cuello provocando que se estremeciera bajo mi toque. Una de mis manos bajo hasta esa zona sensible, que me encargue de tocar hasta hacerla jadear en mi boca.

Me incorporé frente a ella hasta quedar de rodillas, tome la única prenda que la cubría hasta dejarla completamente desnuda. Repartí besos por sus muslos internos, succionando esos lados con delicadeza, se arqueaba contra mi rogando más contacto.

Bese sus cicatrices, una por una con mimo.

Me quite lo único que llevaba puesto antes de acercarme a su entrada, rozandome con ella haciendo que me desee cada vez más.

La penetre con fuerza al mismo tiempo que sujete sus manos sobre su cabeza impidiendo que me tocara. Me quede un par de minutos así, disfrutando de su interior. Oculte mi rostro en su cuello, sintiendo como su manos intentaban compensar con caricias.

Sus uñas comenzaron a clavarse en mis hombros al sentir que comenzaba a moverme. Las embestidas eran lentas, apenas podía oír el choque de caderas cuando Effie no podía dejar de retorcerse en placer.

Ignoraba mi piel ardiendo por las heridas que las uñas de ella me estaban dejando.

Las ganas de terminar rápido se volvieron una necesidad al ir aumentando la velocidad. Anhele entrar lo más profundo que podía, jadeando su nombre contra su cuello antes de volver a sus labios.

La cercanía de nuestros cuerpos era lo que más nos excitaba.

Al sentir que llegaba el climax, trate de seguirle el ritmo a las fuertes embestidas que estaba dando. Mis gruñidos aumentaron al igual que sus gritos al sentirme entrar y salir de ella. Sus piernas me abrazaron contra su cuerpo cuando una ola de placer nos inundó a ambos.

Me deje venir dentro de ella, sin apartarme de la posición en la que estábamos volvimos a besarnos, se podría decir que eran besos dulces por el cansancio que sentíamos. No quería separarme de ella, quería mantenerme así.

Alcance a cubrirnos con la sabana que había traído, note como ahogó un gemido al retirarme para dejarme caer a su costado, enredo sus piernas junto a las mías, apoyando su cabeza en mi pecho.

-Eres mía, que no se te olvide princesa.

-Solo tuya Mitch.

Jugué con su cabello hasta que el sueño nos venciera.

En el fondo podía sentir el alivio al saber que la mantendría a mi lado a partir de ahora y que aparte, sentía que luego de esta noche las cosas cambiarían para nosotros.

Quien lo diría, por unos pequeños instantes ambos nos comportamos como una pareja común y corriente sabiendo lo lejos que estábamos de ser así.

Sentía una paz invadirme por completo al verla dormir tan relajada sobre mi pecho. Sin duda esta noche quedaría como uno de mis recuerdos más difíciles de olvidar.

Un secreto nuestro y del bosque.

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No es una de las mejores cosas que escribí. 😪 tampoco fue mi idea que saliera tan pobre este cap jaja pero bueno ojala les haya gustado.💕😘

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