Capítulo treinta y cinco

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— ¡Esa tipa quiso cobrármelos con un interés que no estaba marcado en el precio! ¿Quién hace eso? — escuchaba a Jade desde mi lugar en el borde de su cama — ¡Después de mí la cola se puso larguísima como un cien pies pero no fue culpa mía; yo era una cliente como todos y no iba a dejar que me estafaran y mucho menos me iba a ir sin mis accesorios de la jodida tienda!

   Si Exton no hubiera mencionado ni mierda sobre esto podría estar actuando de manera un poco más entusiasta. ¡Jade y yo hubiéramos hecho chicharra a aquella zorra de la tienda de accesorios! Pero la verdad es que desde entonces no había podido dejar de darle vueltas en la cabeza. ¡Yo y mi maldita conciencia! La bocota de Exton no quería salírseme y estaba debatiéndome mucho. Eso me encojonó porque hace una hora estaba segura de que intentaría pasarla bien en una jodida fiesta.

— ¿Qué tal? — Jade apareció colgándose un vestido en cada mano — ¿Negro o rojo?

— No sabía que querías disfrazarte de un hoyo negro en el espacio ni tampoco de zorra de medio tiempo.

— ¡Qué estúpida! — se quejó — ¡No parecen nada de lo que dijiste! ¿En dónde está el tuyo?

— En realidad, vine con las manos vacías... — apreté mis labios.

— ¿Pero y de dónde cojones venías tú? — preguntó con sorna, dejándose los vestidos a un lado para mirarme con los brazos cruzados — ¿Vas a cancelarme?

— No... Quiero decir — tragué saliva —, honestamente la idea de la fiesta dejó de entusiasmarme.

Esto no es por Exton, lo juro. En serio que no es por él, simplemente... Joder, sé que no es por él.

Jade bufó riéndose irónicamente — ¡Lo sabía! Por eso no trajiste tu vestido para cancelarme con una buena excusa. Pero sabes qué es lo que pasa ahora, ¿verdad?

Me alcé de hombros — En realidad, no quiero saber.

— ¡Es cuando te presto uno de mis vestidos y salvo la noche! — exclamó fingiendo estar entusiasmada para luego bajarme la lata — ¡Dylan, por una jodida vez! ¡Es una simple noche de brujas en donde simplemente vamos a divertirnos! ¿Qué más simple que: "donde los pecados no tienen consecuencias"? Suena genial, ¿no?

— No — sonreí —, claro que no.

— Tienes qué experimentarlo por una jodida vez.

— Ya lo he experimentado.

— Ay, por Dios. — hizo un mohín — La cena de los gemelos Park no cuenta.

— ¡Claro que sí! ¡Era una celebración y estábamos divirtiéndonos! ¡Hicieron una pequeña fiesta para...

— Dylan... — Jade me interrumpió sujetándome de los brazos — Me refiero a buena música, alcohol y chicos. No a la marca de cerveza más denigrante que puedas encontrar y unos intercambios de libros con una pila de décadas encima.

— Pero bailamos a la música de David Bowie. — me excusé haciendo que Jade pusiera cara de pocos amigos — ¡No estoy mintiéndote, no me mires así! ¡Es cierto!

Jade soltó un suspiro pasándome completamente por alto. — ¿Por dónde cojones debo empezar a arreglarte?

— Jade...

— ¡Wow! ¡Lo más importante se me olvidaba!— Jade se espabiló de repente — ¿Te olvidas de alguien que quiero que conozcas? — Alzó una y otra vez las cejas de par en par haciéndome ponerle los ojos en blanco en la cara. La hice reír, porque esa era exactamente la misma expresión que hacía cada vez que no me quedaba más qué hacer. — ¡Vamos!

Afternoon » njh Donde viven las historias. Descúbrelo ahora