Hoy tendré un bonito día, no porque vaya a saber lo que pasará si no porque quiero que así lo sea, llegaré a la escuela y daré el 1000% en la tarde iré a ejercitar y en la noche haré mis deberes.
Llego a la escuela y hasta ahora todo normal, participo en clase y pasan las horas nada me afecta, incluso jugué una «cascarita» con mis compañeros, definitivamente hoy es mi día o quizás no?
Rose me acercó, no sé como pero vi sus intenciones volver a confundirme, me entregó una carta, y sonrió, se fue corriendo a quién sabe donde pero no tenía ganas de seguirla ni de leerla, así que la guardé en mi mochila y me dispuse a irme a mi casa pues ya era hora de salida, tomé mis cosas y me fui.
Ya en la tarde fui a ejercitar, hoy estaba demasiado motivado y no sabía el porqué, llegué a mi casa y hasta ayudé a mi madre a preparar la cena ¡Vaya que me siento bien! Pero ...
Tuve que recordar la carta de Rose así que me dio curiosidad y la abrí, creo que nunca debí hacerlo ...
