¡Maldita sea! ¿Qué me pasa? Siento un cosquilleo fatal en el abdomen bajo y un aguijón en la cabeza, uno que quisiera salir y golpear a tu novio, mi Rose, mi ángel ¿Por qué debo vivir con la desdicha de que alguien más posea tu amor?
Hoy me acerqué a ti, recuerdo que el otro día te incomodé con una pregunta y hoy es raro pero usas mangas largas, quien lo diría con el tremendo calor que hace, en fin no le tomé importancia y me apresuré a decirte si querías ayudarme en algunas tareas, reimos un rato y me sentí casi como si volara, luego de tanto parloteo aceptaste, vaya que me sentía bien aquel día hasta que llegó la tarde, no me enorgullezco de esta parte de mi vida pero estaba metido en un serio problema que quizás supere algún día, aquel día estuve tranquilo, salí a hacer ejercicio y comencé con una rutina propia, la vida es extraña, unas simples palabras o una sonrisa de esa persona y ¡BAM! Tu día puede cambiar en 1 segundo.
Y es que recién he notado que me he enamorado perdida mente de esa sonrisa, esa que inicia en un hoyuelo, sigue su camino a través de tu rostro y culmina en otro hoyuelo, ¡Tan perfecta esa sonrisa que enamora hasta a la muerte!