Capítulo 83

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Había una mancha de sangre en el colchón, luego se miró el camisón y también estaba manchado con ésa misma sangre… ello sólo podía significar una cosa…
-p, pero que… no… -la respiración se le aceleró y esa angustia explotó dentro de su ser, derrumbándola- ¡Noo! 

Las Tres doncellas se despertaron de un salto al escuchar un grito desgarrador. Las tres se intercambiaron unas miradas de preocupación y se levantaron rápidamente al mismo tiempo. Entraron a la habitación continua, que era donde dormían los duques, y acudieron a ella al instante.
-milady… -dijeron las tres al unísono. Estaba llorando desolada sobre la alfombra. Lady Boston se agacho y la sujeto por los hombros. Lady Allen trataba de tranquilizarla mientras que Ana se quedó estupefacta al ver la mancha de sangre sobre la cama. Y unas lágrimas le asaltaron.
-Ana… ¿Pero por qué…? –Le preguntó Lady Boston desconcertada, pero también miró hacia el colchón y comprendió por qué, y sintió el mismo dolor que TN- lady Allen, busca a un médico rápido –pronunció con una voz temblorosa-milady necesita ser asistida de inmediato.
Lady Allen estaba tan desconcertada que accionó segundos después, sin embargo, como Ana y como Lady Boston se fijó en la mancha de sangre y corrió a toda velocidad.

Efectivamente, el médico confirmó las sospechas de las tres doncellas: TN había perdido al bebé. La noticia derrumbó a las tres porque ya estaban pensando en que nombre ponerle y en como ayudarían a TN a cuidarlo y todas esas cosas. 
Cuando el médico se retiró, las tres hicieron un gran esfuerzo por mostrarse tranquilas, TN se encontraba en la cama, acostada de lado con la mirada perdida en otro mundo. Ana y Lady Allen se sentaron en el otro extremo de la cama, mientras que Lady Boston se sentó junto a ella.
-cuanto lo siento, milady.
Y sin que TN sollozara siquiera, una lagrima se deslizó lentamente por su mejilla para terminar entre las sabanas. Lady Boston entendía que no quisiera hablar, respetaba su dolor y sus lágrimas.
-creme que te comprendo más que nadie. Mi esposo y yo… hemos intentado por años tener un bebé. Cuando por fin se nos dio, a los cuatro meses lo perdí. El médico me dio un sinfín de razones, pero nada podía aliviar el dolor que sentía… ni siquiera mi esposo supo cómo hacerlo. Entonces al ver que yo no podía darle el heredero que tanto deseaba me abandono. Pero no se preocupe, milady –se apresuró a decir, y sujetó su mano- su esposo y usted aún son jóvenes y tienen mucho tiempo por delante para volver a intentarlo. En ese caso nosotras estaremos siempre cerca de usted y la ayudaremos en lo que podamos. 
TN dirigió lentamente la mirada hacia ella y le tembló el labio. Lady Boston la abrazo al instante y se sumaron las demás.

Era difícil de creer como fue que le había afectado la perdida. Desde un primer momento había desaprobado la existencia de ese pequeño ser dentro suyo. Sin embargo era una vida que crecía cada día y que no tenía la culpa de nada de lo que había sucedido o como fue concebido. El médico le había dicho que la causa fue mucho estrés, TN tenía un calificativo mejor, demasiadas cosas, demasiados sentimientos que apenas podía controlar. El bebé simplemente no podía cargar con ese peso y había preferido irse… no lo culpaba, pero lo quería. Deseaba experimentar lo que era que una personita dependiera de ella, verlo crecer cada día y esforzarse al mismo también para darle todo lo que necesitara. 
El bebé no tenía la culpa de nada, ella sí, el bebé no tenía culpa de su descendencia, ella sí. Ya no debía pensar más, estaba cansada de hacerlo… 
Minutos después de que les pidiera a las doncellas que la dejaran sola para intentar dormir un poco, entró Niall. Quizás para insistirle, como lo habían hecho las tres mujeres, que desayunara. Pero no tenía ni fuerzas ni ánimos para levantarse de la cama.
-TN… -dijo él, con un tono de voz suave antes de sentarse junto a ella- veo que aún estás… triste. ¿Verdad?
Desvió la mirada hacia él lentamente, y se mostraba impasible y tranquilo. Como si nada doloroso hubiera sucedido.
-creo que puedo entenderlo. 
¿Cree que puede entenderlo? ¿Qué quería decir con eso? ¿Qué estaba aliviado de que una vida que crecía dentro ella hubiera muerto? ¿Al igual que una parte de su ser?
Ella no dijo nada, simplemente frunció el ceño lentamente y esperó a que él continuara.

