Solo quiero irme

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«¡Váyanse, las dos!» no sabía que hacer, no sabía que pensar, qué decir y mucho menos sabía quién era yo.
Sólo quise que me dejaran solo, sólo quería pensar y saber si podía recordar algo, de pronto entra un doctor a querer sacarme sangre y yo odio las agujas, de la tensión no le presté atención y ni sentí el pinchaso.
Aún falta que me hagan unos exámenes para saber si darme de alta o no, ya es de noche y tengo frío pero más que eso tengo miedo, no sé quien soy ni que hago aquí, no recuerdo nada y no conozco a nadie, esa noche tomé muy fuerte mi almohada y sólo empecé a llorar, fue tan deprimente la escena que sentía que no era yo mismo.
Esta almohada de hospital es mi única compañera de momento, la sostuve tan fuerte que de pronto cayó un papel de él, al parecer era una nota con una dedicatoria, en ella decía
«Te odio porque no puedo amarte
Rose.»
Eso terminó de confundirme aún peor pero por alguna razón me sacó una sonrisa enorme, para mi suerte mañana es sábado, al parecer iré por fin a casa, aún tengo algunos huesos fracturados pero puedo caminar y estar en mi casa, y sólo quiero eso.

El Bueno Para NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora