Capítulo 73

788 32 2
                                    

Aunque tuviera que arrancarse el corazón y ponerse uno nuevo para amar de una vez por todas a Niall lo haría. Él se lo merecía.

Cinco semanas después…
Los aromas típicos de la zona le golpearon en el rostro, y sintió nauseas como en todo el camino y como en toda la semana. Tenía que decirle a Niall de una vez por todas que no podía tragarse la sopa de la nueva cocinera, pero tampoco quería herir los sentimientos de la pobrecilla ¿Qué culpa tenia de que su estomago fuera frágil? Aunque ello se había vuelto demasiado habitual desde hacía semanas, exactamente días después de volver de Sudeley, y ahora se encontraba ahí de nuevo… venía dispuesta a buscar a sus doncellas que tuvieron que estar en cuarentena durante cinco semanas, esperándola. Y por supuesto que también estaba su querida Bonita… como la había extrañado.
Se levantó la falda del vestido mientras el conductor del carruaje la ayudaba a descender. Estando a pocos metros de la entrada principal divisó la figura de Caitlin en la puerta, esperándola con la frente en alto y la mirada más fría que había visto. Aunque ya era costumbre que tuviera ese gesto. Bah, ya no le importaba agradarle, a TN tampoco le agradaba.
Una vez subidas todas las escaleras, y llegado hasta ella, hizo una reverencia a lo que ella correspondió con un asentimiento de cabeza.
-buenas tardes, duquesa.
-buenas tardes, majestad.
-supongo que venís a buscar a sus doncellas.
-sí, majestad ¿Ellas se encuentran bien?
-eso creo, creo que la señorita Ana a pescado un resfriado, pero se pondrá bien.
De repente un aroma varonil le invadió las fosas nasales, últimamente su sentido del olfato había agudizado, podía detectar aromas a larga distancia ¿Acaso el estar tanto tiempo en contacto con los animales heredó sus habilidades? Eso era absurdo, se dijo.
Y supo de dónde venía ese aroma tan viril. Harry se posiciono al lado de Caitlin y la saludo con una reverencia, a lo que ella también tuvo que corresponder. No supo cómo ni por qué, pero le había parecido ver un brillo diferente en sus ojos, la miraba de una forma totalmente distinta, más íntima, ajeno a cualquier otra presencia… ¿O eran imaginaciones suyas? Pues aquellas imaginaciones le hicieron tener la sensación de todo se ponía del revés.
-¿Cómo está su esposo, duquesa? –preguntó él, y extrañamente, TN tuvo la sensación de la sangre subir de la cabeza hasta los pies.
-está… -cerró con fuerza los ojos, para aclararse las ideas- se encuentra bien, gracias al cielo. 
-me alegra escuchar eso, milady –
replicó Caitlin- pero ahora veo que usted está más pálida ¿Se encuentra bien?
¿Un cerdo con alas había pasado por arriba de su cabeza sin que se diera cuenta? ¿Caitlin preguntándole si se encontraba bien?
Ahora sí que sentía el piso dándole vueltas. 
-si claro, majestad. Supongo que es el cansancio del viaje…
-¡Milady! –
gritaron dos voces alegremente desde las escaleras. Pero se resistieron de ir corriendo hasta ella por la presencia del rey y de la reina.
-con su permiso, majestades –dijo TN amablemente antes de pasar por medio de ellos dos. Tuvo otra extraña sensación al pasar por el lado de Harry, una que logró que se le desbocara el corazón y tambalearan las piernas. Por supuesto que mantuvo la frente en alto ignorándolas e ignorándolo. ¿Cómo era posible que él no hiciese nada y que a ella le sucediera todo eso? Omitió ese pensamiento para encargarse de saludar cariñosamente a Lady Allen y Lady Boston. Realmente las había extrañado, y ellas al parecer también la habían extrañado o simplemente estaban deseosas de irse. Pero veía alegría sincera en sus miradas.
Las dos le iban contando las novedades mientras ascendían por las escaleras, se encontraba algo aturdida y mareada, sin embargo ellas no parecían notarlo y lo prefería así.
Ana tenía la voz ronca y tenía un pañuelo a mano para sonarse la nariz.
-cuanto lo siento, milady. Hubiéramos preferido irnos una vez usted llegado.
-tranquilízate, querida Ana –
le dijo TN dulcemente- en cuanto te pongas bien partiremos. Lady Allen y Lady Boston me han comentado como fue su estancia aquí estas semanas, pero quiero oír su versión.
-no ha sido acogedora por supuesto. Su majestad nos ha tenido bien vigiladas, no quería que saliéramos por nada del mundo. Decía que era lo más conveniente para evitar contagios. Por cierto, ¿Cómo está el duque?

