Sabía que detenerse no era una opción, pero comenzaba a quedarse sin aire y la falda se le hacía cada vez más pesada y el corsé más ajustado. En la penumbra alguien la sujetó por la cintura y le tapó la boca con una mano, el grito de espantó que pegó al ser arrastrada de esa forma se ahogó.
-shh –le susurró en el oído, causando que un peligroso escalofrió le recorriera toda la espina dorsal- soy yo… tranquila.
-¿Harry? –balbuceó.
-¡shh! –chistó y la apretó más contra él para ocultarla tras un árbol.
Ése hombre siempre tenía la habilidad de aparecer en los momentos más inoportunos… así como el hombre enmascarado. -tranquila… -replicó con un susurro suavecito. TN no pudo evitar que un gemido se le escapara de la garganta, por suerte se vio ahogado gracias a la mano de Harry, pero extrañamente el miedo estaba desapareciendo, dejando lugar a un deseo vigoroso. Era por el susto del momento, se dijo.
Luego abrió los ojos desmesuradamente al ver la corpulenta figura del oso marrón, que paso a unos metros de distancia donde se encontraban, olfateando con meticulosidad. Luego sacudió la cabeza y bufó, se alejó y cuando estuvo lo suficientemente lejos, TN suspiró aliviada y la fuerza que ejercía Harry se aflojo también con evidente alivio.
TN se tomó un tiempo para asimilar la situación, se apartó de él unos tres pasos para girarse sobre los talones y mirarlo frente a frente.
-¿Qué es lo que estás haciendo aquí?
-shh.
-¿Qué “shh”? –replicó ella con fastidio- ya se fue, no nos puede oír. Ahora, respondedme ¿Qué está haciendo aquí?
-supongo que lo mismo que tú, escondiéndome de un oso.
-antes de eso. ¿Me ha seguido, verdad? ¿¡Es qué pretende volverme loca!? ¡Maldito seas! ¿Qué no…
-¡tranquila, mujer! Santo cielo, no estuve siguiéndote, simplemente salí a dar un paseo con Billy y me perdí. No conozco tan bien estos bosques como tú.
-¿Y Billy?
-debió volver a los establos, se asustó con una serpiente y no pude controlarlo.
-imagino que no… y si sabía que por estos lugares hay serpientes que lo espantan ¿Por qué vino por aquí?
-porque perdí el rumbo… y ya era demasiado tarde. Ahora me toca a mí las preguntas –se cruzó de brazos- ¿Qué es lo que estás haciendo aquí sabiendo que esta es la zona prohibida del bosque?
-¿Y por qué usted está aquí sí sabe eso? –también se cruzó de brazos, desafiante.
-no puedes responderme con otra pregunta.
-¿Quién dice eso?
-yo, y las leyes de gramática.
-en este momento no tiene por qué poner su inteligencia en la conversación.
-no lo estoy haciendo.
-¿Y entonces? ¿Por qué se niega a contestar?
-¿Por qué usted lo está haciendo?
-¿Ahora quién es que el que falta a las leyes de gramática?
-no intentes volverme loco porque no sabes lo que soy capaz de hacer.
-¿Y qué es lo puede hacer?
Estaba punto de contestarle cuando escucharon un gruñido…. De un oso… muy cerca de ellos. Harry al instante se interpuso, poniéndose delante de ella para defenderla.
No supieron en qué momento el oso estaba a pasos de distancia, parándose en sus dos patas amenazando con aplastarlos. Harry en un movimiento instintivo empujó a TN hacia el costado, rodando ambos por el suelo para evitar al feroz animal.
TN escuchó la respiración del oso en la oreja y se sobresaltó.
-¡Ahh! –rugió Harry para espantarlo- ¡Fuera!
Lo último que TN divisó fue el oso correr tras Harry. Intento reincorporarse para ayudarlo, pero lo único que vio fue a Harry hacer una especie de pirueta en el aire antes de lanzar el chaleco como señuelo para alejar al animal. Sin embargo él se perdió entre unos arbustos. No le quedó más que correr para ocultarse en los arboles hasta que el peligro pasara.
Quizás había pasado más de veinte minutos cuando por fin desapareció el oso de la zona, sólo para cerciorarse se quedó quieta unos minutos más antes de salir en busca de Harry. Llegó al lugar donde él desapareció y se dio con que era una colina empinada que se perdía en un montón de hojas secas.
-¿Harry?... ¿Majestad? ¿¡Harold estás ahí!?
El silencio fue irrumpido por un quejido, TN sintió el corazón en la garganta y sin pensarlo dos veces descendió cuidadosamente. Pero no pudo mantener la estabilidad, la colina era demasiado empinada; rodó y rodó hasta que terminó en un montón de hojas, amortiguando el golpe.
-Harry… Harold… ¿Estás por aquí? ¡Responde!
Se volvió a escuchar otro quejido, TN alzó la cabeza y lo que divisó fue una maraña de rulos.
-cielos…
Se incorporó lentamente para quedar arrodillada a su lado.
-¿Te encuentras bien? –preguntó Harry frunciendo el ceño y escrutándola con la mirada.
-oh, Harry… -gimió TN, angustiada- estás herido…