-mira TN –soltó un suspiró y carraspeó- no puedo mentirte. Pero tampoco quiero lastimarte. Comprendo lo difícil que puede ser… perder al bebé… sin embargo yo… -pausó unos instantes y continuó- sin embargo yo… no creía poder criar y a amar a un… bastardo. Sé que la palabra es un tanto fuerte pero es el calificativo perfecto. Es preferible que se haya ido ahora y no condenarlo a una vida sin amor, ¿No lo crees así, querida?
TN estaba horrorizada, pero no lo reflejo en el rostro, simplemente unas cuantas lágrimas más se deslizaron lentamente.
-cielos… sé que soy un descabellado pero te dije que no puedo mentirte. Y a veces la verdad duele… yo no puedo ir contra ello. –Suspiró y agregó- ¿Hay algo que pueda hacer para que te sientas mejor?

Se sorprendió a sí misma por logra articular palabra.
-quiero ver a mi amiga Sophie… quiero verla.
-¿Ver a tu amiga Sophie? De acuerdo –
se levantó, como si estuviera aliviado de por fin liberarse de la situación- mandare a que la busquen.
Y se fue antes de que TN pudiera agradecerle. Ahora sí que no entendía absolutamente nada.

Niall fue en busca de Harry, lo encontró sentado solo en el trono. Antes de acercarse hizo una
reverencia y él le correspondió con un leve asentimiento de cabeza.
-majestad… necesito que me hagas un pequeño favor.
-dime, milord. Pero… primero respondedme ¿Por qué vi el medico salir de su habitación? ¿Acaso se siente mal otra vez?
-no… el médico fue para mi esposa. Por cierto, me disculpo por no haber avisado. Las doncellas de TN lo hicieron pasar y…
-no se disculpe por ello. Es totalmente comprensible. Más si es una emergencia. Están en su casa –
claro, en un millón de años.
-agradezco su generosidad, majestad.
Algo no andaba bien, sospechó Harry.
-¿Su esposa está descompuesta, milord? ¿Por ello no ha asistido al desayuno?
-no se encuentra muy bien, majestad. Sé que en cualquier momento lo sabrá, así que prefiero que lo oiga de mi boca.
-digame –
dijo con cautela.

-mi esposa ha perdido el bebé esta mañana y está destrozada. Por eso he acudido a usted, majestad. Necesito que mande llamar a una tal Sophie, es amiga de mi esposa y… ¿Majestad?
Harry sintió una horrible sensación en todo el cuerpo, y le costó volver a la realidad.
-¿Qué ha dicho?
-que por favor mande a buscar a…
-antes de eso.
-que mi esposa ha perdido el bebé, eso dije… ¿Se siente bien, majestad?
La verdad era que no tenía idea de qué sentir. Era como si dolor que TN estuviera sintiendo en aquel momento se traspasara a él y lo destruyera por dentro, no sólo por el hecho de que ella tal vez estuviera llorando y él no pudiera ir a consolarla, sino porque…
-claro, milord. Lamento en el alma su perdida.
-si, es muy dolorosa. Pero… ¿Qué se le va a hacer? La vida continua y… de seguro vendrán otros bebés.

De repente ese sentimiento de angustia fue reemplazado por uno de furia extrema ¿Pero cómo se atrevía a mostrarse tan tranquilo mientras que TN estaba sufriendo? Era como si le aliviara la perdida, como si se hubiera quitado un peso de encima.
<<Maldito canalla…>>
-¿Majestad?
-sí, milord, por supuesto. Mandare a buscar a Sophie, no hay problema.

Enamorada del Candidato Equivocado (Harry Styles y tu) -Segunda Temporada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora