El Maximiliano llegó un minuto antes de que tocaran el timbre y fue un alivio. Hubiera sido penca estar sola después de haber mandado al Vicente a la cresta.
─ ¿Te retó tu mamá ayer, Clarita? ─fue lo primero que me dijo mi amigo.
─Me pegó un charchazo y me castigó dos semanas nomás.
Él abrió las pepas. Pig.
─ ¿La dura que te pegó? Sorry, siento que fue mi culpa por decirte que fuerai.
─No, Maxi, no fue tu culpa. Además no me arrepiento de haber ido porque caché cómo es el Vicente en verdad.
─ ¿Y hablaron hoy?
Asentí. Le iba a contar todo, pero justo llegó el profe de historia a saludar.
─En el recreo te cuento ─le dije a mi mejoro.
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─ ¡Oh, el hueón chanta! ─comentó el Max después de contarle todo lo que habíamos hablado con el Vicente, y se paró de la banca en la que estábamos pasando el recreo más fome de la vida.
─Así nomás po... Me decepcionó caleta. Está tomando una actitud tan...
─ ¿Tan de ahueonao?
─Sí.
─Entonces.... Tú... ¿No vai a volver con él?
Negué con la cabeza.
─ ¿Nunca?
Me encogí de hombros.
─No hay que escupir al cielo ─le dije─. Pero no estoy ni ahí con él ahora. Me dejó agotá. Quiero... ser libre.
─Quiero ser libre, libre, libre, como el viento ─canturreó él.
Logró sacarme la primera sonrisa del día.
─Hace tiempo que no me cantabai ─me acordé─. ¿Por qué?[
─ ¿La dura? No había cachao.
─Me acordé de nuestra banda...
─ "Los giles"... Era el mejor nombre, hueón
Me reí.
─Hasta que nuestras mamás le dieron color y la banda se separó.
─No le echí la culpa a nuestras mamás, si la banda se separó porque la baterista pa' mala que teníamos.
─ ¡No seai malo con la Feña! No salió con habilidades musicales nomás.
─No salió con ni una habilidad.
Lo miré feo.
─No hablí así de mi mejora.
─Ya, weno.
─Perkin. Oye... deberíamos revivir la banda.
Él me miró enarcando una ceja.
─Pero tendríamos que encontrar una baterista wena o sino, no hay trato ─puso como condición.
─ ¿Quién toca batería?
El Max se encogió de hombros.
─Hay que buscar po ─me dijo─. ¿Y el nombre se mantiene?
─ ¿Erí gil?
─No.
─Yo sí.
─Sí.
Le saqué la lengua.
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Andai puro zumbando
Romance¿Quién chucha iba a imaginar cómo era realmente el rico profe de zumba?