quince

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Pasaron las semanas y todo iba pulento. Con el Vicho estábamos bien, veía a mi mejor amiga todos los findes y tenía notas generalmente buenas.

Pero siempre que sentí tu vida plena, pasa algo que caga todo.

Ya ni me acordaba de la existencia del Santiago y mi conciencia estaba en calma, pero la vida giró y se me devolvió todo.

Karma culiao.

Como estaba sola en mi casa, estaba echá en el sillón viendo tele y comiendo maní, con el uniforme del colegio puesto. Me senté como señorita de golpe cuando escuché que mi hermana había llegado y no venía sola, sino que la acompañaba un hombre.

─ ¡Hermanita! ─me saludó la Celeste─. ¿No fuiste al colegio en la tarde?

─No. Como somos de cuarto salimos temprano hoy.

─ ¡Mish! Wena... ─miró pa' atrás─. Ven po... Hermanita, él es mi... amigo.

El hombre que la acompañaba dio la cara y pasó su brazo por el hombro de mi hermana. Y ese hombre era...

─Santiago. Mucho gusto ─se presentó.

Pa' qué les digo hasta dónde me llegó la boca.
Yo sabía que mi hermana tenía algo con un hueón, pero no sabía quién era. Nunca se me pasó por la mente que podía ser mi ex profe de zumba. Y más encima me hizo la desconocida el conchesumare.

─Clara ─le respondí seca.

─ ¿Clara? Me gusta tu nombre ─comentó.

El mismo rancio guion de cuando nos conocimos.

¡Hijo de su mamá!

Como mi hermana estaba distraída, a él lo fulminé con la mirada y salí de mi casa.

¿CÓMO CHUCHA PODÍA SER POSIBLE QUE ÉL JUSTO SE HUBIESE FIJADO EN MI HERMANA? ¿ERA A PROPÓSITO? ¿EN VENGANZA? ¿CASUALIDAD?

La feña estaba en clases y la necesitaba con urgencia extrema pa' pelar al Santiago. Revisé la hora: 16:03. Mi vecina salía a las 16:30, faltaba poco, así que fui pa' su colegio y me senté en la vereda a esperar que saliera. Aún quedaban quince minutos.

Me puse a pensar hueás y puta... tenía miedo. Miedo de que todo saliera a la luz y el Vicho me dejara. Estábamos tan bien...

De repente se me encendió la ampolleta y me pasé mil rollos.

La Celeste sabía que me había comido a mi profe de zumba, ¿pero sabía que el Santiago era profe de zumba? Porque con la desconocía que me hizo ya no sabía qué pensar de él. Ni siquiera lo conocía... Quizás el Maxi tenía razón y era un violador.

Tocaron el timbre y empezaron a salir los pendejos. Divisé a un grupito de minas y vi a la Feña. Me paré de la vereda y fui pa' allá.

─ ¡Feña! ─le grité pero la hueona estaba distraída riéndose─. ¡Feña!

Me miró y se despidió de todos.

─ ¡Hola po! ─me abrazó.

La miré entera urgía.

─ ¿Qué hueá te pasó? ¿Te asaltaron? ¿Estai bien? ─me empezó a revisar la cara y los brazos con preocupación.

─No me pasó nada, o sea... casi nada. Lo que pasa es que conocí al mino de la Celeste.

─ ¿Y qué tiene?

─Adivina quién es.

─ ¿El Santiago?

Asentí.

─ ¡Nah! ¿Me estai huebiando, cierto?

─No, hueona.

Me agarró de un ala y fuimos a una plaza que estaba súper cerca de su colegio.

─Pero, ¿cómo?

Le expliqué lo que había pasao y ella escuchó atentamente sin interrumpirme.

─ ... Y ahora no sé qué hacer ─terminé.

─No creo que la Celeste sepa que era tu profe de zumba.

─Sí, yo tampoco lo creo.

─Más encima está metío en tu casa. ¡Qué miedo!

─ ¿Y si mata a mi hermana?

─Ya, no exagerí tampoco.

─ ¡Ay! ¡No sé qué chucha hacer! ¿Qué haríai vo en mi lugar?

Ella la pensó un rato.

─Hablar con la Celeste. Tení que contarle que el Santiago es el profe de zumba que te comiste. No creo que siga con él después de saberlo.

─Sí, tení razón, eso voy a hacer.

─Pero... ¿y si ya lo sabe y aún así está con él?

─No podría ser tan maricona.

─ ¡Pero vo erí tonta también po! ¿Por qué no lo eliminaste de Facebook?

─Porque no lo encontré necesario. Cambié el número po, pensé que era suficiente.

─Ya, filo, tranqui.

─Tengo miedo de que el Vicho sepa y terminemos.

La Feña me acarició la espalda.

─De repente es mejor que la verdad salga a la luz... ─me aconsejó.

Entonces entendí que tenía que contarle al Vicente que lo había cagado. No podía seguir mintiéndole. Si yo estuviera en su lugar no me gustaría que me mintiera... Además era mejor que se enterara por mí que por terceras personas.

Andai puro zumbandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora