veinticinco

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El Maximiliano llegó un minuto antes de que tocaran el timbre y fue un alivio. Hubiera sido penca estar sola después de haber mandado al Vicente a la cresta.

─ ¿Te retó tu mamá ayer, Clarita? ─fue lo primero que me dijo mi amigo.

─Me pegó un charchazo y me castigó dos semanas nomás.

Él abrió las pepas. Pig.

─ ¿La dura que te pegó? Sorry, siento que fue mi culpa por decirte que fuerai.

─No, Maxi, no fue tu culpa. Además no me arrepiento de haber ido porque caché cómo es el Vicente en verdad.

─ ¿Y hablaron hoy?

Asentí. Le iba a contar todo, pero justo llegó el profe de historia a saludar.

─En el recreo te cuento ─le dije a mi mejoro.

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─ ¡Oh, el hueón chanta! ─comentó el Max después de contarle todo lo que habíamos hablado con el Vicente, y se paró de la banca en la que estábamos pasando el recreo más fome de la vida.

─Así nomás po... Me decepcionó caleta. Está tomando una actitud tan...

─ ¿Tan de ahueonao?

─Sí.

─Entonces.... Tú... ¿No vai a volver con él?

Negué con la cabeza.

─ ¿Nunca?

Me encogí de hombros.

─No hay que escupir al cielo ─le dije─. Pero no estoy ni ahí con él ahora. Me dejó agotá. Quiero... ser libre.

Quiero ser libre, libre, libre, como el viento ─canturreó él.

Logró sacarme la primera sonrisa del día.

─Hace tiempo que no me cantabai ─me acordé─. ¿Por qué?[

─ ¿La dura? No había cachao.

─Me acordé de nuestra banda...

─ "Los giles"... Era el mejor nombre, hueón

Me reí.

─Hasta que nuestras mamás le dieron color y la banda se separó.

─No le echí la culpa a nuestras mamás, si la banda se separó porque la baterista pa' mala que teníamos.

─ ¡No seai malo con la Feña! No salió con habilidades musicales nomás.

─No salió con ni una habilidad.

Lo miré feo.

─No hablí así de mi mejora.

─Ya, weno.

─Perkin. Oye... deberíamos revivir la banda.

Él me miró enarcando una ceja.

─Pero tendríamos que encontrar una baterista wena o sino, no hay trato ─puso como condición.

─ ¿Quién toca batería?

El Max se encogió de hombros.

─Hay que buscar po ─me dijo─. ¿Y el nombre se mantiene?

─ ¿Erí gil?

─No.

─Yo sí.

─Sí.

Le saqué la lengua.

Andai puro zumbandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora