Capítulo 18.

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Haymitch

No podía lograr quitar la mirada de la niña que me sigue observando algo seria todavía, sin duda estaba verdaderamente molesta. Dirigí la vista hacia Effie, buscando obtener la explicación a todo esto.

-Cariño, ella es Clary-comenzó a relatar-, la conocí en el tren, su madre la dejo ahí prometiendo volver pero no fue así. No tuve el corazón para dejarla a su suerte. Es pequeña e indefensa, espero entiendas porque la traje conmigo.

-¿Tu viste a la madre?

-No lo hice. Fue ella quien me contó esto y le estoy segura de que no es mentira.

-Princesa no creo que esto sea fácil. Si miente, la madre volverá por ella y no quiero tener que verte triste cuando eso suceda.

-Por lo que se, su madre no la quería con ella.

-Y eso te lo dijo la niña, ¿no?

-Si, dime, ¿qué caso tendría mentir?

-No lose, pero no me creo el cuento de que su madre la abandonara.

-Por favor Mitch, ten un poco de corazón.

-Preciosa tengo el suficiente corazón para preocuparme por ti y los muchachos. No se si hacernos cargo de una niña que ni siquiera conocemos o si está diciendo la verdad, sea buena idea.

-Yo confío en ella eso debe bastar.

-Effie..

Ahí estaba otra vez, usando mi nombre. No tiene caso usar la seriedad conmigo cuando no estoy dispuesta a dejar a esta niña.

-¡Es suficiente!-grito Clary, para luego bajar la voz otra vez-. Si él no quiere creerme esta bien, no quiero que tengas mas problemas por mi culpa. Yo me iré ahora mismo si es lo que quiere.

-No, tu te quedas. Ve arriba cielo, vístete y espérame lista que iremos a ver algunas tiendas, ¿si?

-Pero...

-Haz lo que te digo.

Al verla subir pude notar las lágrimas en el rostro de la pequeña.

Demonios, si así como quieres demostrar que estas cambiando no lo estas logrando Haymitch, pensé.

Tal vez esta niña no mienta pero aun así no estoy del todo seguro. Volví a dirigir mi vista a Trinket y esta en la misma situación.

Me daba la espalda así que lentamente me acerque abrazarla por detrás, se dejo apoyar en mi pero ni siquiera volteo a mirarme.

-Princesa realmente lo siento-susurré-, no quería hacerlas llorar. Sabes que no confío en nadie, y tal vez este exagerando pero tampoco de la niña.

-Confía en mi. Deja que venga con nosotros al 12.

-Sabes lo que opino al respecto.

-Entonces ni te molestes en hacerme cambiar de opinión.

Se zafó de mis brazos para luego limpiarse las lágrimas. Deje salir un gran suspiro, esperando estar haciendo las cosas bien.

-Princesa.

-¿Qué es lo que quieres ahora?.

-Ve a comprarle una mochila nueva y un poco de ropa. Si vivirá con nosotros de ahora en adelante va a necesitarla.

Dejo de darme la espalda al fin, dejo de cruzar los brazos para caminar hacia mi.

Tomo mi rostro entre sus manos hasta lograr besarme, sonrió en mis labios antes de hacerme retroceder, dejándonos caer en el sofá, quedando ella sobre mi.

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