40.- Pesadillas

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Valeria POV

-Erick frena!

-No, Valeria no es el! Es peligroso que frene en este callejón!

-frena maldita sea! –en cuanto frenó abrí la puerta y baje casi de un salto y corrí hasta la silueta tan familiar, no medí el peligro que podía haber si no era quien temía que fuera.

Vi su cabello revuelto, rubio, su espalda con su chaqueta negra de piel, y sus piernas mal caídas en el piso, sus manos eran inconfundibles.

-Seb! SEB ME ESCUCHAS! ¿MI AMOR QUE TE HICIERON? SEB! MI AMOR DESPIERTA, AGUANTA MI AMOR! ¿QUE TE HICIERON? SEB CONTESTAME! SEB!... Erick! Es Seb, es Seb! –dije llorando con todas mis fuerzas con todo mi dolor! Estaba tirado boca abajo en el pavimento, sangraba de la cara y de la boca, tenía los labios morados sobre el asfalto sucio, estaba inconsciente y no había nada, nada! Ni las palabras de mis padres, ni Lauren en brazos de Adam, nada había dolido tanto como verlo en silencio, descansando sereno de la pesadilla que había vivido hacia unos minutos, tome una de sus manos sucias sin dejar de llorar, era impotencia era coraje, si algo llegaba a pasarle mis padres, sin importarme nada pagarían por esto.

-Ya pedí la ambulancia Val tranquila! Lo encontramos eso es lo que importa! Va a estar bien... -se tiró de rodillas y tomo su brazo, sujetó su muñeca con sus dedos- tiene pulso Val está vivo tranquila –la voz de Erick estaba entrecortada, estaba asustado pero nunca dejo de tranquilizarme en la espera eterna de la ambulancia. Cuando llegaron me atolondraron con preguntas que no sabía responder, yo tenía más preguntas! ¿Iba a estar bien? ¿Qué tenía? Subí a la ambulancia, se veía divino, frágil, con el oxígeno en su nariz, con los parpados cerrados, con la cara morada, mi corazón estaba roto. La enfermera me tranquilizaba pero no podía, me sentía tan culpable, sostenía su mano con fuerza midiendo no lastimarlo más, el ultimo recuerdo que tenia de él, era su respiración entrecortada desnudo enzima de mi diciendo que me amaba, yo lo había alejado de mi toda esa semana, ¿y si no despertaba? ¿Y si esta semana habíamos podido estar juntos y por mí no lo estuvimos? ¿Y si no despertaba y nunca sabía que también lo amaba? Un escalofrió me envolvió, algo en mi garganta me cortaba la respiración y algo pesado en el pecho me provocaba llanto imparable. La sirena se oía provocándome migraña y nauseas. La enfermera me quito mi mano de la de él, me dio agua con una pastilla que era un calmante, lo tome sin pensarlo era insoportable lo que sentía. Finalmente llegamos al hospital donde me separaron de él, se fue en la camilla lleno de personas de blanco que frente a mis ojos hinchados y borrosos su blanca ropa me deslumbraba combinado con las luces mate del hospital. Erick ya estaba ahí, corrí a abrazarlo, y ya no estaba llorando, las náuseas ya no estaban tan fuertes ni tampoco la presión y asfixia, pero sabía que era momentáneo por el calmante.

No sé cuánto tiempo trascurrió en el sillón de la sala de espera en urgencias acurrucada en los brazos de Erick, él era mi pilar, mi apoyo, mi todo, siempre estaba para no dejarme derrumbarme. Lo amaba con todo mi corazón. Llego Charlotte, Frida y los chicos, alterados, asustados, pálidos. Erick hablo por mí mientras me refugiaba ahora en brazos de Charlotte sentándome entre Frida y ella.

Chuck trajo café para todos, bebí unos tragos y lo deje en la mesa de centro, permanecíamos en silencio.

Vi la hora, eran las 10:00 pm lo había encontrado alrededor de las 8, el calmante estaba yéndose de mis venas provocándome escalofríos de angustia.

-Familiares de Sébastien Alexander Lefebvre Pepin...-me levante sobresaltada con mis ojos y esperanzas puestas en el hombre canoso con barba vestido de blanco-

Y si...?  (Simple Plan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora