Mientras tanto en la otra habitación, Harry se derrumbó lentamente y se sentó contra la pared con las rodillas al pecho. El dolor de TN era suyo también y terminaba de comprender por qué. Los ojos le ardían demasiado y un nudo le atenazaba cruelmente la garganta. Y se repitió una y mil veces las mismas palabras: <<perdóname, TN… perdóname…>>
Algo que de seguro no debía contentar a Niall era el hecho de que por su esposa tuviera que quedarse mínimamente una semana en reposo. TN estaba débil físicamente y mentalmente. No tenía fuerzas para nada y estarse recriminando a sí misma por lo sucedido tampoco le ayudaba en nada. Niall aún seguía instalado en la habitación de huéspedes de seguro para no tener que compadecerla. TN tampoco quería que lo hiciera, no quería recibir la lastima ni la compasión de nadie. Ni siquiera auto compadecerse a sí misma.
Sólo deseaba poder tener el valor para enfrentar lo que siguiera, que quizás no fuera peor de lo que ya le sucedía.
Aún se encontraba débil, sí, pero ello no fue impedimento para que se levantara una hora y media antes del amanecer para ir hacia el balcón y observar al sol asomarse por el horizonte. Quizás esa imagen la ayudaría en algún sentido.
Corría una brisa fresca cargada del aroma de la madrugada y flores silvestres. Era un aroma que siempre la despertaba por las mañanas.
Toda su vida, desde que se había instalado en Sudeley, jamás había sufrido cambios drásticos; tenía una vida tranquila junto a sus animales y a su trabajo de sirvienta. Todo había comenzado a cambiar desde la llegada del Príncipe de Gales. Él había logrado lo que muchos otros príncipes o miembros de la nobleza no lograron: captar su atención. Él parecía tener una habilidad para ello y TN había sido consciente desde un primer momento que involucrarse con él era un suicidio. Bueno, no tan dramáticamente pero sí que era fuego, y que si se acercaba se quemaría. Pero no era tan consciente de las consecuencias hasta que fue demasiado tarde.
No podía culpar a Harry por haber logrado que se enamorara de él, no podía echarle en cara que gracias a él todo había cambiado en su vida porque ella era dueña de su destino y podía cambiarlo o no con sus decisiones propias. Tampoco podía culparlo por ser débil… era una característica que jamás se borraría, aunque lo deseara.
El sol comenzó a asomarse por el horizonte, desplegando sus rayos de luz por la zona iluminándola por fin. TN suspiró y cerró los ojos. Deseaba poder tener la habilidad de pensar en el lado positivo de las cosas, si es que los había.
-¿TN? ¿Qué estás haciendo aquí?
Hablando del poder para llamar con el pensamiento… ¡Detestaba que hiciera su aparición cuando más necesitaba estar sola y tranquila! ¿Es que pretendía sacarla de quicio?
-tratar de no pensar. Eso es lo que estoy haciendo. Y prefiero hacerlo sola, gracias.
No tenía ánimos para parecer amable y prefería espantarlo con su lado más incivilizado.
-entiendo que estés triste.
TN se permitió mirarlo y sintió un nudo en el estómago. Por favor… aquel hombre debía ser encerrado en una mazmorra. Era demasiado bello para estar al aire libre.
-supongo debes de estar al tanto. Es su deber ¿No? majestad.
-sí… y creo que deberías de estar en la cama… aún…
-lo sé. Pero sólo quería tomar algo de aire fresco.
-en cuanto recuperes fuerzas… partirán ¿Cierto?
-así es. Y para jamás volver. Este lugar está cargado de muchos recuerdos que no puedo soportar. No hay nada bueno que pueda rescatar de aquí, excepto a mis amigos.
-TN… -musitó él, con un tono de voz que logró que el corazón de TN se derritiera. Se permitió verlo de nuevo, él ya se encontraba a unos centímetros de distancia y lo que vio no le agrado demasiado. Podía interpretar el brillo de sus ojos, estaba triste… y parecía no haber dormido en toda la noche, eso podía explicar porque estaba afuera… pero el dolor de sus ojos no…
-lamento lo que sucedió con…
-¿Vino a brindarme su pésame por la pérdida de mi bebé?
-y mi apoyo también.
-no necesito de su apoyo ni de su lastima. No necesito la de nadie. Ya han sufrido demasiadas personas, Harry. Entre ellas mi bebé… y no intentes comprender mi dolor. Nadie lo hará nunca.
-siento tu dolor como mío.
-¿Qué? –pregunto TN, frunciendo el ceño; Harry sacudió la cabeza y posó sus grandes y masculinas manos en los hombros.
-me siento responsable…
-¿Responsable? –Replicó TN, sin comprender- ¿Pero por qué?
-yo te intenté proteger del oso, y quizás…
-¿Se siente responsable, majestad? Por el amor de Dios, no se culpe por ello… estaba claro que quizás no estaba preparada para tenerlo. Es decir… soy un peligro para todo aquel que me rodea. Es mi responsabilidad lo que sucedió con el bebé, es mi dolor, era mi hijo ¿Lo comprende ahora, majestad?
Y para evitar derrumbarse ante él, se fue. Quería llevar el dolor consigo y no transmitirlo a alguien más.
-también era mi hijo, TN-musitó él mientras ella se alejaba de su lado. Se llevó una mano a la maraña de rulos y se la paso lentamente, como signo de la frustración e impotencia que sentía.
