uno

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Es penca terminar un pololeo sin avisarle al otro. Quedai como ridícul@. Aunque la avispá es gratis, de repente no te avispai po, como me pasó a mí.

Todo comenzó un día antes de que el culiao de mi ex viajara a Brasil sin avisarme. Vino a mi casa y peleamos por una lesera. Se fue enojao y al otro día me enteré de que había viajado. Me enojé más que la cresta porque no me avisó. ¿Qué pololo no le avisa a su polola que se va a Brasil? Ninguno. Y a este lo tenía más macabeo que saber que se había ido sin avisarme me cayó como un balde de chela fría, pero igual pensé "ya filo, si yo sé que todos los años viaja a Brasil, no importa que no me haya avisado la fecha en que se iba". Pero cuando caché que su primo, en Facebook publicó una foto donde salía con él y dos maracas brasileñas pechugonas, flacas, regias y estupendas me declaré soltera. Era obvio, ¿o no? Tampoco soy tan hueona. Aparte tampoco recibí ni una llamada, ni un mensaje, ni nada del hueón. Ya sé que le habían robado el celu anteriormente, pero también podía pedirle el celular a alguien o qué sé yo. Me decepcioné caleta de él. Y antes de que piensen "pero vo también pudiste llamarlo po, si las minas igual podemos dar el primer paso", tienen que saber yo le iba a mandar un mensaje a su primo pa' preguntarle por el Vicente po, hasta que vi las fotos. Después se me quitaron las ganas.

─ ¡CLARA! ─gritó mi nombre mi vecina/mejor amiga, la Feña desde la calle.

─ ¡CELESTE, ÁBRELE A LA FEÑA! ─le grité a mi hermana mayor.

Antes de bajar a ver qué quería mi amiga, pasé al baño a echar la corta.

─ ¿Qué sucede? ─pregunté tirándome al sillón al lado de mi amigui.

─ ¡Anda a vestirte que vamos a salir!

─No tengo ánimo pa salir... nunca más en mi vida.

─ ¿Seguí pegá con lo del Vicho?

─ ¿Tú qué creí? Me pateó sin patearme, ¿cachai? No se supera de un día pa otro. Tengo depresión. Y dile Vicente, no Vicho.

─Han pasado tres días, por lo menos sale a ver la luz del sol.

─Le dai color con el Vicente. Hay hueones más ricos esperándote a fuera ─se metió la Celeste.

─Sí po ─la apoyó la Fernanda.

─Estoy enamorá po ─me defendí─. Íbamos a cumplir un año...

─Él no debe estar ni ahí con todas esas brasileñas bailándole samba...

─Eso me hace sentir peor, hermanita.

─Estoy siendo sincera, Clara. Deja de arrastrarte por ese pendejo que no vale ni un centavo.

─ ¿A cuánto está el centavo en pesos chilenos? ─preguntó la Feñi.

─Busca en Google. Me dejó metía la Celeste ─le respondí.

─La cosa es que tení que salir ─concluyó mi sister.

─No.

─Entonces te voy a torturar pa' que no te queden ganas de estar en la casa.

─ ¿Con hielos en la espalda? Puedo soportarlo.

─No encuentro a cuánto está el centavo ─nos interrumpió mi vecina.

─Pucha...

─Filo. ¿A dónde vai a llevar a esta pendex? ─le preguntó mi hermana a mi amiga.

─Ah verdad ─la Feña me miró─, te venía a invitar a zumba.

Me cagué de la risa. ¿A zumba? Ni cagando.

─Es broma, ¿cierto? ─le pregunté todavía riéndome.

─Nop. La única forma de superar al Vi... a ese gil, es pasándolo bien, y pa pasarlo bien hay que hacer el ridículo.

─Me hiciste reír, te felicito ─le respondí a mi vecinita─. Pasé unos segundos de diversión grax a tu talla, pero sorry, no voy a ir a zumbar con puras viejitas.

─Vamos a cachar qué onda aunque sea ─insistió.

─Yo si fuera tú, iría ─se metió la Celeste de nuevo.

─Saltó lejos el maní ─le respondí─. Anda tú con la Fernanda entonces. Chao, que lo pasen bien. Voy a seguir escuchando a Ricardo Arjona.

Me paré del sillón, pero mi amiga me tiró la mano y caí sentá de nuevo.

─Vamos a ir sí o sí ─me dijo seria.

─Ya, bueno, pero voy si va la Celeste. O sino no.

─No puedo. Voy a salir con un amigo.

─ ¿Qué amigo?

─Muere de vieja no de sapa.

─Con cinco lucas voy a zumba y me quedo piola cuando la mamá me pregunte dónde estai ─la chantajeé.

─Las vai a necesitar porque la clase cuesta luca ─me avisó la Feña.

─ ¿Y tu mesada? ─contraatacó mi hermana.

─Se me acabó ya po. Si me dan una miseria y soy una compradora compulsiva.

─Te doy tres lucas y me quedo piola con que la gastaste leseras.

Acepté. Tres lucas eran mejor que andar iñi piñi.

Con mi amigui quedamos de acuerdo en juntarnos un cuarto pa las ocho afuera de mi casa pa ir a esa mierda.

Subí a mi pieza pa' cambiarme la ropa de vieja del saco que tenía puesta. Saqué unas calzas largas del clóset, pero eran muy gruesas las hueás. Me gustan gruesas otras cosas...Ah, qué ordi.
Después saqué unos shorts de mezclilla, pero los encontré muy ná que ver pa' ir a zumba.
Después encontré las calzas que me ponía debajo de la falda pa' ir al colegio y las elegí.
Pa' la parte de arriba elegí una polera larga. Iba a elegir un crop top deportivo, pero no se puede mostrar las piernas y además la guata. Too much. O mostrai las piernas y la guata no, o la guata sí y las piernas no po.

Llené mi botella con agua y esperé a la Fernanda afuera. Ella salió segundos después y partimos rumbo a esa hueá fome.

Nos fuimos hablando leseras todo el camino.

─Parece que llegamos muy temprano ─comenté cuando teníamos vista de la cancha donde era la cuestión.

Habían muy pocas viejitas.

─Parece. ¿Ese es el profe?

Miré en su dirección y vi una espalda terrible trabajá que estaba conectando un parlante a un notebook. Él sintió nuestra intensa mirada porque miró pa' donde estábamos nosotras, que era bien cerca de la cancha y yo me hice la hueona rascándome la cabeza y mirando pa' otro lado.

─Está mirando pa' acá ─le dije a mi amiga disimuladamente.

─Ya no ─me susurró ella.

Volví a mirar en esa dirección y pude verle la cara al profe porque él estaba mirando pa' otro lado. Quedé completamente enamorada. El medio mino hueón. Mijito rico.

─Me enamoré, hueona ─le confesé a mi amiguita─. ¿Quién es el Vicente? No conozco a ningún Vicente.

─Esa es la actitú, hueona.

Andai puro zumbandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora