Era un día de escuela, yo era prácticamente nuevo y conocía poca gente, de pronto la vi a ella y es como si todos los planetas hubieran chocado entre si y hubieran formado la mejor obra de arte que jamás haya visto.
Ella era tan hermosa, tan delicada, tan ella, tenía una sonrisa que podía hacerte caer a pedazos y levantarte en una décima de segundo.
Poseía unos ojos tan brillantes como el primer rayo del amanecer y eso la hacia perfecta aún sin conocerla sabía que me había enamorado de esa perfección que sabía, no era de este planeta