-de maravilla. Recuperándose pero de maravilla. Como lo han predicho era una enfermedad de la estación.
-es sorprendente que usted no se haya contagiado, milady –
comentó Lady Boston.
-y eso que estuviste con él la última noche- prosiguió Lady Allen.
-creo que he desarrollado una defensa o algo así.
Minutos después Lady Allen se retiró para buscar en la cocina la cena de Ana: sopa de verduras.
Apenas entro con la bandeja Ana arrugó la nariz en gesto de desaprobación.
TN no pudo evitar soltar una risita. 
-¿Y qué se supone que es eso? –preguntó Ana horrorizada al ver el hueso de pollo flotando en el humeante liquito.
-ayudara a recuperar sus fuerzas más rápidamente, querida Ana –le dijo Lady Boston depositando la bandeja en su regazo.
TN observó y comprendió porque Ana tenía ese gesto de desaprobación. Sin embargo, con los sentidos del olfato y del gusto agudizado, le escandalizo más. Y al respirar hondo para tranquilizarse, aspiró más el olor de la humeante sopa; causándole que el estomago se le revolviera.
-¿Milady? –la miró Ana con desconcierto, las otras dos también clavaron la mirada en ella y TN se sintió peor.
-una letrina masculló con la mano en la boca.

Lady Boston y Lady Allen acudieron a ella de inmediato, por todos los cielos, estaba blanca como la leche y en cuanto anuncio que necesitaba una letrina se echo a correr a la puerta más próxima. 
Las dos mujeres se miraron con preocupación mientras la escuchaban vomitar. Por suerte el baño estaba dentro de la habitación y no fue necesario correr por el pasillo en busca de uno. De pronto invadió el silencio y Lady Boston dio tres golpecitos con los nudillos.
-milady… ¿Se encuentra bien? 
Pero por supuesto que no se encontraba bien, TN lo sabía y las tres doncellas también. Segundos después TN salió y las dos mujeres la ayudaron a sentarse en el sillón más cercano. Ana se había levantado de la cama y le estaba dando aire con un abanico. Ignorando las protestas de las dos Ladies.
-tráele agua –sugirió Lady Boston y Lady Allen se puso en camino- milady, oh milady… ésta muy pálida… ahora sí que no podremos llegar a Campion.
-de eso ni hablar –
murmuró TN recobrando fuerzas- volveremos en cuanto Ana esté mejor, yo estoy bien. Es sólo que en estas últimas semanas no le he estado, es todo.
-pero nos han dicho que… -
quiso decir Ana.

-es la sopa de la nueva cocinera, no puedo ni tenerla cerca. Debe ser que me han venido esos recuerdos y por eso me descompuse. Lamento haberlas alarmado.
-nos preocupamos por su bienestar, milady –
dijo Lady Boston-y yo creo que lo mejor es que repose, al igual que Ana. Y me encontrare mejor más tarde.
-Si, eso hare –
quiso sonreír pero en vez de eso le salió una mueca- cielos…
-tranquila, milady –
la retuvo Ana, y continuó abanicándola- espere un momento… ¿No será que vuestra cocinera le ha envenenado? Lady Boston, sé que no crees en estas cosas pero… ¿Y si buscamos un boticario? Quizás tenga algún tónico para que devuelva toda aquella sopa y…
-no sería mala idea, Ana. Pero es preferible dejar a milady descansar.
Si ellas supieran que había devuelto la sopa todas las semanas anteriores sin necesidad de tónicos o pociones…
-sin embargo no hay porque alármanos, quizás milady estuvo estresada todas estas semanas. Son muy comunes estos síntomas.

-me ha visto un médico en Campion –dijo TN para que dejaran de especular cosas-las causas de mi mal estar no tiene mucho que ver con la sopa.
-¿De verdad? –
preguntaron las dos al unísono.
-Si, me dijo exactamente lo que Lady Boston dedujo. Estaré bien, queridas, sólo necesito descansar.
Necesitaba más que eso. El médico no le había dicho eso exactamente, si no todo lo contrario <<Dijo que hay muchas posibilidades de que esté embarazada>> 

Enamorada del Candidato Equivocado (Harry Styles y tu) -Segunda Temporada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora