32.- ¿Es el fin?

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Hubo un silencio y una descarga eléctrica, todas las sensaciones y emociones de hacía unos minutos estaban resbalándose, me quede fijo mirándolo a los ojos donde vi una angustia tremenda y en su cara vi frustración y amargura. No tengo idea como lució mi cara pero si lució como me sentí prefiero no describir cual fea lucí.

-Ok, Seb llévame a mi casa –le dije mientras bruscamente me daba la vuelta para subir enfrente-

-no Val espera no se... me encantas todo lo que siento es real, Joline no es como tú, pero llevo tanto con ella te juro que... me comprometí con ella antes de conocerte si te hubiera conocido antes de eso...

-Seb basta! Listo ya está, es tu prometida y yo, yo soy... ¿el desliz? El ¿me encantas pero a ella la amo? Al menos es lo que yo siento por Adam y lo que pasa en nuestra relación, lo que queda de ella, pero ¿tú? Tú tienes un futuro con ella! ¿Por qué dejaste que esto llegara hasta a aquí? –Fui fuerte para sostener el nudo en la garganta-

-no, no eres nada de eso, entiéndelo! Eres maravillosa, eres lo contrario a ella! Te gusta todo lo que a mi eres...

-para Sebastien, yo con Adam ya no tengo futuro pero tú con ella sí y no voy a ser la causa de del sufrimiento de ella, yo no voy a ser la causa de arruinar tu futuro con ella, o la intrusa roba prometidos llévame a mi casa. –de un movimiento entre al copiloto del carro para dejar escapar algunas lágrimas, en Seb veía mi escape a un amor de improvisto de esos amores que llegan de repente y a los tres días son el amor de tu vida, pero yo no era más que una intrusa, el llevaba años con ella, por supuesto la amaba, me limpie antes que el entrara al auto.

-Val por favor es cucha no sé qué es lo que pasa, no sé pero creo por ti podría dejarlo todo...

-Bata Sebastien! No voy a ser la intrusa que deshaga tu compromiso y tu matrimonio! –la voz se me quebró al gritarle y para no seguir hablando puse play al estéreo y subí la música, todo el camino fui mirando hacia la ventana abrazando mis piernas con mis brazos, ni el cinturón de seguridad me puse, había salido de un desastre para entrar a un hermosos desastre. La tarde había sido perfecta, ¿cómo la iba a olvidar? ¿Cómo iba a cortar mis ganas de una tarde más así?

Quería llegar a casa a deshacerme de esa aceptación por Seb, hacia unos meses yo juraba no sentir nada por él, ¿que había cambiado esa postura?

Al llegar al edificio, me baje sin decir más que gracias, azote la puerta y me puse el gorro de mi sudadera pues estaba chispeando.

-Val espera escúchame... -me dijo Seb, me adelante al elevador pero alcanzo a entrar en él, me saque el gorro quedando más despeinada-

-Valeria... escucha! Ya sé que soy un idiota no sé qué decir... -suspiro y se puso las manos en la cara y se recargo en el otro extremo del elevador con las manos tapando su cara, me anime a mirarlo, pero le quite los ojos de enzima para mirar otra vez al piso, el número 5 se puso en rojo en el elevador y la puerta se abrió, volví a ponerme el gorro y me adelante. Al llegar a la puerta de mi departamento me jalo del brazo y me pego a él.

-Val todo lo que te dije es verdad, todos esos besos, diablos! Jamás había sentido algo tan real o al menos no en mucho tiempo ya no puedo ocultar que siento muchas cosas por ti, no eres intrusa, no eres "la otra" por favor deja de decirte esas cosas que no son ciertas, ninguno de nosotros planeo esto... -me quede razonando unos segundos-

-en eso tienes razón no lo planeamos pero, pudiste evitarlo, pudimos... si yo hubiera ya sabido de tu compromiso...

-sí, soy un idiota llegue hace rato al punto de no llegar con ella y quedarme toda la noche contigo, quedarme contigo siempre... -me lo dijo en casi un susurro y acercándose a mi cada segundo... me beso otra vez y no me resistí, aguante unos segundos y me quite dejándolo aun inclinado hacia mí.

Y si...?  (Simple Plan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora