Capítulo 4

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Las semanas transcurrieron tal como era de ser, bueno si no fuera por el hecho de que esa chica alada seguía en el campamento. A mi no me importaba sabía que solo era una niña inocente que no podía hablar y no una vigilante, pero Katrine estaba harta de no tener información sobre ella. Además en el campamento a la mayoría le daba, seré claro asco la chica, supongo que no es algo normal que una joven tenga alas y es normal que la gente la vea cómo alguna especie de homúnculo.

     La chica camina por el campamento explorándolo, ya que ahora puede caminar sin caerse, pero por si acaso trato de vigilarla mientras hago mis labores y Danielle también trata de acompañarla casi todo el tiempo. Todos los jóvenes del campamento la miran curiosos y desconfiados preguntándose que es ella, los niños tanto los "Corrompidos" como los humanos corrientes la miran deseosos de acercarse, tocarle las alas y jugar con ella, pero se que tienen miedo a ser regañados por los mayores.

  Se muy bien que no son días buenos para nosotros, los suministros nos faltan y es casi imposible ir a robar más— De eso vivimos, de saquear suministros de las grandes tiendas—hasta una ciudad tranquila como Gold City a reforzado su vigilancia por órdenes del presidente Kristoff,  ni el bosque es seguro y no sabemos por cuánto tiempo nuestro campamento lo será. Nadie sabe el porque de tanta vigilancia, solo que empezó hace un mes un poco después de que encontrará a la chica alada, nosotros no tenemos como salir por lo que no tenemos como investigar muy bien que de todo este rollo, solo sabremos que para nosotros eso no terminará nada bien.

  Se huele la tensión entre todos los jóvenes del campamento, muchos viven aquí desde pequeños y otros no sabrían como sobrevivir en el bosque y para como van las cosas tarde o temprano tendremos que trasladarnos, pero no creo  que sea lo correcto culpar a una chica que de seguro no tiene idea de dónde está y que pasa a su alrededor, por lo que mientras miro a la chica caminar juntó a Danielle me recuerdo de la conversación que tuve hace unos días con la Dra. Harrison y Katrine.

Flash back:

—¿Tienes alguna información nueva sobre el pajarillo que albergamos en nuestro hogar?—Le preguntó una angustiada y enojada Katrine, a lo que la Dra.Harrison la miro de reojo, mientras seguía jugando en aquel teléfono que parecía que ella jamás soltaba, lo que exasperaba a nuestra líder.

—Nada nuevo en realidad, ya puede caminar y moverse con normalidad, no puede vestirse sin ayuda y su habla sigue atrofiada por lo que ni siquiera se su nombre, aunque dudo que lo tenga, además aún parece reaccionar confundida ante la magia y para empeorar hasta un poco asustada con ella...— Explica serena la Dra. Harrison dejando a Katrine un poco pensativa y nerviosa.

—Ya veo…—  Exclamó Katrine algo pensativa, mientras yo seguía sentado— Eric, tu la encontraste y tu te haces cargo de averiguar que diablos es ella— Ordena Katrine con tono de líder bastante sería a lo que yo me levanto de donde estaba sentado y le doy un golpe a la mesa con la palma de las manos.

—¿Por qué yo, Katrine?— Dije enfadado— ¿Por qué no lo haces tú o otro más competente?

—Por que tu encontraste a la chica y tu fuiste el que insistió que ella se quedará...— Afirmó Katrine con tono triunfante lo que me hizo suspirar pesadamente, al final sería yo el encargado de ese trabajo.

—Ya me lo venía venir...— Afirme resignado.

—Vamos Eric, te necesitamos, se que la jefa mucho te exige, pero no pasamos por un buen momento, el presidente trama algo y para como va...— Me dijo la Dra.Harrison por más raro que pareciera, noté un ápice de preocupación en sus ojos.

—Como va esto en poco descubrirán la localización de nuestro campamento...— Sentenció Katrine con aire serio, mientras miraba por una de las ventanas de la tienda.

—Pero… ¡Eso es imposible Katrine! ¡Solo los magos pueden localizar un campo de fuerza! Los Vigilantes de Gold City son humanos corrientes todos ¿Verdad?— A lo último quebré mi voz asustado de saber la respuesta.

—Eric, tu siempre has sido uno de los chicos al que más cariño le tengo, confío plenamente en vos así que preocúpate con tu palomita ¿Si?— Dijo Katrine con una sonrisa que no le competía por tan dulce, por unos instantes casi me sonrojo por verla tan atractiva.

—Ella no es una paloma...Bueno, supongo que no tengo opción— Dije retirándome de ahí.

*-*-*-*-*-*-*-

  Por eso ahora estoy siguiendo de lejos a la chica, pero por ahora no me está ayudando en nada el tratar de seguirla por el campamento, solo la veo caminar junto a mi hermana y hablar con algunas personas como Vanesse quien está encantada con ella. Suspiro, pues llevo toda una mañana vigilándola y todavía no he logrado dar con una sola pista de que pasa con ella

—Al parecer lo de seguir y vigilar no es lo tuyo, querido Eric—Me susurra una persona en el oído, haciendo que me sobresaltara por lo concentrado que me encontraba. Cuando me gire a ver de quien se trataba me di cuenta que era Louis sonriendo divertido y saludándome con un gesto de mano.

—¡Serás imbécil! ¡Vaya susto! ¿Y si yo hubiera reaccionado de forma violenta?— Le grite, pero Louis me ignoró y se puso a observar a la chica alada.

—¡Es guapa!— Afirmó Louis sonrojado por la chica y riéndose de mi expresión de enfado— No lograrás nada siguiéndola ¿Sabes?

—¿Y tu tienes una mejor idea?— Pregunté malhumorado por lo que  dijo.

—Podrías entrevistarla, eres el único a quien le tiene verdadera confianza ya que tu fuiste quien la salvó— Argumento, mientras seguía observando a la chica.

—Ella no habla, Louis y lo sabes— Fue mi respuesta y tras ello, suspire sintiéndome cansado.

—Si, pero aun si no habla puedes descubrir ciertas cosas— Dijo, a lo que yo me puse bastante pensativo, pues la verdad es que Louis tenía razón no iba a llegar a nada vigilándola— ¡Es muy linda! En serio Eric, es de las chicas más bonitas que he visto recuerda a un ángel de tan adorable...— Comentó Louis algo sonrojado y mirando a la chica con detenimiento.

—Tal vez, no es fea— Comenté tratando de sonar frío, nunca me gustó admitir lo que yo sentía por alguien o que alguna chica me pareciera atractiva.

  Entonces vi a la chica detenerse frente a Henry y sonreírle, por más extraño que lo fuera fue la primera vez que lo vi sonrojarse…

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

  Caminando bajo una hermosa luna y un cielo lleno de hermosas estrellas, me detuve para entrar en mi tienda y las dos chicas que viven conmigo estaban dormidas en sus debidas bolsas de dormir, acaricie el cabello color miel de mi hermanita y le di un besito en la frente de buenas noches. Luego me aproxime a la chica-ángel, como me gusta llamarla y la miro detenidamente por un rato, tiene los ojos cerrados y se encuentra plácidamente dormida, se ve tan serena como el angelito que parece ser, su largo cabello está bellamente trenzado y un lirio le adorna el peinado.

  Río al ver su peinado, Danielle esta en serio disfrutando de tener a alguien a quien peinar, trenzar y adornar el cabello, después de todo siempre ha sido una niña tierna muy parecida a nuestra madre.

  Sin miramientos sacudo un poco a la chica buscando despertarla, a lo que ella abre lentamente sus ojos y se sentó en su bolsa de dormí, mirándome al principio curiosa, pero después me sonríe con ternura haciendo que un notorio sonrojo se forme en mis mejillas, entonces algo nerviosa la tomo de una esquina de su ala derecha la cual empiezo a acariciar pues se siente agradable tocarla de tan suave y eso solo hace que la chica suelte un quejido por su boca, al girarme noto que es la mire primera vez que la veo sonrojada.

—¿Te incomoda?...— Le pregunté dejando de tocarle el ala, sintiéndome a la vez algo nervioso y ella negó con un gesto mirándome cómo si estuviera confundida— Oye… ¿Quieres dar un paseo conmigo?— Pregunté, ofreciéndole la mano la cuál por un largo instante ella miro con cierta curiosidad, pero después con timidez me dio aceptó y los dos abandonamos la tienda.

  Afuera todo estaba vacío, la vida en el campamento estaba en reposo y eso me agradaba ya que a diferencia de los demás dormir temprano no era lo mío, al girarme noté que la joven sentía frio.

—¿Te hace frío?— Pregunté y ella asintió al instante.

   En un gesto de caballerosidad le acomode mi chaqueta en los hombros por lo que ella encogió sus alas, la dirigí hasta una fogata que yo mismo había preparado y nos sentamos juntos.

—A ver has estado viviendo aquí por bastante tiempo y no se tu nombre...Nadie lo sabe aún—Dije gesticulando por si no entendía y ella me miró acercando su rostro demasiado al mío lo que me dejo nervioso—Oye...yo...— Intenté decir algo ruborizado tratando de apartarme un poco de ella a lo que caí de espaldas en el suelo.

   Mientras volvía a sentarme ella se aproximó y me mostró sus muñecas, me extrañe pues no había nada ahí y no sabía que me quería decir con eso, pero tras unos segundos lo pude entender. En los laboratorios suelen darle numeraciones a las personas con quien experimentan y en alguna parte ella perdió la suya al escapar.

—Ya entiendo no tienes nombre— Pensé un rato, mientras la chica me miraba curiosa poniéndome bastante nervioso— ¿Por qué no te pongo un nombre? Uno que te guste— Le ofrecí algo entusiasmado con la idea y a ella pareció gustarle, pues sonrió muy alegre.

—Bueno...— Pensaba en que nombre ponerle por lo que mire detenidamente su fisionomía— ¿Gabrielle?— La chica sacó la lengua e hizo una expresión de repudia infantil, por lo que me reí divertido— Ya, ya.. No Gabrielle— Reía, mientras acariciaba su cabeza para luego volver a analizarla y en ese momento supe que nombre ponerle y dirigí mis manos a sus alas para acariciarlas—¿Ángelus?— Sus ojos se iluminaron al oír ese nombre y asintió feliz—¿Así que Ángelus?— Pregunté a lo que ella asintió y se lanzó a mi haciendo que yo cayera al piso con ella encima mío en ese momento me puse nervioso de pronto y vi como salirme, ya iba a sugerir que volviéramos la tienda.

  Pero entonces ella unió sus manos y me las mostró,  principio no sabía que quería mostrarme, pero de un momento a otro vi cómo una chispa se formaba y en eso se transformo en una esfera mágica que flotaba sobre su mano. Adentro yacía una flor dorada con bordes plateados y su cuerpo empezó a cubrirse de extraños símbolos, pude ver otra vez sus ojos volverse uno plateado y otro dorado, formando una flor en sus pupilas. Yo no podía dejar de reír era algo hermoso y extraordinario, ella me miraba con inocencia y reía también.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

—¡Eso es imposible!— Exclamó Katrine estupefacta por lo que ella estaba viendo—¡No existe esa clase de poder!

—Tanto existe que lo estas viendo, Katrine— Comentó Glimmer con tono muy sereno.

—¿No es extraordinario?— Exclamó Eric entusiasmado, mientras se aproximaba a la chica que ya había vuelto a su estado normal— Es increíble, seguro tiene un poder extraordinario— Comentó el joven todavía embobado, mientras que la chica se ponía tras el con timidez mirando el lugar. El centro de computo era después de todo gigantesco, lleno de televisiones, mando y una gran mesa de cristal redonda al centro.

—Bueno, así que ahora sabemos que la  avecilla es una maga...— Dijo Katrine masajeándose la sien, aun sin poder aceptar lo que ella había acabado de ver.

—Ángelus...Su nombre es Ángelus— Esclareció Eric, a lo que la joven sonrió, al parecer en verdad le había gustado como sonaba ese nombre.

—La verdad es que el nombre le queda— Comentó Glimmer sin apenas inmutarse, mientras seguía jugando en su celular.

—Ángelus…— Repitió el nombre para si misma la pelirroja, para luego pensar un  rato— Bueno, si ella pretende ser un miembro de nuestro refugio será pajarillo, no la llamaré de otro modo.

Alchemist: Angel #CarrotAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora