XXVI. Good Night for Good

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Andy

¡¿CUÁNDO DEMONIOS VOY A APRENDER?!

¡Soy un idiota!

Y ahora, como muchas otras veces, está enfadada conmigo. Y ahora, como las otras veces, es mi culpa.

Evito gritar o golpear algo ya que sigo en casa de _____ y nadie más que ella lo sabe. Desde ahí escucho lo caballeroso que se porta Ian con mi chica y a su auto arrancar.

Por puro instinto, salí por la ventana lo más rápido pero cuidadoso posible para subir a mi auto y seguirlos.

_____

Me muerdo las uñas tratando de recordar que estoy metida en un auto con Ian y no con Andrew, y que Ian no tiene la culpa de que esté enojada con él.

Trata de disfrutar esto aunque no sea así en lo absoluto. Distráete, olvida a Andrew por ahora, hazle ese favor a Ian.

Y después recuerdo aquella canción de Allison, la modifico y la murmuro...

Me muerdo las uñas, todo por su culpa
¿Acaso no sabe que mi alma es suya?
Maldita la hora en le vi a los ojos
Los veo y yo creo que todo es un sueño... oh!

Ian: ¿Estás bien?

_____: Sí... un poco nerviosa, es todo.

Ian: Y bastante distraída, al parecer, llevamos como cinco minutos estacionados.

_____: Ah... ya sabía -entonces me desabroché el cinturón de seguridad.

Ian: Oh, espera. Yo te abro.

Bajó, rodeó el auto y me abrió la puerta del auto tendiéndome la mano. Yo solamente la tomé y bajé.

No era la especie de restaurante que esperaba. Es más, no se parecía nada a cualquier restaurante al que había ido o visto.

Tenía una enorme ventana que dejaba ver todo el interior alumbrado por lámparas, adornado con colores dorados y telas de seda.

Mientras entrábamos, buscábamos una mesa y nos sentamos, no presté atención a nada más que al lugar.

Ian: ¿Te gusta? -solamente asentí sin dejar de contemplar cada centímetro del interior- El dueño es amigo de mi padre, yo nunca podría pagar algo así.

Me aventuré a mirarlo y notar una expresión de "No debí decir eso".

¿Y por qué?

Igual, no me importaba.

Un mesero tomó nuestros pedidos y yo, como la mujer anormal que soy, no pedí ni ensaladas ni nada light, pedí un plato fuerte que suponía estaría delicioso y de beber refresco.

Ian: Oye...

_____: ¿Qué? -yo jugaba con los cubiertos y estaba mal sentada (obvio sin parecer vulgar, traía vestido).

Ian: Te invité a salir porque quiero conocerte mejor. Quiero conocer tus sueños, tus inquietudes, tus gustos, lo que no te gusta, tus hobbies, quiero saber lo que piensas sobre varias cosas... y quiero que tú me conozcas a mí.

_____: De acuerdo.

No era tan malo. Sólo tenía que dialogar, no era difícil.

Y al paso de sólo unas horas, Ian logró lo que casi nadie consigue en medio año... hacerme reír, hacerme sentir interés por lo que sabía, sorprenderme, ganarse mi confianza, aconsejarme.

EN EDICIÓN: Dear Music Teacher (Andy Biersack y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora