Capítulo Primero

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                     Aún varios años después seguía teniendo aquel mismo enigmático sueño que tengo desde que soy un crío, siempre me veo a mi mismo caminar por el “Bosque Dorado”, el bosque que rodea “Gold City”, me encontraba tranquilo e incluso divertido paseando por el borde de un lago cuya agua parecía fluir de forma tranquila y apacible, todo lo cuánto se encontraba a mi alrededor resultaba al igual que aquel lago apacible y relajado.

                         La verdad era que aquel bosque no era de los que se ponía tan silenciosos ni por invierno, por un buen rato no sé pudo escuchar ni siquiera los sonidos habituales que hacían los animales, era como si todo ser vivo que allí habitaba se hubiera detenido para contemplar a una especie de ángel y entonces de un momento a otro sin ninguna clase de aviso previo, se sintió cómo una luz cegadora invadió todo el lugar.

                             La misteriosa luz pareció devolverle la vida a los animales del bosque, pero recién esta se desvaneció todo se volvío a aquel silencio tan inusual y entonces la vi... Me quedé mudo, no había palabras con las que pudiera tan siquiera describir a la bellísima criatura que de inmediato logró embelesarme...

            En las tranquilas aguas de aquel lago yacía como si estuviera dormida una chica de unos 14 o 15 años de edad, cuya  piel era tan blanquecina cómo si estuviera hecha de marfil, su larga cabellera le llegaba a la altura de las rodillas y era tan negra cómo una noche sin luna ni estrellas completamente oscura, pero lo más extraordinario de todo era el par de gigantescas alas negras que le brotaban de la espalda, cómo si ella fuera alguna clase de ángel. La observé en un principio encantado por su fisionomía, pero entonces resolví acercarsemele preocupado de que esta estuviera herida o algo, pero entonces ella abrió sus
ojos de golpe al principio dejándome petrificado por un rato, pues la chica se encontraba desprovista de algo que resguardará su evidente desnudes y lo menos que quería era ser un pervertido ante sus ojos.

                      Fue como entonces miré con más detenimiento sus ojos dándome cuenta que uno era plateado y otro dorado, ambos tenían un símbolo extraño que parecía haber sido trazado en ellos, el cual parecía la silueta de alguna especie de flor, pero pronto sus ojos se volvieron
celestes cómo el color que refleja el cielo en primavera y sus pupilas volvieron a la normalidad desapareciendo aquella silueta extraña que había sido trazada en ellas.

                     Yo simplemente me dedicaba ha observar la escena con total asombro y en ese momento la extraña chica alada sonrió con la dulzura de una pequeña niña.

—Eric, finalmente nos conocemos...— Dijo la chica con una voz dulce e infantil, en el momento en que ella habló todo se volvió ha iluminar y el sueño simplemente se desvaneció...

                   Me desperté súbitamente, sintiendo como un vacío se apoderaba de mi pecho, ese era él extraño presentimiento que siempre me daba cuando soñaba con aquella extraña chica.

                                                     Volteo para comprobar que mi hermana seguía al otro lado de mi saco de dormir, durmiendo tan plácidamente como una bebé a lo que extendí mis manos para poder revolotear le el cabello con ternura. Me senté de golpe para desperezarme y peiné mi cabellera rubia con una mano, desde que tengo memoria he tenido aquel enigmático sueño, incluso antes de descubrir que yo era un "Corrompido".

— ¿Será una premonición?— Me pregunté más para mis adentros y en voz baja procurando no despertar a Anabelle— Eso es imposible...— Me dije a mi mismo tras soltar una risa que más recordaba a un bufido o resoplido.

Alchemist: Angel #CarrotAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora